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La esposa del activista de Derechos Humanos, Gabriel Blanco, y también colaboradora de Provea, Diannet Blanco,  describe la irregularidad del proceso de detención de su esposo, destaca la labor humanitaria que este ha venido desarrollando y descarta acusaciones de supuesto terrorismo o asociación para delinquir por las cuales aquel fue llevado a los calabozos de la PNB.

Al final de la tarde del jueves 7 de julio la cotidianidad de la pareja formada por Diannet Blanco y su esposo Gabriel Blanco se vio trastocada, cuando al activista por los DDHH y dirigente sindical lo buscaron funcionarios policiales quienes se lo llevaron detenido con una acusación de asociación para delinquir y conspiración.

A las 6:30 pm, cuando Gabriel Blanco llegaba a su residencia ubicada en Coche, al sur de Caracas, luego de otra jornada de trabajo, funcionarios vestidos de civil le abordaron y se identificaron como pertenecientes a la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) pidiéndole que les acompañara a la sede del organismo para una entrevista.

La aprehensión se produjo luego de un intercambio con los vecinos de Blanco, quienes junto a activistas de DDHH y abogados de la comunidad dieron cara a los funcionarios por más de seis horas hasta que los mismos consiguieron una orden de captura.

En esos días precisamente, varios dirigentes políticos o activistas de DDHH en su mayoría vinculados al partido Bandera Roja, fueron privados de libertad. La ola comenzó el lunes 4 de julio con la aprehensión del profesor de Química y artista plástico Alcides Bracho y continuó un día después con la detención del presidente de la Federación de Trabajadores del Poder Judicial, dirigente sindical y defensor de DDHH Emilio Negrín.

El lunes 6 fue encarcelado Néstor Astudillo, dirigente de Bandera Roja, quien fue sacado de su residencia sin que los funcionarios (vestidos de negro) mostraran una orden de captura.

La acción hizo revivir a Diannet Blanco, esposa de Gabriel, los horrores vividos durante un año y 12 meses luego que efectivos del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) la detuvieran y trasladaran a la sede de ese cuerpo de seguridad ubicado en El Helicoide.

Pero aquella experiencia le sirvió para mantenerse en guardia ante posibles atropellos, y, al ser alertada por los vecinos de que algo pasaba con su esposo. Salió inmediatamente de su apartamento para denunciar la irregularidad de la acción a través de redes sociales y alertar a defensores de DDHH, que se apersonaron al lugar y evitaron que se llevaran a Gabriel sin una orden y sin que no se dijera a dónde lo trasladarían.

A una semana de lo ocurrido, cuenta la injusticia que, en su opinión, formada por años de activismo en defensa de los DDHH, se está cometiendo contra Gabriel y, aunque tiene momentos de debilidad, logra mostrarse firme en dar esta nueva batalla por defender las actividades de ayuda y apoyo a las personas más vulnerables a través de la acción de las diversas ONG que hacen labor humanitaria en el país.

“Gabriel llegó aproximadamente a las 6:30 de la tarde a la residencia, y en ese momento la abordan dos funcionarios vestidos de civil, que se identifican como funcionarios de la Dgcim, él logra llegar hasta la entrada del edificio y allí dos vecinos se percatan que hay una situación irregular, por la manera este como está siendo abordado mi esposo por estas dos personas, entonces se meten y pregunten ‘qué es lo que pasa con nuestro vecino’ y los funcionarios responden ‘queremos que nos acompañe a una entrevista’, y vieron que había intenciones de llevárselo, por lo que la vecina me llama y me dice ‘baja urgentemente que hay unos funcionarios aquí que al parecer se quieren llevar a tu esposo detenido’”, relata Diannet Blanco sobre los hechos ocurridos esa tarde del 7 de julio.

Gabriel Blanco es un sindicalista y trabajador humanitario

Dice que bajó corriendo, se identificó y les preguntó a los funcionarios en qué se les podía colaborar, que cuál era la situación, y que cuando consultó el tema de la entrevista le dijeron que se trataba de una investigación, aunque seguidamente dijeron que no podían revelar sobre qué era dicha investigación, a lo que les indicó que no se lo llevarían sin una orden.

