Desde que comenzó a visualizarse el flujo migratorio de millones de personas que salen de Venezuela se han identificado distintas rutas que han usado para llegar a los diferentes países de destino.

Desde mediados de 2021, ha habido una ruta que ha captado la atención de los medios de comunicación, a pesar de que ha sido usada por muchos años por grupos de migrantes de otros países de Latinoamérica, con el objetivo de llegar hasta Estados Unidos.

De hecho, para agosto del 2022, las cifras de personas migrantes y refugiadas venezolanas en el mundo registraron un leve decrecimiento en México, Perú y Ecuador, pero las cifras se incrementaron en países como Panamá, Costa Rica y Curazao, probablemente por los que intentan llegar a Estados Unidos.

En este informe el Centro de Derecho Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello muestra, a través del testimonio de dos personas, los riesgos presentes a lo largo del trayecto cuyas consecuencias no solo generan daños físicos, emocionales y psíquicos, sino que el riesgo puede implicar la muerte.

Estas dificultades aumentan cuando los migrantes son personas con discapacidades, niños, niñas y mayores de edad. El informe muestra también las necesidades de protección para atender el flujo de personas por el corredor desde el golfo de Urabá hasta la frontera norte de México.

El conocido Tapón del Darién solo es una parte de esta peligrosa ruta minada de riesgos, ataques y contratiempos que no terminan cuando se sale de la selva. Investigadores del CDH-UCAB visitaron las poblaciones de Apartadó, Turbo y Necoclí en el Urabá antioqueño (Colombia) y a partir de entrevistas se logró documentar este recorrido, evidenciando que el Darién no es necesariamente la etapa más dura del trayecto.

Son centenares de personas que hacen el recorrido por Centroamérica cada día, la gran mayoría en condiciones de gran precariedad, por lo que la posibilidad de apoyo de las organizaciones que brindan asistencia en la ruta es limitada frente a una creciente demanda.

Los primeros registros de venezolanos usando esta ruta se remontan a 2019 y la mayoría no están conscientes de los peligros del trayecto, ni por las condiciones topográficas, ni de seguridad. Sin embargo, cuando superan el Darién, consideran que han pasado la peor parte, cuando no siempre es así. Los riesgos siguen latentes a todo lo largo de la ruta, tanto por la presencia de grupos armados y bandas criminales, como por la constante extorsión por parte de funcionarios públicos.

Para 2021 el incremento de venezolanos transitando este trayecto fue de 2,819 personas. Pero se estima que para 2022 el flujo alcance niveles sin precedentes. A finales del 2021 Venezuela era la quinta nacionalidad que más cruzaba el Darién y el 2022 se convirtió en la primera, desplazando a Haití y Cuba de los primero lugares.

Las cifras más recientes recogidas por las autoridades de Panamá indican que el número de personas que ha transitado por el Darién en los primeros nueve meses de 2022 supera al de toda la década anterior, con un registro de 158 mil personas, de los cuales cerca del 75% son venezolana.

Aunado a los peligros propios del trayecto, se suman las políticas migratorias de los países por los que se transita y del propio destino final. Estados Unidos ha tomado una serie de decisiones que han afectado este flujo migratorio. Igualmente Colombia, Panamá, Nicaragua, Honduras, Guatemala y México han comenzado a adoptar medidas que se transforman en barreras para los migrantes y refugiados, incrementando las restricciones que han generado represamientos críticos de personas en movilidad.

El informe completo está disponible en: https://ln5.sync.com/dl/caaec02f0/2x3rsm7s-5n89xgsm-e4rxfcfp-up4c6qhr

Video con entrevistas en: https://youtu.be/3BB95LGL8_g

2022-10-19.-Las-pesadillas-del-sueno-americano-2022