Desde la Confederación Sindical de trabajadores y trabajadoras de las Américas (CSA) expresamos nuestra profunda preocupación ante la inestabilidad que produce el conflicto entre los poderes públicos y la criminalización de la protesta pacífica y democrática, los cuales no contribuyen a desmontar la violencia política ni a definir caminos de encuentro y diálogo agravando la situación social, económica y política del país.
Los cuadros de violencia y confrontación de los últimos días, obligan a nuestra condena a la represión y a demandar del Estado y sus instituciones la plena garantía de las libertades democráticas, especialmente el derecho a la manifestación pacífica y democrática.

Igualmente, a condenar el uso de la violencia por parte de sectores interesados en desestabilizar, práctica que ha generado víctimas y destrozos en la infraestructura pública y privada en varias ciudades. El país no necesita volver a pasar por situaciones como esta, que en el pasado solo ocasionaron muertes, destrucción y profundos daños a la institucionalidad democrática del país.

El conflicto entre los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, está profundizando las dificultades del país que afectan a la clase trabajadora venezolana y al conjunto de la población, exacerbando problemas como el desabastecimiento, acaparamiento, especulación de alimentos, medicinas e impactando negativamente a servicios públicos fundamentales como el de la salud y atención a las personas pensionadas y jubiladas.

Es la mayoría de la población, ajena a la confrontación política, la que está sufriendo los efectos de esta crisis y a la cual, tanto gobierno como oposición, deben tomar en cuenta verdaderamente para la búsqueda urgente de salidas institucionales, en el marco de la convivencia pacífica y democrática.

Rechazamos la pretensión de cualquier país o grupo de países de imponer medidas contra cualquier estado soberano. Promover o imponer medidas extremas a Venezuela desde el ámbito internacional, sólo favorecerá la radicalización del conflicto, ocasionando graves daños a la población, desestructurando aún más las instituciones y alejando el necesario entendimiento entre las/os venezolanas/os.

Condenamos la actitud de algunos gobiernos de la región que pretenden inmiscuirse en los asuntos internos de Venezuela, desconociendo los graves problemas que enfrentan las/os trabajadoras/es y la población en general de sus propios países. Instamos a los organismos internacionales, como la OEA, UNASUR y CELAC, a actuar como facilitadores del necesario entendimiento entre los actores políticos de Venezuela, con el total consentimiento y respeto de las instituciones del país, favoreciendo las gestiones para el acercamiento entre las partes.

Es fundamental construir un clima de pacificación y entendimiento en el país, que pasa por el reconocimiento de las diferencias, el respeto del otro y apego a las normas constitucionales.

En tal sentido llamamos a los actores en conflicto a retomar y profundizar de manera urgente el espacio de diálogo y negociación conducido por los ex presidentes José Luis Rodríguez Zapatero, Leonel Fernández y Martin Torrijos, con la presencia del Representante del Papa Francisco y el acompañamiento de la UNASUR. Es fundamental construir un clima de pacificación y entendimiento en el país, que pasa por el reconocimiento de las diferencias, el respeto del otro y apego a las normas constitucionales.

Finalmente, la CSA reafirma su compromiso con los Derechos Humanos, los valores democráticos, la Libertad Sindical y los derechos históricos de la clase trabajadora. Nuestra solidaridad con la lucha de la clase trabajadora venezolana y sus organizaciones sindicales, especialmente con nuestras afiliadas. Instamos al gobierno venezolano y a los actores de la oposición democrática a demostrar su verdadero compromiso con la paz y la democracia, a deponer el discurso de confrontación y violencia, PROCURANDO UNA SALIDA DEMOCRÁTICA, CONSTITUCIONAL, PACÍFICA Y ELECTORAL A SUS DIFERENCIAS.


CSA TUCA