El activista por los DDHH Raúl Cubas, uno de los fundadores de la ONG Provea indicó no tener grandes expectativas acerca de un enjuiciamiento de Nicolás Maduro y dos de sus ministros en la Corte Penal Internacional, pero aseguró que la acción de los familiares de víctimas de violaciones a derechos fundamentales, las organizaciones defensoras y la población en general que repudia los sistemáticos atropellos a los ciudadanos pueden lograr hacer justicia
«Para lograr en un futuro rescatar la democracia y vencer la impunidad de las violaciones a los derechos es necesario apostar a la unidad de todos los afectados, que no son solo los identificados con la oposición, sino también los chavistas críticos disidentes que también son víctimas del autoritarismo”.
Así lo expresó el activista político y defensor de DDHH Raúl Cubas, uno de los fundadores de la ONG Programa Venezolano de Educación-Acción (Provea), que actualmente llega a 32 años de funcionamiento, y quien no deja de observar algunas similitudes, a pesar de las muchas diferencias, entre los procesos autoritarios del cono sur, que padeció en carne propia, y los atropellos que se producen en Venezuela.
Cubas fue parte del movimiento de Los Montoneros en Argentina, su país de origen. Trató de suicidarse para no caer preso de la dictadura, pero no lo consiguió y estuvo recluido en la temible ESMA (Escuela Mecánica de la Armada). Estuvo preso tres años y de allí salió para Venezuela, eran tiempos de una democracia, imperfecta, pero con espacios para incorporarse a la lucha por los DDHH.
En entrevista con TalCual en el marco de la alianza informativa con Provea, Raúl Cubas explica lo que ha sido la evolución de la defensa de los DDHH en el país que hizo suyo, delimita las características que diferencian la situación actual con la que se vivió especialmente en Argentina, y advierte que no llegará una solución para la difícil situación nacional ni desde los cuarteles ni desde el exterior del país.
Raúl Cubas: Nuestra primera experiencia práctica fue el “caracazo”
-¿Cuál era la situación al inicio de Provea y cómo cree que ha evolucionado la lucha por los DDHH desde entonces?
-Cuando se fundó Provea, a finales 1988, la organización nació con el objetivo de defender los DDHH y en especial los económicos y culturales, ya que no había organizaciones con esa experiencia; la mayoría estaba orientada a la defensa de los derechos civiles, económicos y políticos, principalmente los abusos policiales, torturas y ejecuciones extrajudiciales, así como la defensa de presos políticos que venían del pasado. A pesar de nuestro interés por esos derechos, la primera experiencia fue la de la masacre de El Amparo, primera denuncia que hicimos nacional e internacionalmente. Apoyados por otras organizaciones, logramos llevar el caso ante la CIDH y después ante la Corte que produjo el primer fallo en contra del Estado venezolano y sentó un precedente.
“Cuando se empezó a trabajar ya con local propio –continuó relatando Raúl Cubas- vino el caracazo, primera experiencia práctica, con suspensión de garantías, toque de queda. Recibimos denuncias sobre todo por parte de estudiantes en barrios de Caracas, habían sido detenidos y en muchos casos torturados, fue una experiencia muy importante. Nos confirmaba que había que combinar la acción con las denuncias ante los organismos públicos, especialmente el Ministerio Público”.
Resaltó Cubas que, en esos primeros tiempos, los activistas de Provea siempre se enfocaron en el apoyo de las víctimas y de sus familiares, vecinos o trabajadores en cualquier conflicto donde se violaran los DDHH. “No solo fue un éxito la estrategia de El Amparo, sino que logramos junto con estudiantes de la USB ganar la pelea por la educación gratuita, cuando se les quería imponer unas matrículas bastante importantes para estudiar, pero la acción de calle y una acción judicial dio como resultado la marcha atrás de esa resolución del rectorado. Asumimos casos novedosos que no eran muy comunes”, indicó.
Recordó como una de las experiencias fundamentales de los primeros tiempos de Provea la publicación del primer informe anual de DDHH, que hicieron el primero en diciembre de 1989. “En aquél entonces nadie nos conocía, convocamos a una rueda de prensa nacional e internacional y un solo medio internacional, France Press, fue el que cubrió la misma”.
