En una edición especial de nuestro programa Son Derechos, conversamos con activistas sociales de la parroquia La Vega, al suroeste de Caracas, sobre las diversas iniciativas de articulación comunitarias, promovidas por el párroco Alfredo Infante, s.j, y habitantes de la populosa barriada.
La Vega, una de las 22 parroquias que integran en el municipio Libertador de Caracas, ha sido una de las comunidades más golpeadas por la severa crisis que afecta al país.
La precarización de los niveles de vida de los casi 150.000 habitantes del sector, ha sido acelerada por el deterioro de los servicios públicos y los constantes abusos cometidos por policiales y militares, en el marco de operativos de seguridad ciudadana.
Estas han sido las principales razones que han motivado a los pobladores de la parte alta de La Vega, a promover un espacio de encuentro para la organización y movilización en defensa de los derechos humanos y la calidad de vida.
En diversas redes de trabajo, que incluyen: red de defensa de los servicios públicos, proyecto de salud, red de promoción cultural, red de acompañamiento del duelo y el dolor, comité de ayuda humanitaria, red educativa, red alimentaria y el comité de “Jóvenes Renacer”, los vecinos atienden las diversas inquietudes, promueven soluciones y canalizan los reclamos de la comunidad ante las autoridades.
«Seguimos creyendo en ese país donde podamos vivir dignamente«
Ana Fernández, integrante de la red de servicios públicos, resalta el trabajo de esta instancia en la lucha por la garantía del derecho al agua, y al saneamiento en el sector. “Como comunidad nos hemos organizado, recolectamos firmas, nos trasladamos a la Defensoría del Pueblo, al Ministerio del Agua, planificamos una serie de protestas pacíficas. Exigir nuestros derechos es un deber fundamental en la construcción de un país”, aseguró.
Por su parte, Bianca Infante y Digna Guerrero, promotoras del proyecto de salud manifestaron que esta red se encarga de brindar atención necesaria para las personas más necesitadas a través de consultas como: medicina general, pediatría e inmunización.
“En nuestra comunidad lamentablemente contamos con un solo ambulatorio donde se recibe a una gran cantidad de personas, manejamos un registro de más de 900 beneficiarios, pero la verdad es que nuestra capacidad no es suficiente con los médicos que contamos, seguimos trabajando y seguimos creyendo en ese país donde podamos vivir dignamente”, dijo Infante.
La realidad que se vive en La Vega en materia del derecho a la alimentación, es igual de dramática que en la mayoría de las comunidades pobres de Venezuela. Por, ello la red alimentaria juega un papel crucial en la atención a familias que atraviesas niveles agudos de inseguridad alimentaria.
Laura Mendoza y Yuleisy Pérez, integrantes de esta instancia señalaron que en la actualidad cuentan con cuatro comedores en los que las mismas madres cocinan para la comunidad: “Por medio de un principio de la corresponsabilidad, favorablemente contamos con un equipo de nutricionistas quienes nos asesoran para brindar la mejor porción nutricional a los beneficiarios y la idea es expandirnos por muchos más sectores hasta atender a esa población más vulnerable”.
En medio de la pérdida de espacios para la participación y de las amenazas gubernamentales para los derechos a la libre asociación y reunión pacíficas, las iniciativas de articulación comunitaria de los habitantes de La Vega, es un ejemplo a seguir para promover la solidaridad y demandar el cumplimiento de las obligaciones estatales.
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