Ante un nuevo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, Venezuela se encuentra en un momento crítico, marcado tanto por el reconocimiento a la resiliencia de las mujeres venezolanas por una Emergencia Humanitaria Compleja que impacta con pobreza a los hogares y los desafíos que enfrentan en su día a día, como la violencia femicida que cobró más de 200 vidas en 2023, asesinatos a mujeres solo por el hecho de ser mujeres, a manos de sus novios o parejas, según documentó Cepaz.
El 8 de marzo llega no solo para celebrar los logros de las mujeres venezolanas, sino también para recordar que la lucha por sus derechos es una batalla constante que aún sigue en 2024.
Este año, el Día Internacional de la Mujer en Venezuela tiene un significado aún más profundo con la detención injusta de Rocío San Miguel, defensora de derechos humanos y símbolo del trabajo honesto por más de 20 años. Su caso, junto a otras 18 mujeres detenidas por motivos políticos, resalta la urgente necesidad de abordar la violencia y la represión que enfrentan las mujeres que se atreven a alzar la voz en defensa de la libertad y la justicia en el país. A un mes de haber sido víctima de desaparición forzada por 3 días y de estar detenida en El Helicoide, la conmemoración de este 8M sirve de recordatorio del costo que muchas mujeres deben pagar por su activismo y resistencia.
En este contexto, conversamos con Gricelda Sánchez, docente y activista sindical venezolana de Fordisi, quien ofrece una perspectiva sobre los retos y esperanzas de las mujeres venezolanas en la actualidad, las historias de resistencia de las maestras venezolanas, la persecución del gobierno de Nicolás Maduro, la desigualdad de género y más desde su lucha que lleva más de 700 por salarios dignos y respeto al contrato colectivo de los trabajadores de la educación.
¿Cuál es tu perspectiva sobre la situación actual de los derechos de la mujer en Venezuela y los principales desafíos que enfrentan?
Los derechos de la mujer venezolana son violentados hoy en día en Venezuela. Nos preocupa mucho el hecho de ver que tantas mujeres están presas injustamente. Hoy, el último caso fue el de la ciudadana Rocío San Miguel, una mujer defensora de los derechos humanos que ha realizado una cantidad de denuncias importantes sobre la situación actual en los cuerpos de seguridad del Estado. Esto es solamente un reflejo de los muchos otros casos que pueden existir, que están visibles, quizás algunos y otros no.
Entendemos que no se respetan los tratados internacionales que Venezuela ha firmado, donde se compromete a cumplir con los derechos de la mujer venezolana. Esto es una situación bastante crítica y hoy entendemos que el mayor de los desafíos que enfrentamos es el hecho de no tener un salario que nos permita costear los gastos diarios, como ciudadanas y como mujeres trabajadoras que somos. Tengo que decir que, en Venezuela, hay muchas mujeres que son madres y padres de familia. En el caso de las maestras, vemos cómo, de cada diez, seis podrían estar llevando el hogar solas.
Y el hecho de no tener cómo sufragar esos gastos, como vestirse, alimentar a sus hijos o pagar sus gastos cotidianos, se convierte en una tarea bastante compleja. Por eso, en Venezuela, podemos decir que no tenemos absolutamente nada que celebrar.
Como docente y activista sindical, ¿desde el movimiento sindical qué acciones quieren para abordar los problemas relacionados con los derechos de las mujeres en el ámbito laboral?
Desde nuestra organización, nos dedicamos a la formación, consideramos que es muy importante el hecho de que las mujeres se empoderen de esos tratados internacionales que existen y que ha firmado Venezuela, y que las mujeres manejen todo lo que implica la parte jurídica y legal.
Existen leyes nacionales e internacionales que respaldan nuestros derechos y buscamos empoderar a esas maestras que hoy están activas en las escuelas, que hacen un gran esfuerzo por enseñar para que se conviertan en defensoras de estos derechos y en activistas, y puedan, además, multiplicar esta información.
Creo que es importantísimo el tema de poder documentar, preparar y capacitar a las maestras para que puedan defender su derecho, porque no puedes defender lo que no conoces. Entonces, creemos que esa es la principal tarea que tenemos nosotros como activistas, representantes del gremio y líderes de este movimiento en el cual nos siguen muchísimas personas.
¿Cómo ha impactado la crisis económica y política de Venezuela en los derechos y la vida cotidiana de las mujeres, especialmente en el sector educativo y docentes?
