A 4 años de la muerte de Miguel Castillo, joven asesinado en las protestas de 2017, su madre, Carmen Bracho, denuncia que ni siquiera tiene acceso al expediente de su hijo. Niega una presunta justicia en los casos de Miguel y otros jóvenes. Desmiente y cuestiona al Fiscal de Maduro, Tarek William Saab, sobre sus declaraciones de justicia en Venezuela: “Cómo el Fiscal va a decir que se está haciendo justicia, nosotros como familiares sentimos que realmente la justicia se nos ha negado” sostiene. 

Miguel Castillo junto a su hermana y padre.

En el 2017 Venezuela vivió un ciclo de multitudinarias manifestaciones pacíficas debido a diversos factores en los que destacaba el descontento a la gestión de Nicolás Maduro, la exigencia del respeto a la Constitución, calendario y condiciones electorales, liberación de presos políticos y que se detuviera el “desacato” impuesto a la Asamblea Nacional a manos del Tribunal Supremo de Justicia del país, que al mismo tiempo era influenciado y presionado por Maduro. Un ciclo de protestas que fue denominado por PROVEA como la primera Rebelión Popular del siglo XXI.

Lamentablemente la rebelión popular del 2017 estuvo marcada por más de 140 dolorosas muertes de manifestantes -mayormente jóvenes estudiantes-, la decepción de una parte del país que regresaba constantemente a sus casas sin futuros cambios, la imposición de la elección de una fraudulenta Asamblea Constituyente y el inicio de una diáspora sin precedentes.

Como parte de la exigencia de justicia y construcción de memoria, PROVEA tuvo la oportunidad de conversar en Son Derechos con Carmen Bracho, madre de Miguel Fernando Castillo Bracho, quien denuncia que el caso de su hijo sigue impune y cuestiona las declaraciones de Tarek William Saab sobre “justicia” en casos del 2017. 

¿Cómo era Miguel Castillo?

Miguel era el menor de tres hijos, comunicador social, alegre, buen hijo, buen hermano. Según su madre siempre buscaba ayudar a los más vulnerables, con una fibra humana inmensamente grande. A él le parecía injusto todo lo que estaba pasando en Venezuela para ese año, gente comiendo de la basura, crisis económica, por lo que Miguel se unía a las manifestaciones todas las veces posibles ya que consideraba que en Venezuela no había justicia.

Él quería que el país cambiara de rumbo para poder desarrollarse como comunicador social, trabajar y permitir que su país progresara; sólo tenía 27 años cuando fue asesinado a manos de la fuerte represión pública, murió por impacto de proyectil de metra, el cual atravesó su brazo, pulmón y corazón en una manifestación en Las Mercedes, Caracas.

La búsqueda de justicia continúa después de 4 años de la muerte 

Carmen Bracho lamenta que todo lo que ha implicado justicia le ha costado mucho en Venezuela; una búsqueda cuesta arriba, con negación de los hechos y cambio de los mismos. Carmen señala que en el caso de Miguel tuvieron la osadía de decir que lo mató un compañero en la marcha, que estaba drogado, que era guarimbero: “Cualquier cantidad de descalificación” puntualiza.

La madre de Miguel desmiente al Fiscal General de la República, Tarek William Saab, quien dijo que se estaba haciendo justicia en Venezuela, algo totalmente falso para Carmen: “En el caso de Miguel Fernando ni siquiera tengo el expediente, cómo el fiscal va a decir que se está haciendo justicia si nosotros como familiares sentimos que realmente la justicia se nos ha negado todo el tiempo. No somos bien atendidos, siempre que vamos nos descalifican: ‘ahí llegó la mamá del guarimbero, este es el caso de los muchachos guarimberos’ así es como nos tratan en la instancias nacionales” afirma. 

A Carmen no le ha quedado otra opción que unirse a organizaciones no gubernamentales como Justicia, Encuentro y Perdón que a través del apoyo de la señora Rosa Orozco y de Martha Tineo pudieron guiarse en las acciones y enviar información del caso de Miguel al exterior, ya que en Venezuela no consiguen justicia.

Para el 2019 se unió y creó Alfavic junto a un grupo de padres de jóvenes asesinados en el contexto de rebelión popular del 2017, una alianza de familiares y víctimas del 2017 para trabajar en la búsqueda incansable de justicia por sus hijos. La constante impunidad ha ocasionado que estos padres hayan salido junto a organizaciones de derechos humanos a buscar justicia fuera de Venezuela: “Realmente aquí es muy difícil conseguir justicia”

Una batalla sin rendición 

La familia de Miguel no ha cesado la búsqueda para que el rumbo del país cambie, la lucha de Miguel, una mejor Venezuela: “Un mejor rumbo, una Venezuela democrática y de justicia social”. Ellos siguen en la búsqueda de esa justicia, cada vez que pueden manifiestan su descontento y se unen a grupos de protesta en contra de la situación que se vive en el país; se niegan a rendirse y que la crisis continúe, quieren oportunidades para que regrese la gente joven que tuvo que huir de su país y que puede reconstruirlo.

Carmen Bracho asegura que como venezolanos no se debe perder las esperanzas: “Debemos tener fe que vamos a salir, que vamos a volver a vivir en una Venezuela mucho mejor que la que teníamos, todos debemos seguir empujando este barco que se llama Venezuela para que podamos tener un mejor futuro”


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Prensa Provea.