Irving Larios actualmente preside la Plataforma de Organizaciones de la Sociedad Civil por el Desarrollo en Nicaragua. Nace en Corinto, Chinandega, el 15 de mayo de 1958. En 1977 inicia estudios de Economía en Managua, y se incorpora a las estructuras del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Al triunfo del sandinismo, es miembro del Comité Nacional de la Juventud Sandinista y del Consejo Nacional de Educación Superior (CNES). Entre 1980 y 1988, labora en la Dirección V del Ministerio del Interior y luego en el Departamento de Relaciones Internacionales del FSLN. Sin embargo, es parte de la sociedad nicaragüense que ha sido activamente crítica con la gestión de Daniel Ortega y sus contradicciones, siendo parte de la ciudadanía movilizada en lucha por la salida de quien no dudan en calificar como “dictador”. Con él conversamos sobre la actual situación nicaragüense, la represión gubernamental y las perspectivas de salida del conflicto.

– ¿Cómo puede describir, para una audiencia internacional que conoce poco sobre la situación nicaragüense, el inició del actual ciclo de protestas en su país?

Esto es un acumulado. Entender lo que pasa en Nicaragua es conocer que desde hace 11 años se instaló un régimen que buscó cómo ser un gobierno corporativo, en alianza con los sectores más importantes del capital local, y se plantearon controlar el país cubriendo al resto de los sectores. Este gobierno permitió que se asentara una dictadura que comenzó a perseguir a los activistas sociales, a todo aquel que protestara y se prestó para defender de los grandes capitales con subsidios, exoneraciones, monopolios. Por su parte al presidente le legaron el control de las fuerzas armadas y la represión para aquellos que protestaban. Eso es lo que explica un poco lo que ocurre ahora en mi país.

– Siendo así ¿Cuál fue el detonante de estas protestas? ¿Por qué ahora y no antes?

Estalló cuando grupos de jóvenes, ante el incendio de una reserva forestal, vieron la pasividad del gobierno y se dieron cuenta que era un plan para hacer, en esa reserva, una zona de cultivo de palma africana. A eso se le sumó que al analizar con el Fondo Monetario Internacional una serie de medidas para evitar el colapso del Seguro Social, estas medidas fueron dirigidas contra los sectores más pobres, jubilados, evitando afectar al sector empresarial. Ahí se desató la ira del pueblo. Para graficarlo un poco lo planteo de esta manera: la situación fue como un globo que desde el año 2007 se vino inflando poco a poco, con las protestas de cada sector de la sociedad. Cada sector le echó su poquito de aire a ese globo, pero los estudiantes, sin haber estado el globo completamente lleno, por las situaciones presentadas por la quema de la reserva y las medidas del Seguro Social, decidieron explotarlo. Eso es lo que nos lleva a la situación actual.

Las protestas, actores y organización

– ¿Cuáles son los sectores que están participando en las movilizaciones? ¿Cuáles son sus demandas principales?

Los que están al frente son los sectores estudiantiles y juveniles, el movimiento campesino anti canal, los sectores medios que han sufrido la merma en sus ingresos, una parte del sector empresarial y se mantienen en la calle desempleados o que están en el subempleo. También está el movimiento social organizado, ONG que demandan que se restablezcan los derechos humanos que han sido conculcados: el derecho a la protesta, el derecho a la movilización, el derecho a elegir y ser electo. Es decir, unas demandas amplísimas, pero que se concretan en la salida inmediata del tirano. Ahí coincidimos todos los sectores sin excepción. No queremos elecciones cuando él las decida, porque él cambia la constitución a su antojo desde el 2006 ¡queremos que se vaya ya! Otros planteamos que se dé una Constituyente, otros plantean que se den unas elecciones adelantadas, pero en lo que coincidimos es que tiene que irse ya, para que pare el genocidio, el crimen de los asesinatos que se vienen realizando, 1 cada seis horas desde que comenzó la protesta.