La crisis económica y política del país ha impactado negativamente en nuestros derechos, y esto se refleja, por ejemplo, en que una mujer profesional, una mujer que se prepara en la universidad y trata de sacar adelante a su familia, hoy en Venezuela prácticamente está inhabilitada para hacerlo debido a que la falta de salario no le permite alcanzar parte de los proyectos que se traza como mujer y como ciudadana.
Y no solamente las profesionales, también las amas de casa, las obreras de las escuelas, las personas que se dedican al trabajo administrativo de las instituciones, las madres elaboradoras, es decir, somos afectadas todas por igual, porque ya el hecho de tener un título, de superarse o de prepararse para mirar más allá en Venezuela hoy, eso no tiene fuerza.
Es por eso que es súper importante, y luchamos para que se entienda que todas tenemos derechos; las que estudian tienen derecho, pero las que no estudiaron y hacen un oficio también tienen derecho. Por eso trabajamos en la unificación del sector como tal y cuando hablamos de los maestros, hablamos del gremio y de la educación y de los que hacemos vida en la escuela porque definitivamente creemos que en la unión de todas las mujeres que hacemos vida, por ejemplo, en las escuelas de Venezuela, en nuestra unión está nuestra fortaleza y hacia allá miramos y trabajamos. Entendemos la importancia que tiene la unificación porque estamos siendo afectadas todas por igual.
¿Cómo te ha afectado a ti la violencia contra la mujer? ¿Cuál es la situación en Venezuela y qué medidas consideras urgentes para combatirla?
Bueno, tengo que decir que he sido violentada por el patrono en una oportunidad; incluso tuve mi salario suspendido. Llevo más de 20 años dando clases, desde el año 98, y arbitrariamente, como a muchos maestros de Venezuela a los cuales he apoyado en la recuperación de su salario, puedo decir que hemos apoyado a más de 3000 trabajadores en los últimos años para la recuperación de sus salarios. Fui víctima de esto, y lo que más me sorprendió, lo que más me causó impacto, es que cuando fui a hacer mi reclamo formalmente como Secretaria de Reclamo de una organización sindical del Distrito Capital y me entrevisté con la jefa del Gobierno del Distrito Capital, la Secretaría de Educación, ella me dijo que había tenido el salario suspendido porque el presidente de la organización sindical en la cual estoy actualmente, porque sigo siendo Secretaria de Reclamo de ese sindicato legalmente, había ido para exigir que me suspendieran el salario porque yo no era dirigente sindical. Es una persona que sale por los medios de comunicación diciendo que el gobierno, que no sé qué, que bueno que el salario de los trabajadores, pero entonces tú ves que hace estas prácticas antisindicales.
Tengo que decir que las prácticas antisindicales también están penadas en la Ley Orgánica del Trabajo, pero bueno, como no hay Estado de Derecho hoy en Venezuela y se vulneran los derechos, hay algunos dirigentes sindicales que se aprovechan de esto. Tengo que decir que este presidente de la organización sindical, que actualmente da declaraciones a la prensa y todo eso, suspendió el salario no solamente a mí; también le suspendieron el salario a tres mujeres, madres de familia, tres mujeres que trabajamos y nuestro trabajo es público, notorio y comunicacional. Vivimos esto, es decir, que no solamente el Estado violenta, también hay dirigentes sindicales que dicen una cosa por radio, prensa y televisión, pero en la práctica son, por no decir gemelos, de lo que hace Maduro y de lo que hace el Estado con los trabajadores.
¿Qué papel juega la educación en la promoción de la igualdad de género y los derechos de la mujer en Venezuela? ¿Hay programas o iniciativas que conozcas que puedan aplicarse en el país?
Los educadores en Venezuela, hablando del grueso de los educadores del país, porque tenemos contacto con muchas regiones de Venezuela, no solo promovemos la igualdad de género en nuestras escuelas; también promovemos el respeto hacia cada ciudadano.
Para nosotros, el respeto es uno de los valores más importantes que debemos recuperar, especialmente porque vemos situaciones como el acoso escolar y muchas otras con las que no estamos de acuerdo, pero que son abordadas. Buscamos la herramienta a través de los principios y valores democráticos que sí promovemos desde las escuelas. Creemos en esto y consideramos que el reconocimiento de las personas está consagrado, por ejemplo, en nuestra Constitución; los derechos de los hombres y de las mujeres están allí. Entonces, nos dedicamos a eso y creemos en ello.
¿Cuál es la situación actual de las condiciones laborales de los docentes en Venezuela y cómo afecta esto a la educación y promoción de los derechos de la mujer?
