La expulsión de la embajadora de la Unión Europea (UE) es una decisión radical, señala el internacionalista Félix Arellano. No cree sea revertida en el corto plazo. Puntualiza que la medida golpea a quienes promueven la negociación y la salida democrática tanto en el ámbito internacional como en el interno
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Aunque es la segunda vez que ocurre, la reciente expulsión de la embajadora de la Unión Europea, Isabel Brilhante Pedrosa, del país es una medida radical, enfatiza el internacionalista Félix Arellano en entrevista con TalCual. En ese sentido, puntualiza que no hay indicios de una rectificación en el corto plazo.
Para Arellano, la decisión del gobierno de Nicolás Maduro pareciera haber sido bien evaluada, más allá de lo que pudiera considerarse como una pataleta tras las sanciones del 22 de febrero. Al mismo tiempo, ubica la medida en el contexto político de los últimos días en el cual además la Contraloría General de la República (CGR) inhabilitó políticamente a 28 diputados de la Asamblea Nacional (AN) de 2015.
“Yo creo que el giro que dio Miraflores es significativo, el giro hacia la Unión Europea incluye la expulsión, pero también la amenaza de expulsión a embajadores de países de la UE. Es un cambio duro que lo pueden asumir para una negociación en la que exigirían algún tipo de concesiones. Pero, eso tampoco es fácil, porque cualquier decisión de movimiento en la UE es muy lenta. Las sanciones llegaron tarde, si nos ponemos a ver: Las parlamentarias fueron el 6D y la decisión se concretó a finales de febrero”, expresa.
– ¿Qué efectos tiene la reciente expulsión de la embajadora Isabel Brilhante Pedrosa?
– Al empezar los acontecimientos, asumí que era una jugada tipo pataleta, más o menos bien elaborada en el sentido de que la petición la hacía la Asamblea Nacional (AN), electa el 6D, que no tiene la competencia. Asumí, en ese momento, que el Ejecutivo tomaba nota, aplaudía, celebraba y archivaba para no complicar más el panorama que ya tiene, en particular con la Unión Europea que ha sido un jugador relativamente confiable, que nunca ha introducido elementos de belicosidad y no ha hablado de que todas las opciones estén en la mesa. Eso puede ser, como lo califican algunos, que le de oxígeno a Miraflores, pero ese es su objetivo.
No debería complicarse la relación con ese actor que ha sido relativamente consecuente, que no ha sido tan agresivo. Ha adoptado sanciones personales, pocas comparadas con Estados Unidos y nunca ha planteado sanciones mayores de carácter económico o comercial, fuera del tema de armamento que sancionó hace varios años.
– La Unión Europea ha pedido al gobierno de Maduro que se reconsidere la decisión y advierte que con esta medida se profundizará el aislamiento de Venezuela
-Es cierto. Yo creo que sobre todo es un golpe para los que promueven la negociación y la salida democrática a nivel internacional y a nivel interno, porque quienes están trabajando a nivel interno quieren cambios en las condiciones electorales. La participación de la Unión Europea gira también sobre ese tema, y con estos últimos movimientos se demuestra que no hay prácticamente ningún interés en esos cambios, en ir a las reformas electorales que den confianza a la comunidad internacional y a los jugadores internos, a los movimientos sociales. Creo que la decisión golpea, en alguna medida, a Fedecámaras con su esfuerzo por buscar acuerdos, porque resta credibilidad y confianza.
– Según Maduro con la expulsión de la embajadora se defiende la soberanía, pero la Unión Europea también es soberana al asumir las sanciones
-Claro, pero además las está asumiendo con base en unos argumentos de normativa política y jurídica, hay una sistemática violación de derechos, incluso de la Constitución. Todos los procesos que han ocurrido, en los últimos años, han sido en franca violación de la Constitución: Nombrar una asamblea constituyente que violaba todos los principios constitucionales y que luego convoca a elecciones cuando no le corresponde. Es todo un proceso que no puede considerarse que tenga una base jurídica sólida. Soberanía sí, pero una soberanía autoritaria e inconstitucional.
– ¿Cree haya una rectificación de la medida del gobierno de Maduro hacia la embajadora?
– No veo muy fácil que vuelvan a repetir lo que ya hicieron, expulsarla y reincorporarla. Eso lo evaluaron antes de dar ese paso. Los siento más radicalizados que en oportunidades anteriores. Siento que hay un giro radical más duro en los últimos días. Se sienten más apoyados ahora también con la AN y siguen creyendo que el aislamiento no es tan grave porque siempre algún aliado del club de países autoritarios aparece. Aparece Irán o aparece Turquía, incluso puede llegar a aparecer la India y, naturalmente, Rusia y China. Creo que otro tema que tiende a complicar con esta decisión son las perspectivas con la nueva administración de los Estados Unidos.
– ¿En qué sentido la medida hacia la Unión Europea salpicaría la situación con Estados Unidos?