“Ellos dicen que ‘sí o sí, nos lo vamos a llevar’ y ahí es cuando yo hago un vídeo identificándome como la esposa de Gabriel Blanco, activista y defensora de DDHH y diciendo que unos funcionarios vestidos como civiles insisten llevarse a mi esposo para una entrevista el cual no se sabe cuál es el procedimiento ni la investigación”, recuerda Diannet Blanco.

Indica que empezaron a llegar varios vecinos y una de ellas saludó y se presentó como abogada de la comunidad preguntando qué pasaba con el ciudadano Gabriel, exigiendo también una orden para que lo pudieran detener.

“Mientras, yo me active con mi red de apoyo más cercana que es Provea, porque trabajo en esa ONG y le comunico la situación a Marino Alvarado y a Rafael Uzcátegui y a otras personas que son activistas defensoras de DDHH. A los 15 minutos llegó Alvarado y se identificó con los funcionarios que le dijeron que era una investigación; luego llegó Uzcátegui e integrantes del Comité de DDHH de Coche, y yo llamé a la mamá del hijo (16 años) de Gabriel, quien hizo contacto con un fiscal del Ministerio Público que estaba de guardia, para ponerlo al tanto de la situación”, continúa.

Diannet Blanco describe su sorpresa al ver que, en ese momento, empezaron a llegar más funcionarios, “algunos encapuchados, otros con armas largas, todos vestidos de negro, y como si estuvieran buscando a Rambo”. Asegura que era una cosa impresionante la desproporción de funcionarios, que supuestamente iban a llevar a una persona para una entrevista.

Fue a la una de la mañana del viernes 8 de julio, que llegaron efectivos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) con una orden de detención e informando que se le estaba imputando los delitos de asociación para delinquir y presunta conspiración, se le dieron los detalles al fiscal de guardia, que habló con el funcionario que estaba realizando el procedimiento y finalmente se lo llevaron detenido.

“Fíjate que si no hubiese habido presencia de los vecinos, de una organización de DDHH y, digamos, de mi paraguas como activista y defensora de DDHH que sabe cómo documentar, denunciar y difundir, y también saber lo que son violaciones de derechos humanos en flagrancia, se hubiesen llevado de manera arbitraria Gabriel”, destaca Diannet Blanco.

Junto a familiares, los activistas de DDHH y algunos vecinos, Diannet siguió en caravana a la comitiva que se llevó a su esposo, que fue trasladado a la sede de la Dgcim ubicada en La Quebradita, y al día siguiente le llevaron desayuno y buscaron la asesoría de la ONG Cofavic para denunciar la situación.

“La detención finalmente estuvo apegada a la ley porque consiguieron la orden, pero fue una detención injusta, porque para entrevistar, al tener sospecha de alguna persona, no es necesario detenerla, sino informarle ‘mire vamos a hacer esta investigación, le agradecemos, no salir de Caracas, vamos a vamos a necesitar que usted haga acto de presencia en la oficina tal’, pero no llevárselo porque se sospecha de una conspiración, de una asociación para delinquir”, expresa con énfasis Diannet Blanco.

Indica que los abogados de Gabriel son Ana Leonor o Acosta y Kelvin Zambrano, junto a Alonso Medina Roa, que también que es parte del equipo, que finalmente pudo juramentarse a pesar de que las autoridades querían asignar a Gabriel un defensor público.

A Gabriel Blanco lo presentaron ante tribunales el sábado 9 de julio y el lunes lo trasladaron a la sede de la PNB ubicada en La Yaguara, al suroeste de Caracas.

“Ese día cumplió años, nosotros teníamos tantos planes para celebrar su cumpleaños y ahora estamos en esta situación, imagínese recibir un cumpleaños encarcelado de manera injusta”, cuenta entre lágrimas Diannet Blanco.

