Médicos Unidos de Venezuela (MUV) quiere alertar al país acerca de la llegada al país del producto biológico conocido como Abdala, procedente de la República de Cuba, producto biológico prototipo de vacuna para el COVID-19, que presumiblemente ha cumplido las fases 1 y 2 y su fase 3 experimental se ejecutó en Cuba, en tiempo récord, la agencia regulatoria cubana autoriza su uso sin publicaciones que comprueben sus resultados, con fecha de comercialización 27 de abril del año en curso. Cabe destacar que no existe evidencia alguna en revistas médicas ni científicas, tampoco consenso de organismos y entidades científicas mundiales, solo hay un artículo en el diario oficialista GRANMA (Órgano Oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba) donde aseveran un 92% de eficacia. Consideramos que, hasta no ser evaluada, cumpliendo normas internacionales, y no exista comprobación de su seguridad y eficacia, seguirá siendo «candidata a vacuna» y la misma no debería ser administrada a la población a menos que se diseñe un estudio experimental de rigor científico con el consentimiento voluntario de los participantes y la vigilancia estricta de un comité de ética.

Este es un producto para «ensayo clínico» tal como reza la caja de presentación del producto biológico. En este sentido, reiteramos, que para el uso de productos en fases experimentales se requiere autorización mediante consentimiento informado de quienes recibirán el producto conociendo sus beneficios y riesgos. Aseveraciones contenidas en:

1.- DECLARACIÓN DE HELSINKI de la Asociación Médica Mundial para la investigación Médica en seres Humanos. 2.- DECLARACIÓN UNIVERSAL SOBRE BIOÉTICA Y DERECHOS HUMANOS DE LA UNESCO.
3.- PACTO DE SAN JOSÉ SOBRE DERECHOS HUMANOS

4.- CONSTITUCIÓN DE LA REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA (CRBV) en su Capítulo III de los DERECHOS CIVILES, Artículo 46 en su 3o punto “Ninguna persona será sometida sin su libre consentimiento a experimentos científicos, o a exámenes médicos o de laboratorio, excepto cuando se encontrare en peligro su vida o por otras circunstancias que determine la ley”.

Denunciamos públicamente que, pese a que hasta los momentos el gobierno cubano ni su agencia regulatoria han realizado solicitud de autorización ante la OMS para su uso de emergencia, el estado venezolano anunció la firma de un contrato por 12 millones de dosis para la compra de este producto biológico y poniendo excusas al mecanismo COVAX bajo el pretexto, sin fundamento, de no aceptar una vacuna ampliamente usada en Europa y aprobada por la OMS, nos referimos a la de AstraZeneca. Resulta hasta sospechoso el rechazo a esta vacuna, pareciendo una componenda dilatoria para terminar invirtiendo en un prototipo de vacuna, sobre todo poniendo en riesgo la salud de los venezolanos.

Desde Médicos Unidos Venezuela hemos exigido reiteradamente la necesidad de vacunas de comprobada calidad, eficiencia, eficacia, seguridad e inocuidad, atributos que aún no tiene la Abdala, que nos quieren vender como «vacuna», y tampoco la certificación de entes regulatorios confiables ni autorización de la OMS.

Por todo lo antes expuesto, exigimos a las autoridades revisar su decisión de incluir la Abdala como mecanismo de control y prevención del Covid-19 en Venezuela. Así como la presentación al país de un plan estructurado de vacunación masiva por estratos y adaptándose a recomendaciones de las agencias internacionales de la Salud, sin la intolerable discriminación. El tiempo está corriendo en contra de los ciudadanos.

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