La situación actual de las educadoras es terrible, algo impensable; no nos esperábamos que esto fuera a ser una condena tan brutal como la que estamos viviendo. El hecho de levantarse y no tener nada es desolador. Maestras me llaman diciendo que ni siquiera pueden comprar agua para beber. Es una situación gravísima, terrible lo que se vive hoy en el sector educativo y cómo esto afecta, de manera terrible, a mediano plazo, a nuestros niños y jóvenes, impactando el proceso de formación. Nos preguntamos qué va a pasar de aquí a cinco, siete, diez años con esos profesionales o personas que se están formando hoy, porque no es solo el tema de la educación pública en crisis, sino también en la educación privada.
Nos preocupa mucho ver, por ejemplo, jóvenes de 14 o 15 años con el tamaño de un niño de nueve años porque no se están alimentando bien, no se están formando adecuadamente, con problemas gravísimos de lectura, escritura y de los conocimientos básicos para avanzar en la vida.
Esto nos preocupa bastante, y por eso mantenemos nuestra lucha incansable hasta conquistar nuestros derechos, que sin dudas van a impactar en los derechos de esos jóvenes de esos 8 millones que hoy no tienen posibilidad de formarse en las escuelas, sin contar a los niños y jóvenes que están también en la calle sin posibilidad alguna de vislumbrar un buen presente y un futuro.
¿De qué manera pueden contribuir el gremio docente y organizaciones internacionales a mejorar la situación de los derechos de la mujer en Venezuela?
El gremio docente ha mantenido su reclamo de manera pública y notoria, de forma pacífica, y esto se ha visibilizado en toda Venezuela porque estamos organizados, porque creemos y apostamos por nuestro país, y porque creemos en la educación. Los organismos internacionales, por su parte, han escuchado parte de nuestros reclamos. Hemos visto que incluso han resaltado algunas de las actividades que realizamos para impactar de manera positiva en la vida de las maestras. Tengo que decir que nuestro gremio es prácticamente 80% femenino y creemos que esta incidencia permite mejorar la situación de este 80% de mujeres, de maestras venezolanas que se encuentran hoy en las escuelas, que están hoy dando clases en las universidades, o que quizás están dedicadas a vender tortas o comida, pero que son pensionadas o jubiladas por el Ministerio de Educación.
Si bien creemos que este trabajo que realizamos quizá hoy no esté dando los frutos que deseamos, sí está dejando su huella, porque cuando se entrevista, por ejemplo, a cualquier funcionario público, lo primero que hacen al sentarse y hablar es mencionar a los educadores y la realidad de lo que está sucediendo en el sector educativo, y esto no ocurría hace cuatro o cinco años atrás. Esto demuestra que el trabajo que hemos hecho ha venido dejando su huella y estamos convencidos de que dejará muchos más.
Con respecto a las mujeres detenidas por motivos políticos en Venezuela, ¿podrías mencionar algunos casos y explicar el impacto que esto tiene en la lucha por los derechos humanos y la igualdad de género en el país?
El último caso, el de Rocío San Miguel, nos pareció verdaderamente impactante. Es algo que uno tarda días en asimilar, especialmente por ser una persona como ella, por su trabajo, su trayectoria y su ímpetu, un ímpetu que, quizás, tenemos muchas otras mujeres, pero que ella pase por eso fue de gran impacto. Por supuesto, nos hace pensar mucho en cómo se busca silenciar al movimiento sindical y a los defensores de los derechos humanos, lo cual nos preocupa muchísimo y nos invita a replantear nuestras acciones. Nuestra ONG se dedica a formar a los maestros y trabajamos con gran disposición con maestros de escuela y aquellos que dan clases, y cada trabajo que realizamos es de manera totalmente voluntaria.
Y uno piensa, voy y por hacer eso, pueden meter a alguien preso. Eso es impactante, que pase en nuestro país y que haya venido ocurriendo durante muchos años, pero sin duda, el caso de Rocío San Miguel fue de gran impacto y todavía estamos en el proceso de asimilación de lo ocurrido.
Pero creemos que es posible la justicia, que a pesar de lo difícil que puedan parecer las cosas hoy, debemos hacer lo que sabemos hacer para sacar adelante ese caso y los muchos otros casos, no solamente de Rocío, sino de las muchas otras mujeres presas políticas que están hoy en Venezuela, que son inocentes y que están tras las rejas. Creemos que debemos unificarnos como mujeres y solidarizarnos con esta causa porque es realmente impactante lo que estamos viendo en nuestro país en los últimos años.
Prensa Provea.