—Cuéntenos cuáles son las actividades de Gabriel, cuál es su trabajo y cómo lleva a cabo esas actividades por los DDHH

—Gabriel siempre se ha venido desempeñando en el marco de la protección y defensa de DDHH, por el bienestar de las de las personas. Él viene de ser consejero de protección por los derechos del niño o niña y adolescente y luego trabajó como educador de calle, con niños en situación de abandono y de indigencia en la calle; después trabajó en una organización que se llamaba Vivienda Popular, que era para brindarle asistencia a las personas que tenían una situación precaria de vivienda, ayudar a la restauración y recuperación de sus hogares; después pasó a trabajar en la Asamblea Nacional (la electa en 2015) y allí es escogido para el sindicato de trabajadores.

Lo botaron de la AN injustamente –prosigue- cuando el oficialismo gana la Asamblea Nacional (2020), cuando empezaron a hacer una barrida de personas que habían entrado con la directiva de la oposición y no les importó para nada que él tuviese su credencial activa como representante sindical, que contaba con fuero sindical y lo despidieron de manera injusta. Entonces, en febrero del 2021, empezó a trabajar en una organización humanitaria que trabaja con personas vulnerables y personas en situación de refugio.

Resalta Diannet Blanco que su esposo hace más de ocho años que no pertenece a ningún partido político y que, además, como parte del código de conducta de la ONG para la que trabaja, no debe tuitear sobre cosas de política ni participar en marchas ni protestas, sino en actividades de carácter humanitario.

“Mi esposo trabaja desde de lunes a viernes de 8 de la mañana a 5 de la tarde, e imagínate tú que, dentro de todo ese trabajo que hace, figura el darle talleres a la PNB para la ruta de atención a mujeres que van a denunciar que son víctimas de violencia, y también organizar foros para fiscales para que mejoren la ruta de atención a mujeres víctimas de violencia y coordinar acciones con la Defensoría del Pueblo cuando alguien necesita algún refugio”, comenta.

En su trabajo, Gabriel Blanco entrega kits humanitarios y es gestor de casos de vulneración a los DDHH, también da talleres a los adolescentes sobre proyecto de vida, así que, de acuerdo al testimonio de su esposa, está ocupado desde las 8am hasta las 5pm de lunes a viernes, y los sábados hasta las 2pm.

“Luego de trabajar llega aquí a la casa a montar todos los informes y los expedientes y a veces no tiene ni siquiera tiempo para compartir con su chamo; entonces ¿van a decir que en lo que anda es en una asociación para delinquir y conspiración?” Se pregunta.

—En esos mismos días en que estuvo detenido, aprehendieron a dirigentes vinculados al partido Bandera Roja, tengo entendido que su esposo perteneció a ese partido. ¿A Qué atribuye que se haya privado de libertad a personas vinculados con Bandera Roja?

—En una entrevista que le hicieron a Gabriel Puerta, que es el presidente del partido Bandera Roja hace poco, el dio unas declaraciones diciendo que no se explicaba por qué involucraban a Gabriel Blanco con el partido porque este se fue hace ocho años y no en muy buenos términos.

Yo creo que lo vinculan porque quizás Gabriel, entre sus amistades dentro del partido hay personas de ese partido, pero es porque tienen vínculos de amistad, no porque Gabriel sea activista de Bandera Roja.

Reynaldo Cortés es uno de los activistas del partido Bandera Roja detenido junto a Blanco

—Si él no es activista del partido, no participa en marchas ni protestan ni actividades de agitación o propaganda, entonces ¿a qué atribuye usted que lo hayan detenido?

—Mira yo lo atribuyo, a que, como dejó amistad, como tiene amistad con algunos dirigentes de Bandera Roja, es como para investigar, porque no encontraron elementos. Es tan absurdo todo esto que lo que los familiares y los abogados hemos conversado es que tal vez vieron en los contactos de celular de estas personas de Bandera Roja el de Gabriel Blanco y verificaron que él fue en una oportunidad de ese partido.

“Fíjate que cuando hacen la Audiencia de Presentación, la Fiscalía no presentó pruebas, no hay pruebas de lo que se le está acusando Gabriel. En la audiencia, la fiscal únicamente presentó la acusación, sin pruebas, no dijo con quién se asoció ni a qué conspiró”, destaca Diannet Blanco.

