PROVEA continúa con el monitoreo sobre las condiciones laborales y medio ambiente de trabajo del personal de salud en Venezuela, en contexto de la pandemia del COVID-19.
Ha transcurrido más de un año de la declaración de la pandemia por el Covid-19 y marzo 2021 fue uno de los meses más críticos, en cuanto a muertes, radicalización y nueva cepa del Covid-19. El 14 de marzo el gobierno de facto de Nicolás Maduro, declaró a Caracas, La Guaira, Miranda y Bolívar en cerco sanitario y una flexibilización limitada y parcial en la región capital y en el estado Bolívar.
En esta novena edición de nuestro Boletín sobre Personal sanitario, condiciones y medio ambiente de trabajo en Venezuela, se documentó el monitoreo realizado en marzo, mes en el que se registró un incremento acelerado en los casos y muertes por COVID-19, de acuerdo a la información oficial. Mientras que en el mes en febrero se reportaron 10.189 casos, en marzo hubo al menos 21.381 casos, con cifras diarias de hasta 1348 pacientes con COVID-19.
Hasta febrero se habían producido en Venezuela un total de 349 muertes del personal sanitario, pero en marzo la tendencia se incrementó hasta lamentablemente 59 profesionales de la salud fallecidos, para un total de al menos 408 trabajadores sanitarios muertos. Esperamos que este incremento se detenga, las medidas adoptadas son insuficientes para evitar más pérdidas de vidas, es clara la vulnerabilidad del personal del sector salud ante esto.
Reiteramos la gran preocupación y hacemos, una vez más, un llamamiento al gobierno de Nicolás Maduro para una vacunación oportuna, inmediata y eficaz en Venezuela. Recordando que antes de la declaración de pandemia, el país atraviesa una Emergencia Humanitaria Compleja que tiene como una de sus características más notables, una crisis en el sector salud en todas sus dimensiones.
Es urgente el reajuste de medidas de protección a los trabajadores de la salud y el cumplimiento efectivo de la legislación, como la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (Lopcymat).
Vacunación a cuentagotas
En marzo se recibió el tercer lote de vacunas Sputnik V proveniente de Rusia en el marco de la alianza entre ambos países. Jorge Arreaza, quien funge como canciller del gobierno de facto, señaló que “estamos analizando otras vacunas. Hay que ser muy riguroso, el pueblo venezolano sabe que nosotros no podemos, bajo ningún concepto, aprobar vacunas que no cuenten con el respaldo científico de nuestras autoridades sanitarias”.
Por otro lado, se aprobó un acuerdo producto de cooperación entre el Ministerio del Poder Popular para la Salud y la Asamblea Nacional (AN), para ingresar a Venezuela al mecanismo Covax con la participación de las academias, sociedades científicas y actores políticos. Cabe recordar que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) informó, a principios de febrero, que Venezuela tiene reservadas entre 1,4 millones y 2,4 millones de dosis de vacunas en el marco de dicho acuerdo. Sin embargo, se corría el riesgo de perder la reserva si no se cancelaba un adelanto de 18 millones de dólares. La AN aprobó un acuerdo para desbloquear los fondos necesarios: “18 millones de dólares para las vacunas y otros 12 millones de dólares para infraestructura que permita distribuirlas”.
Luego de tal acuerdo, Delcy Rodríguez, vicepresidenta del gobierno de Maduro, informó a la OPS que no recibirán la vacuna de AstraZeneca. “Tenemos informes técnicos, nuestra comisión presidencial científica ha decidido no incluirla en los esquemas de tratamiento en Venezuela ni en los esquemas de vacunación, allí nosotros informamos al representante de la OPS y ya hay claridad de que Venezuela va a escoger a través de este mecanismo, cuál es la vacuna que está permisada para aplicar al pueblo venezolano”.
Por otro lado, el sector privado del país, representado por Fedecámaras, ofreció una propuesta de vacunación con una previsión de 6 millones de dosis (para vacunar a 3.000.000 de personas, si son 2 dosis o de 6.000.000 de personas, si es de 1 dosis), de las cuales 20% estará destinado a poblaciones más vulnerables determinadas por el Ejecutivo Nacional, en principio. El propósito es que las empresas privadas paguen las vacunas y trabajadores de dichas empresas puedan beneficiarse de forma gratuita. El presidente de Fedecámaras, Ricardo Cussano, señaló que “el Programa de Vacunación no es con fines de comercialización. La aplicación de la vacuna será gratuita para los trabajadores y demás beneficiarios, como compromiso y responsabilidad social empresarial. El costo de cada dosis no implica ganancia a ninguno de los actores de la cadena”.
La vacunación debería tener en los próximos meses una incidencia positiva en la reducción de fallecimientos de personal de salud. Si ello ocurre se habrá logrado un gran avance.
Dadas estas consideraciones, una vez más, la decisión queda en manos de la voluntad política, lo que constituye una relación de poder que puede devenir en inequidad. Es indispensable que, en un momento de emergencia mundial, el acceso a las vacunas sea oportuno, aceptable y asequible para los grupos más vulnerables y personal sanitario y, paulatinamente, para el resto de la población. Un programa de vacunación con enfoque basado en derechos humanos debe ofrecer estrategias y soluciones que tomen en cuentan la corrección de las desigualdades, prácticas discriminatorias e incidencia de grupos de poder, que conforman los ejes centrales de inequidad en un plan de vacunación.
¿Qué dicen los expertos?
