Este martes, vecinos del sector los “come vidrios” ubicado en la populosa barriada de La Dolorita, al este de Caracas, protestaron en las calles para rechazar el asesinato de la niña de 11 años de edad, Yadimar Sierra, ocurrido el pasado domingo 13 de noviembre en su vivienda, a manos de un presunto funcionario de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM).
Vecinos y familiares de Sierra, denunciaron que en horas de la mañana de este domingo el presunto funcionario militar, Alexander Hurtado, habría sostenido una discusión con el tío de la niña a quien, además, habría amenazado.
Relatan que luego de la refriega y cerca de las 10:30 de la noche del domingo, presuntos funcionarios de la DGCIM, vestidos de civil, con chalecos y encapuchados, arribaron al sector a bordo de cuatro camionetas modelo Toyota Hilux. La versión aportada por los habitantes del sector apunta a que los presuntos militares habrían disparado en repetidas ocasiones cerca de la vivienda donde residía Yadimar Sierra y que posteriormente comenzaron a patear la puerta de la casa.
Otros relatos indican que -minutos antes del arribo de estos hombres armados-, el presunto funcionario de la DGCIM, Alexander Hurtado, se encontraba en estado de ebriedad y había realizado una llamada pidiendo apoyo para que una “comisión se hiciera presente en el sitio y lo apoyara”.
Familiares de Yadimar contaron a Provea que en medio de la agitación y el ruido de los disparos, la niña intentó cerrar la ventana de su casa y que, al ver su silueta, Hurtado le habría disparado en dos ocasiones, asestando uno de sus disparos en el cráneo de Yadimir Sierra.
“Su hermana de 14 años comienza a gritar y cuando la cargan y la sacan de la casa, todos los funcionarios que estaban en el lugar inmediatamente salen huyendo”, relató al equipo de Provea María Eugenia Segovia, abuela de Yadimar Sierra.
“El tío de Yadimar se la lleva en la moto hasta la Clínica Popular de La Dolorita y luego es trasladada hasta el hospital de El Llanito. Cuando cobra conciencia le pregunta a su abuela qué le había pasado” contó otra persona entrevistada por Provea.
Yadimar Sierra falleció la mañana del lunes 14 de noviembre en el Hospital Domingo Luciani de El Llanito, el principal centro médico del este de Caracas, enclavado en la barriada más grande de Venezuela y una de las más violentas de América Latina, Petare.
Hace 8 años, esa violencia que azota a diario a cientos de miles de habitantes de Petare, había pateado la puerta de la casa de Yadimar. Su padre fue asesinado por una bala pérdida en medio de un enfrentamiento entre bandas delictivas rivales del sector.
Como un indetenible péndulo, en Petare y otros barrios pobres de Venezuela, la violencia es ejercida, a ratos por bandas delictivas y a ratos por policías y militares. Pero las víctimas siempre son las mismas.
La madre de Yadimar emigró hace menos de un mes a Perú, en busca de mejores oportunidades y ahora pide ayuda para poder volver y enterrar a su hija.
Los vecinos del sector, rechazan los constantes atropellos ejercidos por funcionarios policiales y militares. Recuerdan el asesinato de Cristian Charris, un barbero de la comunidad que fue asesinado el 24 de septiembre de 2018 por presuntos miembros de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES), y cuyo caso sigue impune.
Se mantendrán en las calles exigiendo justicia. Este domingo 20 de noviembre, se concentrarán en el Terminal de la Dolorita, a las 4:00 pm, para exigir investigación y sanción para los responsables del asesinato de la niña Yadimar Sierra.
Prensa Provea