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Marino Alvarado

Abogado, Coordinador de Exigibilidad Legal de Provea.

Marino Alvarado | Con frecuencia se escucha o se puede leer a algunos analistas políticos nacionales e internacionales afirmando que en el país hay una situación de polarización política en la sociedad.

Se continúa observando la situación como si se estuviera en los años 2007 o 2013 donde sin duda había un país con dos sectores de la población bastante equilibrados en cuanto a rechazo o apoyo al gobierno. Otros están conscientes que en la actualidad la realidad es otra, pero se empeñan de manera interesada en presentar la situación así para ocultar la debilidad del gobierno.

Desde que Maduro llegó al poder esa polarización se erosionó de manera rápida. Hoy la fotografía es distinta. Una población mayoritariamente anti gobierno y deseosa de cambio y un gobierno con escaso apoyo.

La indolencia y la crueldad con la que Maduro y la cúpula que le acompaña ha gobernado condujo el país a la ruina, incrementó a niveles superiores a los de 1998 la pobreza y aumentó a grados de barbaridad la violencia institucional.

En 2015 el gobierno recibió una aplastante derrota en las elecciones parlamentarias. En ese momento decidió que siendo minoría electoral gobernaría a como diera lugar recurriendo a todo tipo de maniobras políticas, abusos y trampas.

La mayoría que hoy quiere cambio de gobierno para iniciar la reconstrucción de Venezuela, tiene el reto de persistir, resistir y triunfar

El aumento de la miseria y el sufrimiento de millones de familias ante la privación de los aspectos más esenciales para llevar una vida digna generaron la erosión del apoyo incluso en bastiones electorales sostenidos durante más de 15 años.

La Venezuela de 2019 no está polarizada. Hay una dictadura cada día más agresiva con poco respaldo popular y una mayoría de la población  que incrementa el rechazo al gobierno y eleva su disposición a luchar en las calles por el retorno de la democracia y por mejores condiciones de vida. La polarización quedó atrás.

Que no haya polarización no quiere decir que no exista confrontación. Al contrario. El gobierno se empeña en utilizar a los sectores sociales y políticos que le apoyan como instrumentos para la confrontación violenta. Enfrentar a pueblo contra pueblo. Por ello su insistencia en promover, preparar y armar los colectivos paramilitares, su empeño en chantajear a quienes le apoyan de quitar beneficios sociales sino asisten a las convocatorias que realiza para entrenamientos militares o participar en concentraciones

La mayoría que hoy quiere cambio de gobierno para iniciar la reconstrucción de Venezuela, tiene el reto de persistir, resistir y triunfar. Mantener la presión en las calles de manera pacífica, masiva y decidida. El sábado seis de abril quedó demostrada una vez más la fortaleza de quienes quieren cambio, realizando movilizaciones en 21 estados mientras que la dictadura alcanzó a movilizar ese mismo día solo en Caracas algunos miles trayendo personas en buses del Estado usando una vez más los recursos públicos para fines proselitistas.

El apoyo minoritario con el que hoy cuenta el gobierno se puede ir reduciendo más al agudizarse la crisis económica y social por la incapacidad y desidia del gobierno para dar respuestas efectivas a la crisis y por su mentalidad represiva de responder con más violencia a los reclamos sociales sobre todo de los sectores más pobres. Es el protagonismo del pueblo el factor esencial para alcanzar la victoria. La comunidad internacional puede ayudar, pero es de nuestra responsabilidad que la presión se mantenga, se consolide y acreciente.

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