– ¿Quién organiza las protestas? ¿Existen instancias de coordinación entre los diferentes sectores que participan en ellas?

Las protestas se organizan básicamente por dos bloques. Un bloque que se conformó a partir de la solicitud de Ortega a la Conferencia Episcopal de iniciar un diálogo. Ortega se puso de acuerdo con los obispos a invitar a un grupo de jóvenes estudiantes, empresarios y sectores académicos para abordar los temas que estaban en la agenda al inicio del conflicto. Pero eso evolucionó y en esa mesa los estudiantes y el movimiento campesino que logró penetrar, se pudieron de acuerdo para pedir la renuncia de manera pública, ya que las primeras sesiones fueron televisadas. A partir de ahí lo que se conoce como Alianza Cívica, asumieron el liderazgo convocando a marchas. También han convocado a movilizaciones la Conferencia Episcopal, para pedir respaldo a su diálogo. Por otro lado, estamos las fuerzas sociales en lo que se ha denominado “Articulación de Movimientos Sociales, ONG y Sociedad Civil”, conformada por las organizaciones de base y populares de todo el país, que busca una ruta que contemple una refundación de manera amplia y definitiva. Se ha convocado a plantones, a marchas, donde la participación ha sido masiva, donde han participado de 250 a 300 mil personas, siendo las dos últimas disueltas a balazos. La última convocatoria, hecha para el sábado 7 de julio, tuvo que ser pospuesta, ya que el régimen montó una provocación al convocar una concentración cerca de la ruta de la marcha. Se hacen esfuerzos para que todas estas acciones sean coordinadas entre los dos bloques Alianza Cívica y Articulación de Movimientos Sociales, ONG y Sociedad Civil. Estas instancias de coordinación cada día se afinan, sobre todo en aquellos sectores que tienen un interés en encontrar, en esta situación, una oportunidad para refundar el país y no caer en los ciclos de violencia de cada 30, 40 años.

El desprestigio de los partidos políticos

 – Resalta que la conducción sea a través de la sociedad civil ¿Qué papel han jugado los partidos políticos?

La ciudadanía tiene deslegitimados a todos los partidos políticos, porque con muy poquísimas excepciones, se alinearon o se prestaron a ser copartícipes de las formas de la dictadura y del gran capital. Los ciudadanos no están integrados a los partidos políticos y ellos están invisibilizados en esta lucha y no hay interés por parte de la ciudadanía en que estos partidos resuciten. El esfuerzo del régimen es volver y darle vuelta al diálogo con los partidos, pero los sectores populares tienen una rotunda oposición a que participen en cualquier forma de negociación, porque eso apuntalará al régimen ya que esos partidos son apéndices del régimen y su continuidad. Aquí se están construyendo nuevas alternativas políticas desde la sociedad civil, que quiere mecanismos de suscripción popular para que la población pueda elegir de forma directa a sus liderazgos. Eso es parte de lo que está en disputa. Ortega, en conjunto con su socio Arnoldo Alemán y el gran capital, eliminaron la suscripción popular desde que hicieron las dos reformas constitucionales.

– Has hablado de la represión en las movilizaciones y protestas ¿Cuáles han sido los principales abusos y patrones de violación denunciados por los manifestantes?

En las dos últimas movilizaciones masivas el método que han utilizado es ametrallar la cabeza de la marcha casi al final de la movilización con el objeto de desbandarlas. Por otro lado, a diario a través de grupos paramilitares, organizados por el régimen y que se mueven por todo el territorio nacional, llegan a los barrios populares sacando de sus casas a jóvenes y activistas, por denuncias realizadas por personajes que denominamos “orejas” o “sapos”, los cuales son empleados públicos o miembros de las fuerzas armadas o sus familiares, para luego asesinarlos. Hasta la fecha van más de 325 ciudadanos, la mayoría jóvenes, van 28 niños que han participado en marchas o en barricadas. Por otro lado, están las desapariciones forzadas que hasta el momento contabilizamos en más de 210 y más de 2.200 heridos por las fuerzas genocidas de este régimen. Es decir, el patrón es el asesinato, el crimen a todo aquel que proteste aun cuando ya están presentes en el país diversos mecanismos de la OEA y de la ONU, el régimen no respeta, es un régimen asesino, dictatorial, sin escrúpulos, sin ética que ha puesto al país en una emergencia para la sobrevivencia de los ciudadanos a través del asesinato indiscriminado.

