“El subsidio de la gasolina es soberanía nacional” Así describió en el 2008 el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, cuando una vez más descartaba aumentar lo que por años había sido uno de sus mayores lemas políticos. Después de 12 años, y tras varios intentos de “aumentar” el precio de gasolina que los venezolanos consumen, finalmente el Gobierno de facto, presidido por Maduro, decidió sepultar las palabras y promesas de Chávez, aumentando cincuenta mil millones por ciento (50.000.000.000) el costo “subsidiado” de la gasolina.
Venezuela, país con aproximadamente 300 mil millones de reservas de petróleo, pasaría desde el primero de junio a tener dos sistemas de precio para la venta de gasolina, una “subsidiada” a Bolívares 5.000 por litro, de la que solo se podría comprar 120 litros por mes; y otra “premium” con un costo muchísimo mayor de 0,50 centavos de Dólar por litro, que no tendría límite de compra en “200 gasolineras gestionadas por empresarios privados que realizaron la importación de gasolina” en palabras de Maduro.
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El anuncio provocó una alta oleada de demanda por el precio subsidiado en todas las gasolineras del país, demanda que en la realidad se tradujo en colas, trancas y descontento social de quienes pasaban más de 12 horas en cola sin poder surtir sus vehículos. Esta primera semana también llegó con más persecución contra quienes denunciaban situaciones irregulares en las gasolineras, recibiendo represión por funcionarios policiales, como el caso de la periodista Carol Valero, detenida por la Guardia Nacional Bolivariana, luego de intentar grabar un altercado en una Estación de servicio.
Venezuela continúa con largas colas en Estaciones de servicio, protestas, y más escasez de gasolina. Todo esto en un país con 300 mil millones de reservas de crudo.
Autoridades deben garantizar el servicio de gasolina, su carencia deteriora la calidad de vida de los venezolanos. pic.twitter.com/9wwXv3gHPD
— PROVEA (@_Provea) June 6, 2020
Provea tuvo la oportunidad de conversar en exclusiva con José Guerra, economista, escritor y diputado venezolano perseguido político forzado a permanecer en el exilio, sobre las implicaciones de este nuevo sistema de precios de la gasolina en Venezuela, sus ciudadanos y la calidad de vida. Aumento que Guerra considera como “el acto de mayor discriminación social y económica que se registra en la historia venezolana”.
Gasolina “subsidiada” y gasolina dolarizada, ¿qué es lo que realmente esto implica en Venezuela?
Para Guerra el subsidio a la gasolina y la venta diferenciada entre gasolina subsidiada y gasolina en dólares lo que significa es el acto de mayor discriminación social y económica que se ha registrado en la historia venezolana. Según él, en Venezuela no ha habido ningún gobierno que haya diferenciado para la venta el precio de un bien, con lo cual el madurismo inaugura una etapa de discriminación jamás vista en el país.
“Esto en realidad lo que esconde es que no hay gasolina, que hay una escasez profunda y tienen que racionarla, y la están racionando de la peor manera”
Pero, ¿por qué justamente después de años con promesas de jamás aumentar el precio de la gasolina, Maduro decide hacerlo ahora y con dos costos? Para el diputado en el exilio, lo están haciendo ahora porque “se acabó la caja, PDVSA está quebrada” y esto significa que no se puede mantener el precio de la gasolina tal como se venía cobrando. Pero en palabras de Guerra este cobro lo están haciendo de la peor manera, por un lado manteniendo un “subsidio” y por el otro vendiendo en dólares, desplazando la venta de las estaciones de servicio de la subsidiada hacia la gasolina dolarizada porque “no se puede mantener ese monto de subsidio”
Si bien es cierto que el Estado venezolano tiene la producción de petróleo en descenso, y con algunas dificultades para generar su propia gasolina -la cual requiere de aditivos importados y la reactivación de las refinerías internas- el nuevo costo de la gasolina afectaría a los millones de venezolanos que perciben salario mínimo. Para Guerra este aumento afectará en la medida en que el transporte y otros bienes incrementen en cuanto la gasolina subsidiada pueda dejar de venderse, y se extienda mucho más la venta de la dolarizada.
“El transporte sin duda va a aumentar, y los productos con traslado también van a incrementar con el aumento de la gasolina. Esto de que hay gasolina subsidiada, eso no existe, eso va a ser por unos días nada más, entonces el flete va a aumentar, ese flete se traslada al precio de los productos y el bolsillo de los venezolanos que se verá mermado en su capacidad adquisitiva producto del aumento de la gasolina”
Impacto de la primera semana
A partir del primero de junio, inició el nuevo sistema de precios de la gasolina, con ello se sumaron largas colas a lo largo del país, protestas y caos por la distribución de la deseada gasolina subsidiada. Guerra señala que esto sucedió porque hay una demanda acumulada no satisfecha, sobretodo con la subsidiada porque principalmente se sabe que es escasa y escaseará. Además, el diputado no es positivo sobre el panorama, asegura que no hay esperanza de que se resuelva porque las refinerías venezolanas están paralizadas, señala que PDVSA está tratando de reanudar Cardón y El Palito, pero “no es fácil”, dicha operación requiere millones de dólares de inversión, tampoco hay personal calificado, sin olvidar que no se cuenta con la materia prima fundamental para el procesamiento del petróleo, esencial para obtener la gasolina.
