El pasado vienes 15 de septiembre se celebró a nivel mundial el Día de la Democracia, una fecha establecida por Naciones Unidas para recordar la importancia de la democracia y la participación de todos los grupos de la sociedad civil para consolidar gobernanzas respetuosas de los derechos de las personas.

Este día es propicia para reivindicar el valor de la democracia y la organización ciudadana, como elementos esenciales para la construcción de un régimen de derechos y para condenar los autoritarismos de toda índole.

Las Américas se mueven como un péndulo. En la región, los populismos y autoritarismos de distinto signo ideológico encuentran frecuentemente tribuna en ambos extremos de la polarización política entre derechas e izquierdas. Las afrentas a la institucionalidad democrática propiciados por autoritarismos emergentes, desde el norte y hasta el cono sur del continente, y la consolidación de gobiernos supresores de la democracia y constrictores del espacio cívico -como Nicaragua y Venezuela-, parecen tener contra la pared a las democracias de la región.

Sobre esto conversamos con Gabriel Salvia, periodista, activista de derechos humanos y Director General del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL).

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

¿Crees que está en riesgo la democracia en Las Américas?

Yo recuerdo entre 2010 y 2011 la inclusión de cláusulas democráticas en varios organismos regionales, como UNASUR, CELAC y OEI, con Hugo Chávez en Venezuela consolidando un gobierno autoritario y con Cuba con su régimen de partido único totalitario, y a nadie señalando esta contradicción.

Quienes firmaron estas declaraciones tienen un alto grado de responsabilidad en la erosión de la institucionalidad democrática en América Latina.

Traigo este recuerdo como un ejemplo del predominio regional de las voces autoritarias y la ausencia de liderazgos democráticos en América Latina.

Sobre estos últimos, tanto Luis Inacio Lula da Silva como José «Pepe» Mujica, con la fuerza de sus historias personales, no estuvieron a la altura para representar un liderazgo verdaderamente progresista en la región, es decir, de defender la institucionalidad democrática y la transparencia gubernamental, pilares para implementar políticas públicas que contribuyan al crecimiento económico con inclusión social.

El surgimiento luego de expresiones políticas de derecha populista puede interpretarse como una reacción a las inconsecuencias de una izquierda que falló en gobernar como una socialdemocracia moderna.

De todos modos, lo más cercano a esto último fueron los gobiernos de la Concertación en Chile y, luego de las protestas y el actual gobierno de izquierda de Gabriel Boric, puede ganar la derecha más radical.

Y ni hablar lo de Argentina si llega a ganar Javier Milei, pasando de un extremo de populismo corrupto de izquierda a alguien con propuestas de derecha que no se aplican en ningún país del mundo.

En definitiva, en América Latina no existe una defensa y una cultura de los derechos humanos que se plasme en políticas públicas que aseguren su integralidad. Por ende, la democracia está en riesgo en nuestra región.

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

En el marco de la celebración del Día de la Democracia 2023, Naciones Unidas ha centrado su objetivo en los jóvenes y ha dicho que hay que «Empoderar a la próxima generación».

«La juventud debe navegar en un mundo en el que las democracias están amenazadas por factores que van desde la proliferación de información errónea y desinformación en línea hasta el creciente populismo y los efectos desestabilizadores de la crisis climática. Es importante que todos puedan participar significativamente en las decisiones que afectan sus vidas ahora y en los años venideros», ha precisado ONU.

¿Cómo lograr ese objetivo trazado por Naciones Unidas en una región que registra tan altos índices de desempleo juvenil, violencia y una ola migratoria sin precedentes en la historia? 

Es una pregunta clave, para la cual no tengo ahora una respuesta. Pero me desafía a reflexionar mucho sobre la misma, en especial vinculada a mi trabajo.

Por lo pronto se me ocurre que requiere gran dosis de creatividad e imaginación, que contribuya a fomentar la cultura democrática y de derechos humanos.   

En una entrevista que te hizo el portal 14yMedio en 2014 decías, con toda razón, que la situación más dramática –en términos de restricciones a las libertades democráticas-, que les había tocado afrontar como organización, era la de Cuba. ¿Cómo comparas hoy día esa apreciación teniendo en cuenta el vertiginoso ascenso de la represión en Nicaragua y Venezuela en los últimos 8 años? 

En los tres casos genera impotencia el ver cómo se mantienen de manera impune estas tres versiones nuevas de dictaduras militares.

En el caso de Cuba, las protestas masivas del 2021 pusieron fin a la idea de apoyo unánime a la vieja dictadura, aunque al parecer una parte importante de la comunidad internacional sigue siendo complaciente frente a un gobierno no democrático.

Nicaragua, por su parte, está superando a Cuba en su modelo represivo y de desafío internacional, que combina con incentivos económicos a un empresariado inescrupuloso.

Respecto a Venezuela, es un triste ejemplo del fracaso de la comunidad democrática internacional en forzar de manera pacífica a una transición democrática.    

La Misión Electoral de la Unión Europea que fue establecida en Venezuela, emitió un informe en el que trazó siete recomendaciones para garantizar elecciones libres y transparentes en el país. En vísperas de un nuevo proceso comicial, ¿crees que el régimen de Maduro tenga la voluntad política para implementar todas o alguna de ellas?

Realmente no lo creo. ¿Cuál sería el incentivo para hacerlo, sabiendo que el gobierno de Maduro carece de convicciones democráticas? Pero me alegraría muchísimo el equivocarme.

Chile conmemoró los 50 años del golpe de estado. Pensando en el futuro de la democracia en la región, ¿Qué lecciones nos deja la experiencia chilena? ¿Cómo imaginas el futuro de la democracia en Las Américas?

En medio siglo han cambiado muchas cosas.

Una de ellas, por suerte, es el repliegue de las fuerzas armadas, aunque está pendiente replantear su función y el gasto en armamento.

Desde lo político, la importancia de la moderación y el fomentar el diálogo como esencia de la cultura democrática.

La democracia es convivir de manera pacífica respetando las diferencias. Y tanto la democracia como los derechos humanos son incompatibles con la violencia política.  


Prensa Provea