Néstor Astudillo, dirigente sindical y activista del partido Bandera Roja

—Usted ha estado también privada de libertad, ¿cuál es la situación que se vive?

—Yo estuve recluida en la sede del Sebin ubicada en El Helicoide; cuando a uno se lo llevan detenido de esa manera bueno, mi experiencia es que la situación que se vive es inhumana, degradante, con hacinamiento. Quizás no tanta violencia o maltrato físico, pero sí psicológico, en el trato. Imagínate uno, inocente y estar detenido injustamente y que lo traten a uno como basura. Nosotros por los momentos hemos tenido el respeto al derecho, que no es un favor, de verlo, porque Gabriel Blanco tiene derecho la visita y hemos podido entregarle sus cosas intactas.

—¿Y él que les ha relatado de su situación allá? ¿cómo ha sido el trato hasta ahora?

—Él me dice que está tranquilo, que está fuerte, pero una de las cosas que a mí me tiene preocupada es que cuando a nosotros nos dio Covid entre finales de enero y principios de febrero, es que a él le fue diagnosticada una pericarditis, una inflamación de las membranas del corazón. A mí eso me tiene preocupada y voy a ver de qué manera busco un cardiólogo. Estoy coordinando con Amnistía Internacional (AI), que me va a canalizar una atención médica a ver si le permiten entrar a un médico ya sea un médico de confianza o algún médico de alguna organización humanitaria.

Agrega Diannet Blanco que, a raíz del Covid, ella, que es asmática, debe tomar medicinas para evitar las deficiencias respiratorias, y sufre de fatiga constante, situación ya de por sí difícil a la que se suma la ocasionada por la detención de su esposo.

—¿Cuál es su opinión de las acciones contra ONG de DDHH en el país, que han sido objeto de acusaciones de financiamiento internacional para fines de desestabilización y varios de sus activistas han sido objeto de demandas, además de que la AN prepara una ley de colaboración internacional para limitar el acceso a recursos por parte de estas organizaciones?

—Como activista y defensora de derechos humanos digo que es lamentable que se criminalicen las acciones de ayuda, porque estas buscan el bienestar colectivo, mermar lo que es la pobreza extrema y porque nos abocamos a trabajar en los sectores y las zonas más vulnerables, y no puede ser que en una democracia, en un estado de derecho, se criminalicen estas acciones que lo que hacen es ayudar a la comunidad, al bienestar de las personas y simplemente actuar desde lo que establece la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que es garantizar los derechos, empoderar a la gente para para que tengan una vida digna y sepan cómo organizarse y cómo reclamar de manera justa y organizada sus derechos en general.

—¿Cuál es la situación que usted ve de los DDHH Venezuela y qué mensaje le daría a las personas que pueden ver que activistas como Gabriel Blanco están detenidos?

—Yo les digo a las organizaciones hermanas, a las organizaciones de DDHH, que es importante la labor que realizan, que por más criminalización que exista no debemos desistir, sino seguir asumiendo esta labor como un apostolado de amor, de servicio, de ayuda, y que es importante documentar, denunciar y difundir (los atropellos) para crear memoria, para y trabajar para la no repetición de estas de estas situaciones tan atroces.

“No es un delito ayudar a personas en situación vulnerable, no es un delito atender a mujeres víctimas sobrevivientes de violencia de género, y eso es lo que hacemos las organizaciones de DDHH y eso es lo que ha venido haciendo mi esposo”, recalca Diannet Blanco.

—¿Y Gabriel le ha dado un mensaje para la gente?

—Me escribió una carta bien bonita donde me dice que me extraña –rompe a llorar-. Claro, no puede dormir porque imagínense ya tanto tiempo con una persona con la que uno convive, hacerle su comida, dormir, despertar y que lo primero que uno ve cuando despierta es su carita y él verme la mía… Me dice que tenga mucha fuerza. Yo perdí a mi mamá a los 15 años y digamos que eso me hizo madurar más rápido y me hizo más fuerte y tener más fortaleza emocional, pero uno no es de piedra, uno se quiebra, a uno le duele, y más a mí porque ya pasé por toda esta situación que lamentablemente me han hecho revivir.


Alianza Tal Cual – Provea