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José Gregorio Afonso

Profesor universitario, Presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela (APUCV)

José Gregorio Afonso | La lucha contra el instructivo ONAPRE encuentra su antecedente más cercano en el en el año 2018, cuando enfrentamos la imposición de las denominadas “Tablas del Hambre”.

En esa oportunidad, el instrumento utilizado por la administración de Maduro para desconocer los acuerdos laborales para el diseño de los tabuladores salariales de la administración pública, fue la circular-memorándum 2792, la cual estableció que estos debían iniciar en un salario mínimo.

La aplicación de la Circular-Memorándum 2792 en el sector educativo fue grotesca, pues mientras en abril de ese mismo año, había firmado la II Convención Colectiva del Ministerio de Educación que contemplaba que el tabulador salarial de sus trabajadores arrancaría en 5 salarios mínimos, y en julio, firmó un acta con la oficialista FTUV, en la cual el del sector universitario comenzaría en 4,75; en agosto del 2018, desconoció ambos acuerdos y estableció que los tabuladores salariales de la educación básica, media, diversificada y universitaria iniciarían en un salario mínimo.

A la Circular-Memorándum 2792 respondimos en las calles en forma decidida, con movilizaciones a los poderes públicos implicados y en las instituciones universitarias. También contribuimos a elevar el nivel de organización de los trabajadores apoyando la creación de la Intersectorial de Trabajadores de Venezuela.

La respuesta del régimen en el 2018 a nuestros reclamos y fortalecimiento organizativo fue reprimir: despidos de trabajadores del Metro de Caracas, Cancillería General de la República, sector salud, represión contra las protestas pacíficas, cárcel nuevamente para Rubén González y otros trabajadores de las empresas básicas.

Pese a todo nos mantuvimos firmes, siempre orientados por la convicción de defender el derecho a la negociación colectiva y la libertad sindical negado por la aplicación de la Circular-Memorándum 2792.

Desde que se conoció la existencia del Instructivo ONAPRE, los universitarios hemos exigido en forma intergremial, unitaria, intersectorial y nacional la restitución de nuestros derechos laborales

La documentación de las arbitrariedades de la circular-memorándum 2792, su denuncia y la movilización permanente, condujo a que las demandas de los trabajadores se hicieran presentes en los diversos informes internacionales sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela,  como los presentados por la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de Naciones Unidas y la Comisión de Encuestas de la OIT.

Llego el 2019 y con él, la demanda de cambio político centró la atención de buena parte del país. La lucha por derechos sociales y laborales se inscribió mayoritariamente en ella.

Sin embargo, no se produjo tal cambio. Desde el 2020, la desmovilización natural derivada de la pandemia a escala planetaria y lógicamente en Venezuela, ha favorecido al autoritarismo.

En medio de la pandemia, los trabajadores de todos los sectores del país, en especial los que laboran en instituciones del sector público, no hemos cesado de luchar.

En el 2021, los universitarios, además de enfrentar las recurrentes violaciones a la intangibilidad de los derechos laborales previstos en la constitución y en las contrataciones colectivas, enfrentamos la desnaturalización de nuestra relación laboral, concretada por el régimen a través del secuestro de las nóminas de las universidades por medio del denominado Sistema Patria.

La ofensiva del régimen contra las universidades es total, no se detuvo con el secuestro de sus nóminas en el 2021. En marzo del 2022 nuevamente va contra ellas, ahora a través del tristemente célebre: Instructivo ONAPRE. Un instrumento que desconoce los acuerdos en materia laboral contenidos en la IV CCU del Sector Universitario, firmada por la administración de Maduro y la complaciente FTUV en julio del año pasado.

Como la circular – memorándum 2792, la imposición del Instructivo ONAPRE, aparece en medio de un aumento del Salario Mínimo Nacional de importantes dimensiones nominalmente hablando. Se trata de su incremento en 1800% a partir del 15 de marzo del 2022, publicado en la Gaceta Oficial Nº 6.691.

El decreto publicado en la Gaceta Oficial Nº 6.691, se limita a precisar el nuevo monto del Salario Mínimo Nacional (bs.130) y el Cesta Ticket Socialista (bs. 45).  

Este nuevo Ingreso Mínimo Nacional no puede derivar en cambios de las estructuras de los tabuladores salariales ni en las fórmulas de cálculo de las  cláusulas socioeconómicas que se les asocian.

Sin embargo, el régimen contraviniendo la intangibilidad y progresividad de los derechos laborales establecida en la constitución, modificó, con la aplicación del Instructivo ONAPRE, las interescalas del tabulador salarial de las universidades y desmejoró todas las primas y demás beneficios del sector.

Desde que se conoció la existencia del Instructivo ONAPRE, los universitarios hemos exigido en forma intergremial, unitaria, intersectorial y nacional la restitución de nuestros derechos laborales. Lo hemos hecho por medio de la denuncia, la movilización de calle y acciones jurídicas.

De marzo a julio hemos promovido, a nivel nacional, más de un centenar de acciones de protesta, pronunciamientos de autoridades universitarias, asambleas y diversas acciones jurídicas pidiendo la nulidad del Instructivo ONAPRE.

La más reciente de ellas, fue la demanda de nulidad con medida cautelar de amparo introducida ante el Tribunal Supremo de Justicia por la Asociación Venezolana de Rectores Universitarios.

Si bien no se ha alcanzado aún la desaplicación del Instructivo ONAPRE, el Ministerio de Educación Universitaria tuvo que reconocer los acuerdos laborales internos de algunas universidades desconocidos en el mes de abril, como ocurrió en el caso de la UCV.

De igual modo, tuvo que reconocer y discutir con la Federaciones de profesores, empleados y obreros del sector universitario que agrupan el 90% de los trabajadores del sector.

De la lucha contra el Instructivo ONAPRE ha derivado el fortalecimiento de las intergremiales e intersectoriales de Caracas, Zulia, Táchira, Lara, Mérida y se crearon las de Aragua y Carabobo.

El 18 de mayo se logró un día de protesta nacional de protesta universitaria, hubo manifestaciones en 19 estados del país. Pese a que las universidades no han retomado actividades presenciales y que en cada movilización la presencia de todos los cuerpos policiales es creciente; la conciencia y tradición de lucha de los universitarios en la defensa de sus derechos es superior a los intentos de intimidarles.

Nos corresponde continuar la lucha pese a la proximidad del período vacacional, desarrollar nuevas acciones y prepararnos para más.

Se agrega en los últimos días, la necesidad de enfrentar la pretensión del gobierno de desconocer lo establecido en la III CCU en materia del pago del Bono Vacacional, cuando planea hacerlo en forma fraccionada.

A la lucha contra el Instructivo ONAPRE, hay que agregar la solidaridad y exigencia de libertad para los dirigentes sindicales y defensores de derechos humanos detenidos por el régimen.

Se trata de una escalada de la represión selectiva que busca silenciar la demanda de vivir dignamente de los trabajadores y la población en general. Con la fuerza que nos da la razón y el derecho, la tarea es fortalecer la organización, estimular la esperanza y movilizarse para lograr nuestros objetivos.  

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