Geoff Ramsey, director para Venezuela de la Oficina de Washington para América Latina (WOLA), cree que la administración Biden va a distanciarse de la retórica de la administración de Trump y de una política de levantar promesas falsas para la oposición venezolana

Geoff Ramsey, director para Venezuela de la Oficina de Washington para América Latina (WOLA)

Los venezolanos siguieron de cerca el proceso electoral de los Estados Unidos (EEUU) como si fuesen comicios nacionales. Unos con las esperanzas puestas en que el actual presidente Donald Trump resultara reelecto y en un futuro endureciera las sanciones contra la administración de Nicolás Maduro y otros contando con que el triunfo de Joe Biden pueda significar conciliación con Venezuela para destrabar el conflicto político.

No obstante, es necesario recordar que cuando Joe Biden fue vicepresidente de los Estados Unidos, bajo el mandato de Barack Obama, encabezó el esfuerzo por imponer las primeras sanciones contra el régimen de Nicolás Maduro.

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Geoff Ramsey, director para Venezuela de la Oficina de Washington para América Latina (WOLA), encargado de la investigación e incidencia del programa en Washington y experto en la crisis política de Venezuela, considera que el gobierno encabezado por Joe Biden, presidente electo de los EEUU, va a “aceptar las cosas como son”. Sin embargo, advierte que puede haber un distanciamiento de la retórica actual de Donald Trump, pero con visión de una política que insista en que la solución al conflicto venezolano parte desde sus propios ciudadanos.

-¿Qué pudiera cambiar o mantenerse en cuanto a la política de Estados Unidos hacia Venezuela con Joe Biden en la presidencia?

-En la política hacia Venezuela no creo que vaya a haber cambios inmediatos y menos si no existe un cambio desde el lado de Nicolás Maduro. La primera prueba sobre la posibilidad de una mejora en las relaciones entre Venezuela y EEUU viene el 6 de diciembre (cuando se realizarán las elecciones parlamentarias).

La verdad es que si Maduro sigue con un proceso electoral que no contempla las mínimas condiciones para ser considerado libre y creíble, creo que va a ser muy difícil ver una mejora de relaciones, así que la verdad es que la posibilidad de ver quizás algún alivio en cuanto a las sanciones internacionales está en manos de Maduro, si realmente quiere mejorar la situación, una primera señal podría ser la postergación de las elecciones parlamentarias el 6D.

-¿Cree que con Biden puedan revisarse o revertirse las sanciones contra Venezuela?

-El equipo de Biden está muy consciente del hecho de que las sanciones sectoriales están teniendo un impacto mayor en toda la sociedad venezolana, pero también sabe que el problema no son las sanciones, sino un gobierno autoritario que viola derechos básicos de la población venezolana; así que no existe ninguna posibilidad de buscar alivio frente a las sanciones sin ninguna muestra de «buena fe» por parte del gobierno de Maduro.

La situación no va a cambiar hasta que haya, por lo menos, un mínimo paso hacia una solución democrática y ahí, insisto, la primera prueba viene en pocos días. Si Maduro insiste en ir hacia un fraude electoral para las parlamentarias, no va a haber ningún cambio en cuanto a las sanciones.

-¿Han servido las sanciones estadounidenses contra Venezuela?

-Hay que definir muy bien a qué nos referimos cuando hablamos de sanciones. Hay sanciones contra más de 150 individuos, civiles, militares y políticos del régimen y también hay sanciones sectoriales.

Creo que las sanciones contra individuos han tenido un impacto más favorable en los esfuerzos de presionar hacia una elección libre en Venezuela; incluso vimos las declaraciones de los propios actores de la administración Trump, e incluso, Leopoldo López y Juan Guaidó han dicho que el 30 de abril de 2019, cuando pactaron con varios actores del régimen. Todos esos individuos lo que estaban buscando era alivio de las sanciones individuales, así que yo creo en la presión y en las sanciones individuales.

