Durante una nueva actualización oral ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas (ONU), este 16 de diciembre en Ginebra, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, advirtió que la situación en Venezuela no ha mejorado y sigue marcada por restricciones al espacio cívico, detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas y una creciente presión social y económica. Además, lamentó el cierre de sus operaciones en el país.

Türk señaló que desde su última intervención en junio persisten restricciones generalizadas a la libertad de expresión y de reunión pacífica, así como detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas. Alertó además que en septiembre y noviembre el Gobierno adoptó legislación que amplía poderes de emergencia, sin que su contenido haya sido publicado.

“El contenido de estas nuevas leyes permanece sin publicarse, lo que las sustrae del escrutinio público e impide evaluar su compatibilidad con el derecho internacional”, afirmó.

Militarización, reclutamiento forzado y control social

El Alto Comisionado denunció la militarización progresiva de la vida pública, advirtiendo que esta dinámica incrementa el riesgo de violencia en un país que ya enfrenta altos niveles de criminalidad.

“La vida pública se está militarizando cada vez más, lo que incrementa el riesgo de violencia”, señaló, al tiempo que informó que su Oficina recibió denuncias de alistamiento bajo coerción a la Milicia Bolivariana, incluidos adolescentes y personas mayores.

También calificó como alarmantes los reportes según los cuales las autoridades estarían incentivando a la población a denunciar a familiares, vecinos y colegas mediante aplicaciones móviles patrocinadas por el Estado. Estas prácticas, advirtió, “alimentan el miedo, la desconfianza y la autocensura”.

Sociedad civil, prensa y defensores bajo amenaza

Türk alertó que la ley de supervisión de las ONG, aprobada el año pasado, continúa obstaculizando la capacidad de la sociedad civil para trabajar de manera segura y libre.

Indicó que periodistas, personas defensoras de derechos humanos, figuras de la oposición y trabajadores humanitarios siguen enfrentando amenazas, hostigamiento y el riesgo de detención arbitraria “simplemente por hacer su trabajo”.

“Mucha gente se está viendo obligada a abandonar el país por la intimidación y la persecución. Cuando periodistas y defensores de derechos humanos se van, la verdad y la rendición de cuentas se van con ellos”, advirtió.

Detenciones arbitrarias, muertes bajo custodia y desapariciones

El Alto Comisionado expresó profunda preocupación por las condiciones de detención, caracterizadas por la falta persistente de alimentos y medicinas y la negación de visitas familiares, lo que ha afectado gravemente la salud física y mental de las personas detenidas.

Su Oficina documentó al menos cinco muertes de personas detenidas en relación con las elecciones presidenciales de 2024, que, dijo, “deben ser investigadas de manera pronta e independiente”, incluida la del dirigente opositor Alfredo Díaz.

También alertó sobre un aumento de traslados de personas detenidas a lugares desconocidos, algunos de los cuales podrían constituir desapariciones forzadas, así como la detención en régimen de incomunicación en centros como El Helicoide, Rodeo I y Fuerte Guaicaipuro.

Cese de sus operaciones en Venezuela

Türk informó que desde julio su Oficina ha documentado la detención de al menos 17 familiares de personas percibidas como disidentes, en su mayoría mujeres, niños y personas mayores, y que se desconoce el paradero de otros 12 familiares.

Instó a la liberación incondicional de todas las personas detenidas arbitrariamente por su participación en el espacio cívico, incluyendo a Rocío San Miguel, Javier Tarazona, Carlos Julio Rojas, Eduardo Torres y Kennedy Tejeda, así como a cuatro adolescentes que permanecen detenidos tras las elecciones de 2024.

“El sufrimiento del pueblo venezolano debe terminar”, afirmó el Alto Comisionado, quien lamentó que su Oficina ya no cuente con personal internacional en el país, pese a los esfuerzos realizados para restablecer su presencia.