El ejemplo venezolano

– ¿Los sectores en lucha nicaragüense tienen algún referente de las protestas venezolanas de 2017?

Si hay referentes. Sin duda alguna el pueblo venezolano es fuente de inspiración para el pueblo nicaragüense, aunque con realidades diferentes, obviamente las respuestas son distintas. Es importante resaltar que aquí hay un agradecimiento al pueblo venezolano por su solidaridad, desde los tiempos de la lucha contra la dictadura Somocista, para que saliéramos de esa dictadura. La situación es que, en el caso de Ortega y el gran capital, desde el 2007 fue beneficiado con una cooperación de más de 4.200 millones de dólares, los cuales esperamos conocer su destino una vez la dictadura se vaya, ya que no se conoce a donde fue a parar y quienes fueron los beneficiarios de esa ayuda. Lo que se ha visto es que ese dinero fue utilizado, entre otras cosas, para atraer a un sector social que por prebendas le dio en algún momento respaldo que actualmente ha ido desapareciendo desde el inicio de estas protestas.

– ¿Cuál es la influencia del gobierno venezolano sobre el gobierno y la sociedad nicaragüense?

Creo que es una influencia mutua. De Venezuela viene apoyo económico y desde Nicaragua apoyo en los foros internacionales visto el aislamiento del gobierno de Maduro. Sobre la sociedad nicaragüense el gobierno venezolano no tiene ninguna influencia, influencia tiene en los beneficiarios de esa cooperación que a lo largo de 10 años han recibido la familia Ortega, sus allegados y sus cómplices del gran capital. Por otro lado las contradicciones que han comenzado a aflorar entre la familia Ortega y el gran capital es porque la cooperación venezolana se ha reducido a su mínimo y la oligarquía tradicional no está obteniendo beneficios.

– Los grupos paramilitares que han venido actuando en la represión de la protesta ¿cómo fueron creados? y ¿cuál es el apoyo fundamental que les da el gobierno?

El apoyo que el gobierno le da a las fuerzas paramilitares es total. Estas fuerzas fueron creadas en la medida que fue incrementándose la protesta social y, al ir quedándose solo, se le obligó a que acuartelara a la policía. El método fue entonces sacar a policías vestidos de civil encapuchados, además de militares retirados y ex militares con identidad partidista ya que ocupan cargos en el gobierno, para que acompañaran con armas de todo tipo a esas fuerzas policiales que se ocultan tras un pasamontañas. Estas fuerzas han hecho videos donde proclaman que van a derrocar el alzamiento y la insurrección cívica, pagados con dinero en efectivo y con beneficios diversos, no solo con dinero, sino beneficios materiales incluso con botines de guerra, aunque en la práctica ya lo están realizando, ya que cuando ingresan a las viviendas les saquean todos sus bienes. Igualmente, cuando detienen a personas en la calle le quitan sus pertenencias tales como celulares y dinero en efectivo. Por ahora están concentrados en una fecha importante para el pueblo nicaragüense como es el 19 de julio, aniversario de nuestra revolución, no la de ellos, en remover todas las barricadas que se encuentran en las diferentes vías de comunicación, para así realizar una demostración de fuerza que les permita oxigenarse ante los organismos internacionales que se encuentran en el país y decir que a ellos les favorece la correlación de fuerzas. Esto fue dicho el sábado durante un acto conmemorativo de la movilización Managua-Mazaya de 1979, actividad por cierto que no les fue permitida por el pueblo de Moninbó y de Mazaya, donde tuvieron que replegarse a la plaza Hugo Chávez y no pudieron ingresar ni a Moninbó ni a Masaya.

