Hoy 29 de enero se conmemora en Venezuela el Día del Trabajador Social, labor enfocada en ayudar en el desarrollo de las relaciones entre las personas y su ambiente. Así como en la solución de problemas y en el desarrollo de sus potencialidades, convirtiéndose de esta manera en agentes de cambio al fomentar procesos sociales que permitan tener mejor calidad de vida en la sociedad y en las comunidades donde trabajan.
El trabajo social es una profesión comprometida con la vida, las personas y sus derechos. Por ello conversamos hoy en nuestra entrevista de Provea con Yolinda Reyes, Licenciada en Trabajo Social y Coordinadora de Proyectos Coorperativos, quien nos dice que los verdaderos orígenes del Cooperativismo Moderno se remontan al año 1844, cuando 28 trabajadores de las empresas textiles en Inglaterra, afectados por los cambios socio-económicos de la Revolución Industrial, decidieron unir sus voluntades para aprovisionarse de alimentos que ya no eran capaces de adquirir con su bajo poder adquisitivo. De allí, su carácter marcadamente humanitario.
¿Qué temas puede tratar un trabajador social y como puede relacionarse con los derechos humanos?
El ámbito de intervención en el Trabajo Social es hoy por hoy diverso y extenso, en tanto su quehacer está vinculado al ser humano en todas las etapas de su vida, especialmente en situaciones de riesgo o vulnerabilidad social.
Aunque sus orígenes se remontan a una época de la historia universal en la que proliferó la miseria, el hambre y la explotación como lo fue la Revolución Industrial, constriñendo la aparición de diversas formas de filantropía y caridad hacia el ser humano; en la actualidad, este profesional está presente en entornos en los que la persona deja de ser sujeto pasivo para ser protagonista en la transformación de su entorno.
Otro aspecto importante en la evolución de la profesión del Trabajo Social, es su presencia en otras esferas de la sociedad distintas del sector público, al cual estuvo vinculado de manera casi exclusiva por su conocimiento en el manejo de programas de protección social, servicios de salud y bienestar.
En este sentido, son innumerables los profesionales que se han integrado al sector privado, educativo, trabajadores Sociales dedicados a la docencia, la investigación y elaboración de proyectos. Otros, en cambio, forman parte de equipos multidisciplinarios para tratar las distintas dependencias a las que está expuesto el ser humano; y quienes han escogido la organización y formación de individuos para desarrollar modalidades de trabajo libre y autónomo, basados en los principios de la cooperación, como es mi caso.
En todos estos escenarios, el Trabajador Social está consciente de su compromiso de defender y garantizar los derechos humanos.
¿Cómo ha sido tu experiencia dentro del trabajo social en Venezuela?
Por varios años me desempeñé en organismos de beneficencia, salud, educación, infancia abandonada, entre otros. En el año 2012 tomé la decisión de formar parte e impulsar el movimiento cooperativo y en tal sentido, inicié mi formación como Facilitadora en la empresa “Labor” (Laboratorio de Organizaciones), que me brindó la oportunidad de participar en varios proyectos dirigidos a empresas que confiaron en la modalidad del trabajo cooperativo para hacer más eficientes algunos de sus procesos internos.
A partir de allí y a lo largo de estos diez años, estoy dedicada a organizar, formar, conformar y asesorar empresas cooperativas; una práctica que ha aportado mucho a mi crecimiento personal y profesional, puesto que veo en este tipo de emprendimientos una fórmula de progreso, sostenibilidad y garantía de mejora en la calidad de vida de sus miembros.
Durante este tiempo he sido testigo de los cambios provocados en individuos que descubrieron las bondades del trabajo colaborativo, dejando de lado el individualismo, promoviendo la igualdad y la equidad entre ellos.
Esta vivencia de orientación a grupos de personas ha sido para mí la materialización del verdadero Trabajo Social transformador que no había experimentado en mi pasado laboral.
¿Cómo ha sido el movimiento cooperativo en Venezuela?
En Venezuela y en el mundo el movimiento cooperativo ha sido la expresión innegable de los alcances de la organización social, en tanto los une la defensa de sus derechos, el ejercicio de sus libertades y su bienestar individual, familiar y colectivo.
Lamentablemente, en Venezuela esta experiencia no ha sido lo suficientemente documentada como en otros países del mundo; sin embargo, sería injusto desestimar el valioso esfuerzo que miles de ciudadanos venezolanos realizan diariamente para afrontar los avatares de la compleja situación económica y social que vivimos.
En nuestro país el movimiento cooperativo se ha visto mediado por el tema político-partidista, ya que la promulgación de la Ley que las regula, sancionada en el año 2001, tuvo un efecto expansivo en el otorgamiento de créditos por parte del Estado sin que éste brindara el asesoramiento financiero y administrativo necesario para hacer sostenible una empresa con estas características. Esto derivó, en gran parte de los casos, en la creación de cooperativas de maletín y, en consecuencia, la utilización de los recursos asignados para fines distintos a su objeto social.
La experiencia de la llamada Sociedad Equitativa de los Pioneros de Rochedale, se extendió rápidamente al resto de los continentes, comenzando por Europa. Se trató de un hecho histórico fielmente reseñado y digno de ser conocido por todos para entender que existen otras modalidades eficientes de trabajo justo y decente que pueden coexistir con los esquemas laborales tradicionales que hoy conocemos.
Desde el punto de vista de las ciencias sociales este es un movimiento muy significativo. En primer lugar, por las circunstancias en las que surgió dicho movimiento; y, por la proyección mundial y arraigo lo cual ratifica que somos seres humanos y que nos necesitamos unos a otros para lograr nuestros objetivos.
