Inti Rodríguez | Que los habitantes de un país empleen esta frase para referirse a la penosa crisis de alimentación que están padeciendo millones, debería, cuando menos, llamar la atención de sus gobernantes. La notoria pérdida de peso en muchas personas de distintas edades, sobre todo provenientes de los sectores más pobres de la población, es relatada en voz de muchos como la consecuencia del sometimiento forzado a la “dieta de Maduro”, una mezcla de escasez y altos precios que impide la satisfacción de las necesidades alimentarias a más del 80% de la población.

A la cama sin comer

Entre el 8 y el 12 de agosto de 2016 la empresa More Consulting realizó un estudio de opinión a personas mayores de 18 años de distintas ciudades del país, de diversos estratos sociales y de diversa identificación política. El trabajo publicado a finales de la semana pasada reveló –entre otras cosas- que el 67,1% de los entrevistados coincide en que la inflación y la escasez son los principales problemas del país, dejando en el segundo lugar de las preocupaciones a la inseguridad (13,2%) y en tercer lugar a la corrupción (7,6%). Adentrándose en el problema alimentario More Consulting dividió su muestra entre quienes afirmaron tener una alimentación óptima, compuesta por proteínas de primer nivel: bistec, milanesa de pollo, chuleta, muslo de pollo, pernil, paleta de cochino, pescados blancos, atún, arroz, pastas, harinas, yuca, ocumo, vegetales y frutas; alimentación media, integrada por proteínas de segundo nivel: vísceras de carnes rojas, patas de pollo, sardinas, embutidos como mortadela o salchichas, huevos, yuca, ocumo, plátano, vegetales y frutas; y alimentación grave, caracterizada por la ausencia de proteínas y basada en el consumo de carbohidratos como yuca, ocumo y plátano acompañada de vegetales y frutas. En la primera categoría el 24,8% de los entrevistados dijo consumir una dieta calificada como óptima; 47,9% dijo estar restringido a una dieta media, mientras que 24,2% de los consultados dijo estar sometido a una dieta grave. 72,1% de los encuestados afirmó tener una dieta entre media y grave de acuerdo a lo revelado por el estudio. Según los resultados publicados por More Consulting, 21.646.455 venezolanos están sometidos a la “dieta de Maduro”.

A la pregunta “Y hablando de la alimentación en su casa, en el último mes, ¿cuál opción describe mejor su situación?”, More Consulting reveló que el 41,2% de los entrevistados aseguró que su núcleo familiar comió 3 o más veces al día; 41,5% dijo haber comido 2 veces al día y 14,3% afirmó haberlo hecho 1 vez al día. Es decir 55,8% de los consultados informó que su familia comió 2 veces o menos al día. Al preguntarles ¿Ha tenido que acostarte con hambre porque no hay suficiente comida en su hogar? el 53,9% de los consultados dijo haberse ido a la cama sin comer, y ante la pregunta “¿En el último mes, ha sentido temor que se vayan a quedar sin comida en tu casa?” el 88,9% de los entrevistados dijo que sí siente miedo.

Inseguridad alimentaria severa

Como lo han afirmado ONG y expertos, Venezuela atraviesa una crisis de inseguridad alimentaria severa. El Estado está incumpliendo sus obligaciones derivadas de la Observación General Nro. 12 del Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales de la ONU que le impone el deber de respetar el acceso a los alimentos, absteniéndose de tomar medidas que restrinjan o impidan dicho acceso; proteger el acceso a los alimentos, velando porque las empresas y/o los particulares no priven al resto de la población del acceso a ellos; facilitar ese acceso promoviendo iniciativas que apunten a fortalecer la seguridad alimentaria y la obtención de alimentos en niveles adecuados y suficientes por parte de la población; y hacer efectivo el derecho a una alimentación adecuada a quienes, por razones de fuerza mayor, sean incapaces de disfrutar del derecho por los medios a su alcance.

Las dimensiones que componen la seguridad alimentaria están erosionadas en la actual crisis. No existe suficiente oferta de alimentos y energía calórica; la población no tiene suficiente acceso a los alimentos, y los alimentos existentes no son suficientes ni estables. Que los inconstitucionales CLAP aparezcan cada 15, 20, 30 días -si es que aparecen-, no es sinónimo, en lo absoluto, de seguridad alimentaria. Si a esto le sumamos un ingreso pulverizado por la alta inflación, la declarada y la proyectada, entendemos porqué millones están sometidos a la “dieta de Maduro”

Esta realidad que, como afirmé en el comienzo, debería al menos llamar la atención del gobierno, genera gracia entre quienes gobiernan. Y entonces el primer mandatario hace chistes sobre la dieta que lleva su nombre, emplea lenguaje sexista y da recursos para una revista. Según Maduro su dieta nos pone “duros”. El ríe, pero su dieta está haciendo trizas la vida y el estómago de millones. ¿Dónde está la gracia, Presidente?

Coordinador de Investigación de Provea @intiamaru79