Los militares y el diálogo

– ¿Qué papel está jugando las fuerzas armadas en estos momentos?

En el caso de la policía su compromiso con el régimen es total. Por eso se habla que a la caída del régimen debe crearse una nueva policía, se habla del enjuiciamiento de todos los altos mandos de la policía y castigados por crímenes de lesa humanidad. En el caso del ejército han tenido otra estrategia, aunque no se han involucrado grupos o contingentes para la represión, altos mandos vinculados al régimen a través de empresas del ejército o que están cargos del gobierno están involucrados en forma directa. Por eso se habla que, a partir de esta semana, haya una participación encubierta del ejército. Por ello ya la ciudadanía ha comenzado a demandar su desaparición. Si bien no se ven pelotones o efectivos militares en labores de represión, es obvio que el armamento que utilizan las fuerzas paramilitares y parapoliciales proviene de allí y la omisión por parte de las fuerzas militares, quienes por obligación deberían hacerlo, obvian la detención de estas personas armadas con armamento de guerra.

– ¿Qué expectativas hay con la labor de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el grupo independiente de investigación?

Existe mucha expectativa en relación a la CIDH, el grupo independiente de investigación y a la presencia del Alto Comisionado de la ONU. El régimen ha actuado de forma que, a pesar de la presencia de estos organismos, ha aumentado sus crímenes y la represión. Existe descontento en cuanto al acuerdo Almagro-Ortega para que las investigaciones se limitaran a los primeros 42 días de la insurrección cívica y ya vamos por 80 días de protestas y los crímenes han seguido incrementándose. Los organismos han aclarado que su mandato es limitado y se ha estado discutiendo la posibilidad de buscar la llegada de mecanismos más sólidos y potentes que puedan frenar la represión en contra del pueblo nicaragüense.

– ¿Qué puede esperarse de la mesa de diálogo?

Que sigan haciendo su papel, porque es el espacio institucional conquistado por la ciudadanía para que el gobierno no tenga excusas. Por otro lado la ciudadanía espera que sea más beligerante, a pesar de las contradicciones propias de su conformación. En la mesa se encuentran representados la cúpula empresarial, que acompañó a Ortega por 10 años, aunque el propio curso de los acontecimientos y viendo el declive de la dictadura, han asumido un papel menos favorable. Sin embargo, mantienen la postura de no llamar a un paro nacional porque eso sería un golpe a la economía y le siguen haciendo el juego, de alguna forma. En ese sentido la ciudadanía espera que sea a través de ese mecanismo que se negocie la renuncia de Ortega, la de su esposa que es la vicepresidenta, la del presidente de la Asamblea Nacional y que dentro de ese marco se vayan definitivamente. Si no actúan en esa dirección su papel se agota en la medida que no escuchan las demandas del pueblo para que se detenga el crimen y la impunidad por parte de Ortega y sus fuerzas paramilitares.

– Finalmente ¿Cómo ve el panorama en el corto plazo para esta crisis en Nicaragua?

Veo a un pueblo indignado y adolorido pero con más fuerzas de resistir y salir de la tiranía de forma inmediata. Veo al pueblo presionando para que se realice un paro nacional indefinido, veo a un pueblo presionando para un cambio que permita refundar al país, sin Ortega, sin el orteguismo, buscando la manera de encontrar de nuevo la ruta que permita encontrar de nuevo los sueños abandonados por este grupo que se adueñó de una idea, de un esfuerzo social que en 1979 se denominó Revolución Popular Sandinista. No hay duda que esta situación ya está teniendo un impacto económico que causará su decrecimiento que incluso llegará a ser negativo. La cantidad de muertos está creciendo y el costo social el pueblo está dispuesto a pagarlo para salir de esta dictadura y veo finalmente a un pueblo movilizado y luchando para erradicar de manera definitiva la dictadura Ortega-Murillo de forma inmediata.


Luis Silva / Especial para Provea