Las sanciones sectoriales, en cambio, si bien han militado las finanzas del régimen de Nicolás Maduro, han tenido un impacto mucho mayor para la población en general.

-En el corto plazo, ¿se ve alguna posibilidad de que mejoren las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela?

-Por parte del equipo de Biden, creo que hay una aceptación de las cosas como son. Creo que una administración Biden va a distanciarse de la retórica de la administración actual y de una política de levantar promesas falsas para la oposición venezolana. No va haber una posibilidad de una intervención militar, sino una política clara que insiste que la solución debe venir de los propios venezolanos.

Asimismo, Geoff Ramsey considera que un gobierno de Joe Biden va a estar mucho más interesado “en mejorar las relaciones con la Unión Europa; en vez de una estrategia de confrontación con Europa. Creo que vamos a ver muchos más intereses en colaborar hacia una presión multilateral que logre una elección creíble con estándares internacionales”.

-Si Nicolás Maduro busca aumentar sus alianzas militares con Irán, que pueden significar una amenaza para los Estados Unidos, ¿cuál podría ser el escenario en este supuesto?

-No existe ninguna posibilidad de que haya una guerra armada en Venezuela hoy en día. La verdad es que todo el mundo, incluso los funcionarios del Pentágono, tanto como los de Defensa, saben que empezar una intervención armada en Venezuela fácilmente podría desestabilizar no solo a Venezuela, sino a Colombia y gran parte de la región. No está dentro de los intereses de Estados Unidos escalar el conflicto venezolano hasta que haya una guerra civil.

-¿Puede Venezuela perder protagonismo en la agenda de EEUU con una administración Biden?

-Creo que a Maduro le da igual quién gane en Estados Unidos. Creo que hay cierto cálculo de parte de Maduro que en una supuesta segunda administración Trump, podría apelar al instinto de hombre de negocios de Donald Trump para buscar una mejora en las relaciones comerciales y creo que con Joe Biden hay que aceptar es que la presión va a seguir ahí.

La cuestión es cómo canalizar la presión en una solución factible. Creo que la administración Trump hasta ahora ha tenido una visión maximalista que ha desfavorecido la cultura multilateral; si bien, América Latina y Europa han estado mucho más interesados en, por ejemplo, las condiciones técnicas de unas elecciones en Venezuela, Estados Unidos desde el inicio bajo Trump ha negado la posibilidad de una elección con Nicolás Maduro en Miraflores; cosa que incluso la misma oposición no ha dicho.

Si miramos el comunicado que firmaron 27 partidos hace tres meses, ellos están pidiendo unas condiciones claras para elecciones. En ese documento no hay ninguna mención sobre la usurpación. No hay en ese documento, en esa declaración, una demanda para que Maduro se vaya de Miraflores como condición para unas elecciones; en vez de eso, hay un enfoque técnico en el que exigen las condiciones necesarias para tener elecciones realmente libres y creíbles y creo que ese es el futuro de la presión internacional sobre Venezuela. Vamos a ver más coordinación con actores locales y menos fantasías sobre una solución mágica que nunca va a pasar.

-¿Seguirá James Story siendo el encargado de negocios de la Embajada Externa para Venezuela?

-James Story es un diplomático de carrera, así que yo creo que fácilmente podría quedarse la Embajada Virtual en Bogotá; sin embargo, creo que mientras la situación no cambie, creo que lo que tenemos que ver son acuerdos parciales en lo que tiene que ver con acceso consular para los cinco millones de venezolanos que están en el exterior. Es realmente trágico para los 200 mil venezolanos en EEUU no tener acceso a un Consulado o una Embajada que les pueda brindar una renovación de una visa o un pasaporte.

Creo que Story se va a quedar, pero creo que vamos a necesitar ver unas conversaciones serias sobre restablecer un mínimo de contacto entre ambos países para abordar cuestiones importantes como temas consulares.

Para la alianza Provea-TalCual