Como parte de las investigaciones sobre derechos humanos promovida por Provea, presentamos esta investigación del académico de la Universidad Central de Venezuela Carlos Aponte Blank. Una investigación elaborada en conjunto con el Centro de Estudios de Desarrollo (Cendes) de la UCV.
Para una organización de derechos humanos como Provea, que además pone su énfasis en los derechos económicos, sociales y culturales, el estudio de un fenómeno como lo pobreza es una tarea central. Porque hablar de pobreza no es solo hacer un cálculo y presentar unos números, una tendencia; cuando analizamos la pobreza nos encontramos con un fenómeno complejo y multicausal que afecta de forma abrumadora a quienes lo sufren.
La pobreza significa una masiva violación de derechos humanos que obstaculiza a quienes la sufren el disfrute de otros derechos humanos: salud, educación, participación entre otros.
Acabar con la pobreza debe ser uno de los principales propósitos que debe establecer el Estado venezolano incorporando la mayor cantidad de voluntades y capacidades para resultados satisfactorios.
Una persona o un hogar en situación de pobreza no son libres: las decisiones sobre qué alimentos comprar, en qué trabajar o si los hijos pueden estudiar están condicionadas, ya que cada día la prioridad se centra en lograr conseguir lo mínimo para la sobrevivencia. En esas situaciones de privación extrema no solo no se disfruta de los derechos más básicos, sino que además se limitan las posibilidades de exigirlos.
Este estudio sobre la pobreza en Venezuela que nos presenta el profesor Carlos Aponte, sociólogo y Doctor en Estudios del Desarrollo, nos muestra este panorama con gran amplitud. En primer lugar aborda una importante discusión sobre los distintos métodos de medición de pobreza: la pobreza de ingresos o línea de pobreza, el método de necesidades básicas insatisfechas y el método de pobreza multidimensional. A diferencia de otros trabajos en los que se analiza de forma detallada los supuestos de cada uno de estos métodos y cuáles son los aspectos de la pobreza que cada uno permite ver y los que no, este trabajo se propone describir la evolución de la pobreza utilizando cada uno de estos métodos. Al hacerlo, encuentra que el método de necesidades básicas insatisfechas arroja una tendencia radicalmente opuesta a la que presentan los métodos restantes y resulta evidente que su uso por parte del gobierno venezolano responde a un interés político para enmascarar la verdadera situación social existente en el país.
Revisando los indicadores existentes, se llega a la conclusión de que pese a las dificultades para obtener información precisa sobre el ingreso de los hogares, más aún en estos tiempos de hiperinflación, el método de línea de pobreza o pobreza de ingreso sigue siendo el método que permite conocer las variaciones en el largo plazo por su comparabilidad, además de permitir identificar a las familias que se debería atender a través de las políticas públicas. Tanto con este método como con el método de pobreza multidimensional se identifica un proceso de empobrecimiento masivo a partir de 2013. La Emergencia Humanitaria Compleja es un proceso que ocurre de forma simultánea a este empobrecimiento.
Después de esta descripción de los métodos de medición y la tendencia de la pobreza en las últimas décadas, en su segunda parte el estudio intenta identificar los factores que han causado este abrupto empobrecimiento. En el primer grupo de causas se sitúa la formulación de políticas económicas que han limitado las libertades económicas y, con ello, han afectado la producción de las empresas nacionales, como el control de cambios y de precios. El segundo factor económico identificado es la destrucción de la industria petrolera y en conjunto ambos factores causaron que el crecimiento de la producción fuera menor que el crecimiento del consumo incluso antes de la caída de los precios petroleros y del inicio de la tendencia al empobrecimiento.
El segundo grupo de causas tiene que ver con el mal manejo de los ingresos y gastos públicos. En medio de un boom de los ingresos petroleros, el estado venezolano mantuvo políticas de alto gasto sin ahorro fiscal, con poca en inversión en infraestructura básica a la vez que se mantenía un alto endeudamiento. Al momento de producirse la caída en los precios del petróleo, el resultado es un alto déficit fiscal y crisis de deuda, con una infraestructura depreciada. Y esto produce de forma inevitable un deterioro de los principales servicios públicos.
El tercer conjunto de causas el autor lo describe como el declive del estado social en Venezuela. Con ello se refiere al deterioro de los servicios sociales básicos y la progresiva reducción de las misiones sociales que fueron la insignia de las políticas sociales en la década precedente. El trabajo muestra la caída en el gasto social real por habitante aniveles semejantes al registrado en la década de los sesenta del siglo pasado y cómo los actuales bonos y las cajas o bolsas clap tienen escasa capacidad para compensar a la población vulnerable frente al empobrecimiento masivo registrado. Junto con estos programas solo persisten los pilares de la política social tradicionales en el país: los sistemas de salud, educación y seguridad social, aunque disminuidos por la pérdida de recursos financieros, pero también humanos a causa de la emigración.
Luego de esta evaluación de las causas del empobrecimiento que muestran los indicadores, el trabajo continúa con sus consecuencias, mostrando la evolución de los indicadores nutricionales de la población, de la mortalidad infantil y materna y de la matrícula educativa. En todos estos ámbitos los retrocesos son abrumadores; pero sin duda el efecto que más se ha divulgado en la opinión pública es la emigración masiva, que significa un profundo cambio en la dinámica demográfica del país.
El panorama que nos muestra este trabajo no es alentador, tanto por la persistente tendencia ascendente que muestra el empobrecimiento de la población, como por la gravedad de sus consecuencias. Pero como todo hecho social, este deterioro social también puede atenderse para que los venezolanos puedan retomar una vía hacia mejoras de sus condiciones de vida. El trabajo cierra, entonces, con un conjunto de recomendaciones de política que podrían contribuir a un cambio en el curso de los indicadores descritos. Para las organizaciones de la sociedad civil venezolana y para Provea en particular, recomendaciones como estas, basadas en un conocimiento exhaustivo de la situación social del país y sus causas son un insumo imprescindible para promover y exigir los cambios necesarios para que las instituciones públicas garanticen los derechos económicos, sociales y culturales de los venezolanos.
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