“Estos desabastecimientos van seguir a menos que liberen totalmente el precio de la gasolina, lo pongan en dólares a un precio de 60 centavos de dólar, con lo cual eliminan la demanda excesiva y pasa como sucedió con otros productos que el precio era tan elevado que se acabaron las colas, pero a un costo enorme que es la exclusión” puntualiza Guerra.
El tema de la venta dolarizada incluyó a unas 200 bombas de gasolina “gestionadas por empresarios” que exclusivamente comercializarían el combustible al nuevo precio de 0,50 centavos de Dólar por litro. Este anuncio hecho por Maduro, se hizo sin muchos detalles. Para Guerra esto oculta algo, ya que la ley del mercado interno de la gasolina y la ley orgánica de los hidrocarburos establecen que la distribución y venta de gasolina es una concesión del Estado que se le otorga a los privados cuando el propio Estado no la pueda vender directamente. Lo diferente en esta oportunidad, es la alta opacidad y una inexistente transparencia en el hecho. No se conoce quienes son esos beneficiarios de la venta de gasolina, Guerra asegura que evidentemente van a ser los amigos de ellos (cercanos al régimen) en el caso de que lo hagan así, como ya ha pasado con los famosos bodegones.
“Los bodebombas, donde gente vinculada con el régimen, especialmente con Tareck El Aissami, hacen grandes negocios con la venta de la gasolina”
Consolidación de la dolarización
¿Por qué en un país petrolero como Venezuela surge el inicio de la “dolarización de la gasolina”? Para Guerra esto en realidad pasa porque Venezuela siempre tuvo gasolina subsidiada desde los años setenta, para él, el pico del subsidio fue bajo el gobierno de Hugo Chávez, donde se calculaba que anualmente hasta el año 2015-2016 el subsidio anual llegaba a los seis mil millones de dólares, cifra que Guerra ve francamente infinanciable, ya que a mayor precio internacional de la gasolina, mayor es el subsidio. En números e ingresos, Venezuela dejaría de generar divisas con la cantidad que estaría vendiendo internamente a pérdida. Consecuencia de ese modelo, ahora está surgiendo la dolarización como una necesidad fiscal, ya que PDVSA tiene la banca rota y hay un hueco fiscal monumental producto de la hiperinflación que exige que el fisco recaude más dinero, y la manera de recaudar más dinero es “metiéndole la mano a la gente en el bolsillo para sacarle lo que cueste la gasolina” puntualiza Guerra.
Para el economista, el anuncio de los nuevos precios es efectivamente la profundización de la dolarización, que ya no es solamente de facto, sino de hecho, porque aunque el aumento no esté publicado en ninguna gaceta oficial, es notorio que van a cobrar la gasolina en dólares, por lo tanto la profundización de la dolarización en Venezuela es un hecho irreversible según el economista. Su argumento para esa explicación reside en que ya el Bolívar no existe, los pocos productos que se venden en Bolívares se venden en una tasa de cambio equivalente en dólares, dolarizados, aunque no se use el dólar físico en la operación.
“Los únicos o los pocos que están cobrando todavía en bolívares son los empleados públicos, pensionados, cuyo salario está depauperado por la hiperinflación”
Antecedentes sobre la actualidad
Algunos aseguran que el último aumento fuerte de la gasolina que se vivió en 1989 provocó el denominado Caracazo, evento venezolano que generó un estallido en una parte de la población. Desde el nuevo sistema de distribución de la gasolina, han surgido protestas sumadas a un gran descontento por quienes desean llenar sus tanques y pasan horas en colas de las estaciones de servicio.
Sobre un “nuevo Caracazo” Guerra asegura que efectivamente hay protestas todos los días, pero los hechos sociales y políticos ocurren cuando menos se espera, pero tampoco se repiten. Asegura que diariamente hay protestas de gente que ya no aguanta la situación por la cola, porque no puede pagarla, personas desesperadas porque su medio de trabajo es el transporte, y sencillamente esto para Guerra está provocando una “rebelión silenciosa de los venezolanos”.
Desesperanza y panorama
Para el economista egresado de la Universidad Central de Venezuela, la desesperanza que pueden vivir algunos venezolanos es propia en estas situaciones. Afirma que el gobierno presidido por Maduro ha tratado de quebrarle la moral a la gente, recluyéndolos en casa, racionando todos los productos para hacerlos súbditos del Estado, pero confía en que hay un pueblo en rebelión permanente, el cual que no acepta lo que sucede, quienes son el origen de las protestas que se ven por todas partes en Venezuela.
“No habrá normalidad mientras hay escasez”
Sobre las expectativas de flexibilización en la cuarentena, Guerra asegura que esto enfrenta un dilema, pues a su juicio si hay más flexibilización se reactivará la economía, pero también se puede demandar más gasolina en un contexto en el que no hay, con un alto riesgo de avivar la curva del coronavirus. Aunque, confiesa de seguir la cuarentena, probablemente la curva del coronavirus será menor, pero matará la actividad económica, el empleo y aumente el hambre.
“Totalmente estamos ante un dilema, que hoy con Maduro no tiene solución”
Prensa Provea.