“Hoy vemos el 80% de nuestros hospitales sin servicio de agua, la escasez de equipos de protección personal y el incremento de las cifras de personal de salud fallecido por Covid-19. Una de las preocupaciones que tenemos es la falta de transparencia e información sobre el plan de vacunación contra el Covid-19. Debemos recordar que todos los venezolanos tenemos el derecho a ser vacunados contra esta patología que, si bien es cierto no va a poner fin a la pandemia, no es menos cierto que va a preparar a nuestro organismo para enfrentarnos ante un virtual contagio. Cuando ya el 70% de la población haya sido inmunizada podemos reiniciar, quizás, nuestras actividades productivas para reactivar en el país la productividad que da del trabajo”
A ello hay que agregar el colapso de las clínicas generando toda esta situación un riesgo a la perdida de la vida principalmente de personas con covid de necesidad de hospitalización y algunas de ellas de terapia intensiva.
Centros de salud en crisis
A 5 años de haberse configurado una situación de la Emergencia Humanitaria Compleja en Venezuela que afecta a la ciudadanía en múltiples derechos destacando la alimentación y salud, y se ha evidenciado entre otros aspectos en la falta de medicamentos e insumos, éxodo de personal sanitario, centros de salud en precarias condiciones de cara a la pandemia el problema persiste y se agudiza con el pasar del tiempo. La indolencia e ineficacia en la gestión pública y los efectos negativos desde 2018 de las sanciones económicas, agudizan la crisis económica y social y con ello los padecimientos de la población.
En la actualidad, casi todos los hospitales han sobrepasado sus capacidades instaladas, designados centros centinela y desprovistos de medicamentos, insumos, equipos de bioseguridad y personal, quienes han sido el gremio más afectado durante la pandemia.
Una breve descripción de nueve hospitales de Caracas, da cuenta de la inacción de los entes y responsables competentes en la búsqueda de soluciones óptimas y eficaces ante la emergencia sanitaria. Las medidas restrictivas o regresivas al derecho a la salud no conforman una eficaz protección.
- Hospital Universitario de Caracas, el servicio de infectología tiene 14 camas, que son las que cuentan con oxígeno. Estos 14 cupos de infectología los ocupan pacientes que llegaron referidos, principalmente por trabajadores del hospital.
- Hospital General de Lídice Dr. Jesús Yerena, cuenta con una sola área de hospitalización que se abrió en 2020, que inicialmente iba a ser una maternidad, pero se utilizó como área COVID-19, con 14 camas de aislamiento. Para el 17 de marzo tenían 22 pacientes. Cuentan con cuatro cupos de cuidados intensivos.
- •Hospital J.M. de los Ríos, el área de Covid-19 cuenta con 25 camas: 13 cupos para sospechosos y 12 para confirmados. Tienen solo dos ventiladores mecánicos para terapia intensiva: uno para casos sospechosos y otro para confirmados. Los ventiladores pueden servir hasta para cuatro pacientes, pues uno es el respaldo del otro, pero no hay suficientes intensivistas.
- Hospital Dr. José Ignacio Baldó, El Algodonal, dejó de ser uno de los hospitales centinela de Caracas en noviembre de 2020. El área de Covid-19 que había estado en funcionamiento en la Maternidad Andrés Herrera Vegas cerró y se transformó en un centro solo para la recepción de embarazadas con Covid-19.
- Hospital Dr. Miguel Pérez Carreño, el área destinada a la atención de pacientes con Covid-19 han tenido hasta 40 cupos, en la emergencia han admitido hasta 15.
- Hospital Dr. José María Vargas, cuenta con 24 camas de aislamiento y cuatro camas en la unidad de terapia intensiva.
- Hospital General del Oeste Dr. José Gregorio Hernández, Los Magallanes de Catia, la capacidad para hospitalizar pacientes con Covid-19 es de 30 cupos. El hospital cuenta con un triaje respiratorio.
- Hospital Dr. Ricardo Baquero González, Periférico de Catia, la emergencia permanece inoperativa por falta de personal de enfermería y suma así varias semanas: cerró sus puertas luego del fallecimiento de la jefa de enfermeras por Covid-19. El servicio de Medicina Interna, que había sido convertido en el área Covid-19, también está cerrado momentáneamente por falta de personal, pues la mayoría contrajo el virus.
- Hospital Dr. Miguel Ángel Rangel, Periférico de Coche, inicialmente contaba con 60 camas (capacidad total de 140) y ocho cupos de cuidados intensivos para Covid-19. No se dispone de información actualizada.
«Lea también: COVID-19: 7mo Informe Condiciones de trabajo Sector salud en Venezuela, noviembre 2020»
A través de estos informes mensuales queremos contribuir a visibilizar las condiciones en que laboran las personas en el sector de la salud pública en Venezuela. Y también, hacer un llamado de ayuda y acción a las autoridades en sus distintos niveles de responsabilidad nacional, estatal y municipal como de las agencias internacionales que vienen prestando ayuda humanitaria en Venezuela.
Desde Provea, expresamos nuestra fuerza y palabras de condolencias a todo el personal de salud que está librando la batalla por la vida en Venezuela, especialmente bajo condiciones tan difíciles, también a todos los familiares que perdieron a sus seres queridos. Enviamos nuestro reconocimiento porque realizan día a día su labor, a pesar de las situaciones económicas y sociales, y los riesgos a los que se exponen por dar atención a la población afectada por la COVID-19.
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