Los anuncios realizados por la dictadura en materia económica con los cuales pretenden crear la ilusión que ahora si se disponen a adoptar medidas para superar la crisis económica y mejorar la calidad de vida de la población, traerán resultados contrarios. Son un conjunto de medidas antipopulares algunas implementadas contrariando a la Constitución. En realidad se trata de un paquete económico que traslada buena parte de la crisis producida por la indolencia e ineficacia del gobierno, a los sectores pobres de la sociedad que son la mayoría. Requiere que el pueblo de una respuesta contundente, lo cual exige organización, unidad y creatividad.
El gobierno indica que al garantizar algunos subsidios , ello no afectará a la población de menores recursos. Es una medida tradicional en los paquetazos que se han dado en América Latina y en Venezuela. No es que el gobierno es bueno y quiere que el pueblo no sufra. No. Es que sabe que el pueblo sufrirá y pretende engañar con tales subsidios creando la ilusión que no afectara las condiciones de vida sobre todo de las familias más pobres. La historia de los subsidios en los paquetazos en Venezuela de Carlos Andrés Pérez en 1989 y de Rafael Caldera con la Agenda Venezuela, solo sirvieron para disimular las medidas de fondo que afectaban la calidad de vida de los más pobres. Las medidas compensatorias como se las denomina no son por lo tanto fruto de un gobierno que se siente identificado con los más pobres
El considerable aumento de salarios decidido una vez más de manera unilateral que aparenta ser una medida positiva que deberían aplaudir los y las trabajadoras, lo que ha generado es una enorme incertidumbre y angustia. Ya se conoce los resultados de estos aumentos, que además de no estar respaldados por un desarrollo real de la economía, generan inmediatamente un incremento de los precios, no solo los de primera necesidad. Esta semana muy probablemente el pueblo venezolano constatará esos incrementos sin que haya recibido el aumento salarial que en todo caso podrán percibir algunos a mitad del mes de septiembre y otros al finalizar ese mes. ¿Cómo aguantará la población esa nueva situación de incremento de precios?
Este es uno de los pocos gobiernos en el mundo que ha logrado que los y las trabajadoras no celebren los aumentos, más bien les genere angustia. El trabajador sabe que el aumento es nominal, pero que su salario real disminuirá, que podrá comprar menos. El aumento salarial decretado producirá posiblemente otros efectos: despidos de empresas medianas y pequeñas. El gobierno ha prometido pagar la nómina los tres primeros meses. Pero conociendo su ineficacia que ni siquiera ha logrado garantizar el pago de aumentos anteriores, no hay garantía cumpla ese compromiso y la enorme carga salarial quedará en manos de patronos que han venido resistiendo para mantener sus empresas y comercios abiertos. Hay temor en la población trabajadora que puedan ocurrir muchos despidos.
El aumento de la gasolina es otro golpe al bolsillo de la gente. Un aumento descomunal el cual ni siquiera se atrevió Carlos Andrés Pérez ni gobiernos posteriores. Constituye realmente una provocación. El gobierno le echa leña a la candela. Es válido el argumento que se debe acabar con las mafias del contrabando en la frontera. Pero no dice el gobierno que es la Guardia Nacional Bolivariana y distintos organismos de seguridad los que deben evitar que ese contrabando se produzca. El pueblo sabe que los funcionarios del Estado son parte integrantes de esas mafias. El argumento que la gasolina es muy barata, también es cierto, pero es de los pocos beneficios que recibe un sector de la población, beneficio que hoy se le arrebata. Los ingresos que se obtengan por ese aumento posiblemente no le traigan al pueblo ningún beneficio, como no le han traído el enorme endeudamiento y los altos precios del petróleo. El gobierno ha recibido miles de millones de dólares y la pobreza se incrementa. Decide aumentar el precio de la gasolina sin presentar un plan integral de mejora del servicio público de transporte. El único interés es obtener ingresos a costa de la población, pero sin retribuir en mejoras en un servicio tan esencial y que hoy atraviesa una crisis de grandes dimensiones.
Y como parte del paquetazo el gobierno decide aumentar el Impuesto al Valor Agregado (IVA). Un aumento además inconstitucional ya que contraviene lo establecido en el articulo 316 de la Constitución el cual establece que el sistema tributario se regirá por el principio de progresividad. El IVA es un impuesto regresivo que incrementa la desigualdad social. Pagan el mismo monto los que menos tienen y los que más tienen. Una política progresiva tributaria cobra mayor impuesto a los que más tienen.
Está demostrado que con Maduro la situación del país se continuará deteriorando. Sus políticas sumada a la indolencia e ineficacia solo garantizan que aumente la pobreza, se incremente el hambre y el deterioro de los servicios públicos. Con Maduro aumentaran las penurias del dia a día de las familias principalmente de las más pobres cada vez más numerosas.
Urge un cambio de gobierno. Un cambio por mecanismos constitucionales y pacíficos. Por eso hemos insistido en proponer al pueblo venezolano la necesidad de crear un amplio movimiento que aglutinando organizaciones sociales y políticas y cientos de individualidades dispuestas a seguir luchando por el rescate de la democracia y la salvación del país, exija la renuncia de Maduro. Si se logra que esa renuncia se produzca antes del 10 de enero de 2019 el mandato constitucional establece que quedará como presidente encargado quien actualmente preside la legítima Asamblea Nacional. Y deberá convocarse a unas elecciones en un lapso no mayor a 30 días. Así se abre la posibilidad de constituir mediante el voto popular un nuevo gobierno que inicie la reconstrucción del país.
Necesitamos un plan económico serio, responsable, requerimos recuperar la democracia, reconstruir la institucionalidad democrática, recobrar la confianza en el voto y en el árbitro electoral.
Por tal motivo, combatir el paquetazo exige en este momento realizar diversas acciones unitarias trascendiendo lo coyuntural. Si la protesta se limita solo a cuestionar las medidas económicas y no se orienta a lograr el cambio de gobierno, no se resolverá el problema fundamental. Con Maduro no hay prosperidad. Con Maduro no hay libertades. Con Maduro gobernando no hay mejoras en la calidad de vida. Por eso es fundamental exigir su renuncia.
Prensa Provea