Raúl Cubas: Situación de DDHH se fue degradando con Chávez y se hace grave con Nicolás Maduro
El activista hace un balance favorable sobre la lucha por los DDHH a pesar de la actual situación del país, donde la Alta Comisionada de los DDHH de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, ha confirmado que existe una violación sistemática de los mismos, y cuando la Comisión de Determinación de los Hechos de la ONU ha acusado a Nicolás Maduro y dos de sus ministros de responsabilidad en la comisión de crímenes de lesa humanidad.
“La lucha ha sido positiva, con debilidades y fortalezas, pero hoy permanece en el tiempo. Hoy es una realidad completamente distinta a la de la década de los 90. Con una gestión (política) que se inició con esperanzas por parte de la población y activistas de DDHH, pero que se fue desvirtuando y degradando con el tiempo y donde las situaciones más graves las hemos visto luego del fallecimiento de Hugo Chávez y la llegada de Nicolás Maduro, que ha convertido la situación en violación sistemática de los DDHH. Eso no nos ha amilanado ni callado; seguimos en la misma tónica de participar junto a otras organizaciones y es una de los saldos más importantes de este proceso”, argumentó Raúl Cubas.
Añadió que, en aquellos tiempos de pioneros, la primera organización fue el Foro Por la Vida, que estuvo conformado por 15 organizaciones. “Hoy, en este marco que estamos viviendo, hay más de 100 organizaciones que se dedican no solo a la defensa de derechos civiles y políticos, sino culturales, económicos, salud, trabajo y pueblos indígenas”.
Resaltó además que han constatado la movilización de amplios sectores de la población en la defensa de los DDHH. “Al principio nos preguntaban cómo defendemos DDHH cuando no teníamos abogados en el equipo. Teníamos sociólogos, docentes y activistas políticos y eso era porque era muy difícil encontrar abogados con vocación para la defensa de DDHH. Con el Foro Penal y Justica Proceso, queda demostrado que hay cientos de abogados agrupados en organizaciones o ejercen privadamente la defensa de presos políticos, torturados y perseguidos, algo que era impensable hace 32 años atrás”.
Paralelismos con dictaduras de Argentina y Chile
Indicó que la idea de impulsar procesos de memoria, verdad y justicia, la rescataron de las experiencias del cono sur, específicamente de Argentina. “Hemos conocidos los mayores éxitos en la lucha contra la impunidad. En Argentina se tardó más de 30 años para comenzar los juicios a militares por delitos de lesa humanidad, y hasta ahora se han producido 1.000 juicios”.
-¿Cuál es la comparación que hace entre las dictaduras del cono sur y el autoritarismo en Venezuela?
-El contexto político es totalmente distinto por los años y las características de los regímenes. Aquella era una dictadura militar y en Venezuela hay un proceso de erosión de la democracia, de autoritarismo y falta de independencia de los Poderes. En el caso de Argentina la represión fue muchísimo mayor, en cuanto a víctimas, hablamos de 30 mil desaparecidos, asesinados y presos políticos; en nuestro caso, son reducidas las cifras, pero parte de una política sistemática del Gobierno contra la oposición, no solamente a dirigentes, porque hay fallecidos en protestas y muchos de los presos políticos son personas que no estaban afiliadas a partidos, a veces era la primera vez que participaban en una marcha por la defensa de los derechos, algunos tuvieron la desgracia de encontrar la muerte, otros de haber sido torturados o estar en las prisiones.
– ¿Cuáles cree que serán las consecuencias de la presentación del informe de la Comisión de Determinación de los Hechos? ¿Es posible que se aplique la justicia universal por parte de los países que la suscriben o que se inicie un juicio en la Corte Penal Internacional?
-Fundamentalmente el reconocimiento de la misión de los integrantes, su ratificación y prolongación por dos años va a permitir a organizaciones y familiares de las víctimas ejercer mucho más control de la acción represiva del gobierno por cuanto, además, la misión de la Alta Comisionada va a ampliar su cantidad de funcionarios que actualmente son solo dos y va a permitir más contacto para que se conozca la realidad del país.
