Acompañado por miembros de la Organización Indígena Piaroas Unidos del Sipapo (OIPUS), y los Guardianes Territoriales del municipio Autana del estado Amazonas, Ernesto Trujillo, padre del líder indígena Virgilio Trujillo Arana -asesinado en junio pasado-, recibió el Premio de Derechos Humanos edición 12º, otorgado por la Embajada de Canadá, junto a la Coalición de Cátedras y Centros Universitarios de Derechos Humanos de Venezuela.
El reconociendo otorgado al líder del pueblo indígena Uwottüja, Virgilio Trujillo, es un homenaje póstumo –el primero en la historia del premio-, luego de que fuese asesinado el pasado 30 de junio, en Puerto Ayacucho, capital del estado Amazonas, tras denunciar la explotación minera, la destrucción ambiental en sus tierras, el narcotráfico y la invasión de grupos armados irregulares.
“Luego de una lucha intensa por defender nuestros territorios y por expulsar a estos invasores armados, atentaron contra la vida de nuestros hijos. Ahí perdimos a mi hijo Virgilio” expresó Ernesto Trujillo.
“Sin embargo, nosotros permanecemos en la lucha, estos muchachos que están aquí junto son los seguidores, porque los luchadores somos nosotros, esta generación lleva el compromiso de resguardar y proteger este territorio, por eso pido ante ustedes, esta tarde, que nos apoyen para que podamos seguir protegiendo nuestros territorios, territorio que no solo pertenece al pueblo Uwottüja, sino a todo el país”, agregó.
El Premio en Derechos Humanos edición 12º también fue otorgada a Marco Ruíz, periodista, presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa y activista por la libertad de expresión.
Por primera vez la Embajada de Canadá reconoce en una misma edición la labor de dos defensores de derechos humanos, un indicativo del clima de hostilidad, criminalización e impunidad en el que defensores y defensoras de derechos humanos desarrollan su labor en el país.
Continúan las amenazas
El Amazonas venezolano se ha convertido en ruta regular para las redes de los cárteles colombianos. El narcotráfico, la minería ilegal y la fuerte presencia de grupos armados son las principales actividades que afectan la vida cotidiana de comunidades indígenas que habita esa región.
La Organización Indígena Piaroas Unidos del Sipapo (OIPUS), y otras organizaciones y comunidades indígenas, han conformado los Guardianes Indígena Territorial, una instancia autónoma creada para defender los territorios ante las amenazas de grupos armados irregulares, de la que formaba parte Virgilio Trujillo, un defensor de la tierra que denunció constantemente a estos grupos.
Otilio Santos, coordinador general de la Organización Indígena Piaroas Unidos del Sipapo (OIPUS), detalla que en la actualidad el foco de mayor amenaza se concentra en las comunidades de Pendare, Caño Gruya, Caño Uña y Caño Guayopo.
Treinta y cinco miembros de la Guardia Indígena Territorial y sus familiares están siendo amenazados y perseguidos.
Una década de invasión
Desde el 2013 la organización indígena OIPUS ha denunciado la presencia de grupos irregulares colombianos en el municipio Autana, al sur de Venezuela.
El 14 de mayo de ese año, la Organización Indígena recibió una invitación para asistir a un denominado Encuentro con las Comunidades Indígenas del río Sipapo y sus Afluentes, firmada por las Farc-EP. El primer punto de la agenda en la reunión planteada por la guerrilla era: “Nuestra presencia en el territorio”.
Se trató de la primera de muchas reuniones a las que fueron convocados junto a miembros de la ahora disidencia de la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y después con miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Firmes en rechazar la presencia y actividades económicas ilegales de estos grupos, en todos los encuentros han exigido la desocupación del territorio, así como denunciado ante las autoridades civiles y militares del gobierno y del estado venezolano, sin hasta la fecha recibir una respuesta.
A casi nueve meses del asesinato de Virgilio Trujillo, aún reina la impunidad.
ODEVIDA | Prensa Provea