Actividades posibles para promover la Memoria:
  • Visibilización de los hechos por parte de las víctimas y sus familiares, divulgados por medios de comunicación públicos y privados, sin retaliación de ningún tipo para los denunciantes.
  • Organización de familiares de los afectados en “Comités de Víctimas”.
  • Realización de actos conmemorativos de los hechos.
  • Rebautizar vías públicas con el nombre genérico de la violación o de las víctimas.
  • Creación de monumentos en los sitios donde ocurrieron los hechos, por parte de los familiares, el movimiento social o las instituciones estatales.
  • Medidas para la preservación de los archivos relacionados a las violaciones de DDHH.
  • Promover la creación de un “Museo Nacional de la Memoria”, con la exhibición de violaciones de DDHH ocurridas a partir del año 1958.
  • Crear y celebrar oficialmente efemérides relativas a DDHH.

La Memoria es la facultad de recordar lo que hicimos o lo que otros han hecho. También es cualquier acción de las sociedades para elaborar y comunicar recuerdos a partir de sus vivencias individuales o colectivas. Derecho colectivo que tienen los pueblos a conocer su pasado para poder afrontar su presente y proyectarse en el futuro.

En derechos humanos la Memoria es lo contrario al olvido, la reconstrucción de los abusos ocurridos en el pasado a partir de los testimonios de las víctimas y testigos, complementado por lo dicho a través de los medios de comunicación y contrastado con las declaraciones de los voceros oficiales. La Memoria se conecta con otros derechos como la verdad, el acceso a la justicia, la reparación del daño causado, etc.

La Memoria implica el derecho que tienen las personas víctimas de violación de derechos humanos a ser escuchados por las autoridades y que sus testimonios sean divulgados, de manera respetuosa y sin distorsiones, a través de los medios de comunicación; que no sufra ningún tipo de represalias por sus denuncias y que sean debidamente respondidas por el sistema de administración de justicia. La Memoria tiene como centro las personas que sufrieron, directa e indirectamente, abusos del poder para que sus rostros e historias no sean olvidados.

Los Estados tienen el “deber de la memoria” a fin de prevenir las deformaciones de la historia que intentan negar o tergiversar lo sucedido.

 

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