-Lo primero que viene a mi mente es que la administración Biden ha dejado clarísimamente señalado que quiere trabajar en coordinación muy estrecha con la Unión Europea varios temas y, particularmente, el tema venezolano. Entonces, maltratar la situación con la UE, en este momento, es un mal inicio en la relación con Joe Biden porque todo indica que va a haber primero diálogo con la Unión Europea para ver las posibilidades de estrategia para aprobar el tema de las sanciones económicas.
No tenemos a un EEUU proactivo, dirigiendo la orquesta en el tema venezolano. Tenemos a un Estados Unidos que va a oír, que se va a coordinar, en primer lugar, con la UE, luego con Canadá y el Grupo de Lima.
– ¿Hay una política más cautelosa de Estados Unidos hacia Venezuela?
– Absoluto. Más prudente, más cautelosa. Entonces, se golpea a la Unión Europea, cuando en este momento empieza a jugar un papel mucho más proactivo en el tema venezolano y en otros, como el de China. Bueno, China se ha cuidado, incluso llegó a firmar un acuerdo de inversiones, en enero de este año, para mejorar el panorama y sabe que la UE es un aliado importante, lo mismo sabe Irán, que la UE es importante para el tema nuclear. Venezuela es la que está actuando en contravía porque golpear a la UE cuando Estados Unidos le está asignando tanta importancia en varios temas, pero en particular en el tema venezolano, es ir creando un ambiente enrarecido con Biden innecesariamente.
-Varias Organizaciones No Gubernamentales (ONG) han reconocido que la Unión Europea ha impulsado varios programas de cooperación en distintos sectores del país. ¿Cómo quedan estos programas?
-Si se calman las aguas, y se limitan a la expulsión de la embajadora Brilhante, no veo una afectación mayor a esos programas si el equipo de la UE sigue en sus oficinas. Ahora, si llegan al extremo de expulsar a todo el personal, naturalmente se suspenden esos programas porque ellos son los que le llevan el seguimiento, el equipo técnico tendría que permanecer en el país. Hasta ahora, ese es el camino. Lo que creo es que los proyectos nuevos no prosperarán porque va a haber una actitud negativa, los existentes no creo que se corten, pero veo muy malas perspectivas para las organizaciones que habían presentado nuevos proyectos, renovaciones, a eso creo que si le van a poner trabas como una reacción natural ante esta medida, esta decisión.
Los convenios que estaban en tránsito los veo detenidos, no eliminados, porque es ahí es donde creo que el teléfono va a estar funcionando y le van a recordar a Miraflores los proyectos que estaban a punto de ser aprobados, que pueden pararse. Ese es el tipo de temas que se van a hablar ahora para ver las condiciones de una parte y de la otra.
-¿Cómo incidirá sobre el Grupo de Contacto la situación con la Unión Europea?
– Yo creo no lo afecta en su dinámica de funcionamiento, van a seguir trabajando. Los aportes que hace Noruega al Grupo Internacional de Contacto son muy útiles, son muy importantes, creo que nada de eso se va a parar y no veo a Miraflores negándole la posibilidad de que algún miembro del alto gobierno bolivariano tenga algún acercamiento con el Grupo Internacional de Contacto. Incluso creo que ahora ellos están interesados en atender el teléfono para decir que aceptarían la embajadora de vuelta a cambio de poner condiciones. Ellos mismos estarían interesados en que el Grupo Internacional de Contacto venga para ellos quejarse, dar sus argumentos y poner sus condiciones. El problema es que no oyen, solo quieren hablar y no oír, promueven el diálogo de sordos.
– ¿Qué perspectivas tiene Venezuela en el contexto internacional, en este año 2021?
– Hay un giro radical en las últimos días, en las últimas horas. Si empezamos por la oposición democrática, creo que su problema fundamental es la falta de unidad. Si no logran un mínimo de coordinación frente a la comunidad internacional, pierden liderazgo, pierden protagonismo, si varios grupos van a tener propuestas distintas, eso la comunidad internacional lo va a tomar muy mal. Si varios grupos logran una hoja de ruta mínima: pueden cinco visitar Washington en días distintos, cinco visitar Bruselas en días diferentes, si llevan las mismas propuestas, maravilloso, eso indica que hay un plan, que hay un programa; a lo mejor con matices con algunas acciones privilegiadas por unos y por otros. Pero si no hay ese mínimo de coordinación, quien está perdiendo es la oposición.
Ahora, en el caso de Miraflores, sigue jugando al club de los países autoritarios. No obstante que yo siento que en ese club, dos miembros están relativamente jugando a la prudencia: China, en primer lugar, ya no es el aliado incondicional. Otro que pudiera bajar el tono es Irán porque si hay restablecimiento de la mesa de negociación, que no lo veo nada fácil, con Estados Unidos, creo que la intensidad del tema venezolano, baja.
Para la alianza Provea-TalCual
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