Terminó un año nefasto para los venezolanos

Venezuela cerró el año 2018 marcado por la pobreza, hambre, miseria y desasosiego como resultado de la nefasta gestión económica del dictador Nicolás Maduro. La ineficiente política económica del régimen hundió al país en la crisis económica más grave de su historia, donde resalta, como si no fuera poco, la caída de la producción petrolera venezolana que de continuar, el país podría dejar de ser un exportador neto de petróleo para este año 2019 con todas las graves implicaciones que este esto tiene para la maltrecha economía venezolana.

Al mismo tiempo, la caída de la producción nacional (PIB) por quinto año consecutivo en 18% aproximadamente, materializa ya la destrucción de más del 50% del aparato productivo en el país durante los últimos 5 años. Se pulverizó el salario y las prestaciones sociales de los trabajadores, lo cual es sumamente grave y delicado por ser parte de su patrimonio y el de sus familias.

La destrucción de la moneda motivado a la voracidad del fenómeno hiperinflacionario del cual Maduro es responsable, marca el 2018. La tasa de inflación anualizada de 2018 se ubicó en 1.698.488%; mensual 141,75%, y 3% diaria según los datos de la Asamblea Nacional (AN). El escenario económico que enfrentaremos los venezolanos durante el 2019 será dantesco y peor aún para el sector más vulnerable de la población: los trabajadores, quienes han visto cómo diariamente sus condiciones de vida se deterioran, experimentando mayores niveles de pobreza, hambre y miseria.

El legado de Maduro es el empobrecimiento de los venezolanos

Como lo expresamos durante el año 2018, el déficit fiscal crónico con el cual actúa el régimen se acentuó en la dinámica de financiar el déficit de empresas públicas (por ejemplo, PDVSA es financiada por el Banco Central de Venezuela). Se monetiza una parte significativa del déficit del sector público, en momentos donde el acceso a otras fuentes de financiamiento como el mercado internacional no es posible por la insolvencia, el riesgo y el aislamiento del gobierno de Maduro.

El dictador procura “despacharse y darse el vuelto”, con lo cual las implicaciones de estas distorsiones monetarias afectan en gran medida al ciudadano de a pie, cargando con el impacto inflacionario que destruyó su poder adquisitivo, patrimonio y condiciones de vida. Durante el año 2018, Nicolás Maduro aceleró de manera exorbitante la expansión de la liquidez monetaria a través del BCV.

Promesa y fracaso

Pasan los días y vimos cómo los resultados del paquete de medidas económicas anunciados al país el 17 de agosto del 2018 en cadena nacional de radio y televisión por Nicolás Maduro, que denominó “El Programa de Recuperación Económica, Crecimiento y Prosperidad”, generaron más pobreza, hambre y miseria. Se profundizó un contexto de aceleración de los precios de los bienes y servicios, destrucción de los salarios, mayores niveles de escasez, cierre de empresas y comercios. En definitiva, culminó el año 2018 con más de 90% de la población en condiciones de pobreza (Encovi 2018), junto con el alarmante aumento de la desnutrición, donde destaca que entre el año 2015-2017 el 11,7% de la población esta subalimentada (FAO), una situación que se incrementó en el 2018.

La situacion que se manifiesta en el país en apenas pocos días de iniciar un nuevo año es el hambre y la miseria en las familias ante la destrucción de su consumo, con un nuevo salario mínimo pulverizado, en medio de un desastre económico y creando momentos o intervalos de tiempo de ilusión monetaria realizando pagos retroactivos del bono de aguinaldo, fraccionando los mismos, y con los bonos del carnet de la patria.

Nicolás Maduro le mintió al país, en los anuncios realizados ofreció controlar el déficit fiscal y reconoció que debían evitar la impresión de dinero inorgánico y ocurrió todo lo contrario: durante el último trimestre del 2018 la expansión de la liquidez monetario creció en más de 100%.

Maduro es responsable del desastre económico

La incertidumbre que reina sobre la economía venezolana en la actualidad es consecuencia de la ausencia de una política económica correcta que enfrente y detenga la destrucción del aparato productivo del país; rescate la estabilidad monetaria; recupere los salarios y la libertad cambiaria; estabilice los precios y combata el alza exacerbada de los niveles generales de precios que ocurren a diario, que se proyectan para este año en un 10.000.000% según el Fondo Monetario Internacional.

La dictadura no define una estrategia económica que apunte a corregir los factores que inciden en estos problemas y enrumbe al país a un escenario de prosperidad, muy por el contrario, día a día sus decisiones contribuyen a que en Venezuela se agudice el desastre económico y la crisis social, lo que desemboca en una situacion de empobrecimiento estructural como lo hemos descrito en otros momentos.

Ante un nuevo año, los venezolanos perciben que todo será peor en materia económica. Las perspectivas para 2019 auguran mayores niveles de pobreza, hambre y miseria para los venezolanos. Sin lugar a dudas Nicolás Maduro es el artífice del desastre económico del país.


Econ. Luis Crespo | Especial para Provea