“Es falsa la acusación del Gobierno de que ese informe fue hecho en Panamá y pagado –sostuvo Raúl Cubas-. Cuentan con testimonios de familiares de las víctimas. ¿Qué va a pasar? Un camino es que la misión de verificación continúe confirmando la situación de Venezuela, y que ojalá con esa presión disminuya la persecución, hostigamiento y violación de DDHH y se detenga la crisis humanitaria compleja que estamos viviendo”.
Advirtió que, en lo personal, no pondría sus mayores expectativas en la CPI. “Es importante, pero es un proceso muy complejo. Está sometido a muchas presiones políticas de los Estados y hasta el momento no ha sido un mecanismo eficaz. Tenemos el ejemplo de Colombia, denunciada por flagrantes y masivas violaciones de DDHH que han ocurrido en el marco del conflicto colombiano, hace 14 años que se abrió la denuncia y no se ha pasado de la primera fase. Creo que el proceso de alcanzar verdad y justicia depende de nuestras propias fuerzas, familiares, ONG de DDHH, movimientos sociales, inclusive los movimientos políticos”, precisó.
Agregó Raúl Cubas que, en este marco de total falta de independencia del Poder Judicial, el Ministerio Público y la Defensoría del Pueblo, es muy difícil que se pueda lograr justicia, pero que esto no quiere decir que no debamos denunciar y actuar ante los organismos internos, porque los expedientes quedan y el tiempo dirá cuándo dará sus frutos.
Logros
“También hay casos donde familiares y organizaciones han logrado victorias, recordemos el caso de Geraldine Orozco. La familia logró hace año y medio la condena de dos de los guardias nacionales, es la excepción, pero en otro contexto político se puede convertir en la norma”, destacó.
Recordó que él fue víctima de la dictadura militar en Argentina pero que después vio los cambios. “Durante unos años uno está solo en el desierto, pero esa persistencia lleva a que se puedan generar cambios políticos en el país más temprano que tarde y nos va a dar señales de cómo se puede alcanzar la justicia”.
-¿El Gobierno, con decisiones del TSJ está revisando casos emblemáticos de violación de DDHH, como el del capitán de navío Acosta Arévalo, y del concejal Fernando Albán ¿Podrá llegar a hacer ver que ya no se violan los DDHH y que cambien los informes sobre la situación en Venezuela?
-No creo que esa sea la intención. No puede limpiarse la cara con tratar de resolver algunos casos cuando las violaciones son masivas y sistemáticas. La decisión que tomó el TSJ tiene dos lecturas, una que lo han hecho mejorar la situación de la imagen de Venezuela en el exterior con la presentación de estos informes y otra porque hay presiones internas, no olvidemos que hay más de 100 militares en condición de presos políticos; es un tema que debe estar generando mucho ruido en el seno de la FAN, también lo correspondiente al caso Albán.
“Las decisiones del TSJ demuestran que, a confesión de partes, relevo de pruebas, los funcionarios imputados y hasta condenados en el caso de Acosta Arévalo han sido liberados; el argumento es que para cambiar el rumbo del proceso se les han violado los derechos a los funcionarios, a los victimarios. No creo que ninguna maniobra distractiva de discurso o de cambios de maquillaje vayan a lograr que Venezuela cambie su imagen”, apuntó Raúl Cubas.
Acotó que la situación se cambia con políticas concretas, reconocimiento de los DHH y castigo a responsables de las violaciones a los mismos. “Eso pasó en Argentina, Chile, hubo acciones para lavar su imagen, pero la misma no se lava”.
Se pasó de la raya amarilla y de la roja
-Usted ha hablado de la posible situación incómoda que hay en el sector militar por la gran cantidad de uniformados presos que hay. ¿Hasta dónde puede llegar el apoyo del sector militar a un Gobierno que viola DDHH?
-En Venezuela se ha cruzado la raya amarilla y la roja porque son muchos los presos militares, es un sistema complejo donde evidentemente los militares tienen poco chance de manifestar su descontento y además, desde el punto de vista de una estrategia para el retorno de la normalidad democrática, hay que confiar en las fuerzas organizadas de la población y no del componente militar porque no son lo que puede resolver los problemas que vive Venezuela, como tampoco la intervención de fuerzas extranjeras, militares o políticas, que complican más la situación. La solución la tenemos que buscar los venezolanos, es una cuestión de vida o muerte.
Para la Alianza Tal Cual – Provea
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