¿Las cooperativas en Venezuela están funcionando correctamente?
Antes debo agregar que en Venezuela desde 1890 con la creación de la primera cooperativa de Ahorro y Préstamo en Mérida, hemos tenido experiencias muy positivas. Sin embargo, en países como Chile, Colombia, Argentina y España entre otros, el movimiento cooperativo (con todas sus limitaciones) genera buena parte del producto interno bruto incluyendo algunos servicios públicos.
El organismo creado por el Estado para supervisar, controlar y fiscalizar la gestión cooperativa en Venezuela es la Superintendencia Nacional de Cooperativas (SUNACOOP); ente que ha venido presentando desde la pandemia algunas deficiencias tanto en su plataforma como en la atención directa y personalizada.
Esta situación impide a las cooperativas cumplir cabal y legalmente con los procedimientos y formalidades exigidas en la Ley Especial de Asociaciones Cooperativas (LEAC) como, por ejemplo: Informes Semestrales, Informes Anuales, Programa Educativo, Fiel Cumplimiento, Balances de cierre, etc., y cuyo incumplimiento se traduce en el riesgo de incurrir en sanciones.
Otras de las dificultades que presentan las cooperativas es la ausencia de financiamiento tanto público como privado, limitando las posibilidades de inversión, crecimiento, expansión y adquisición de patrimonio. Así mismo, el pago de impuestos regionales y nacionales al Estado, pone a estas organizaciones al borde de la descapitalización y pérdida de la capacidad adquisitiva de sus asociados. Cabe destacar en este sentido, que una de las promesas y beneficios que el mismo Estado otorgó a las cooperativas con la promulgación de la LEAC, fue la exoneración del pago de estos tributos; sin embargo, la posibilidad de obtenerlo en la actualidad es casi inalcanzable.
Pese a lo anterior, miles de cooperativas no desmayan en sus esfuerzos y continúan dejando en alto el nombre de Venezuela. Tal es el caso del Organismo de Integración Cooperativa CECOCESOLA ubicada en Barquisimeto, estado Lara, que reúne más de 50 organizaciones y 20 mil asociados con servicios que van desde la funeraria hasta los servicios de salud, pasando por los rubros de abastecimiento de alimentos. Su esfuerzo ha sido reconocido en este año por la Fundación sueca Right Livelihood Award en virtud de desarrollar “un modelo económico equitativo y cooperativo como alternativa sólida a las economías basadas en el lucro” ¡Enhorabuena!
¿Cuáles son los beneficios de las cooperativas?
Las Cooperativas son empresas de carácter colectivo, democrático y participativo, integradas por personas que voluntariamente se unen para hacer frente a sus necesidades comunes. Los socios orientan sus acciones sobre los principios de equidad, igualdad, honestidad, responsabilidad, solidaridad y compromiso por los demás. Están regidas por una ley especial propia que les permite organizarse con base en su propósito, siendo flexibles para adaptarse a circunstancias emergentes de forma mucho más rápida y fácil que las empresas de carácter mercantil.
Respetando la diversidad de pensamiento y opinión, veo en las cooperativas una forma de trabajo perfecta para personas que primero, aspiran tener su propia empresa y alcanzar la tan anhelada independencia laboral, pero que no cuentan con un capital suficiente para concretar su emprendimiento. Segundo, que desean desempeñar un oficio en el que se sientan profesionalmente realizadas y que les permita seguir capacitándose. Tercero, prefieren escoger con quién trabajar. Cuarto, están imposibilitadas de trabajar en jornadas con horarios fijos o inamovibles, pero que necesitan el trabajo. Quinto, tienen una edad que excede el límite del mercado, pero poseen competencias y condiciones para el trabajo. Sexto, desean que sus opiniones sean escuchadas y tomadas en cuenta en la definición de las políticas y rumbos de la empresa. Séptimo, aspiran ingresos superiores y recibir los beneficios que realmente necesitan. Octavo, esperan poder ajustar sus ingresos societarios de acuerdo a los niveles de inflación. Noveno, prefieren redactar sus propias normas internas de funcionamiento y de disciplina. Y décimo, se inclinan por la opción de tomar decisiones rápidas y ágiles para beneficio del negocio y anhelan tener tiempo de calidad con su familia.
Estando la libertad de asociación en riesgo actualmente, ¿cuál es la importancia de tener a una sociedad organizada desde tu experiencia en las cooperativas?
La libertad de asociación es un derecho consagrado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, Leyes y Acuerdos y Pactos Internacionales suscritos por el Estado venezolano.
Las cooperativas y las organizaciones de carácter civil constituyen una pieza fundamental en el cumplimiento de al menos 10 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible convenidos en la Asamblea General de las Naciones Unidas celebrada en el 2022.
Dicho esto, considero que las cooperativas no están amenazadas desde el punto de vista de su aporte a la humanidad, pero opino que, a pesar de su contribución a la solución de los problemas mundiales, son vulnerables a las decisiones de los Gobiernos locales y regionales.
Toda situación por más difícil que parezca, es posible superarla con otros como lo hicieron nuestros ancestros ante las adversidades y peligros de la naturaleza a los que se enfrentaron para asegurar la subsistencia.
El Gobierno venezolano y sus instancias de decisión deberían voltear su mirada hacia este frágil y vulnerable sector productivo para devolverles la esperanza y garantizarles sus legítimos derechos de Ley.
Reimpulsar el movimiento cooperativo en Venezuela sin duda coadyuvará a enfrentar las amenazas presentes en nuestra economía.