ACERCA DEL AUTOR:
Marino Alvarado
Abogado, Coordinador de Exigibilidad Legal de Provea.
Marino Alvarado | La situación del país puede analizarse desde muchas perspectivas. En esta oportunidad la analizaré desde cuatro dimensiones. La económica, la social, la institucional y la protesta social. En la medida de las posibilidades he tratado de cubrir con algunos datos una década. Que permita ver en ese lapso si hubo avances, estancamientos o retrocesos.
Dimensión Económica. Analizando el Informe que el Banco Central de Venezuela presentó a la Asamblea Nacional en tiempos del ex presidente Chávez donde informaba de los resultados económicos del año 2006 destacan algunos datos.
El BCV afirmaba que a diciembre 2006 se estaba en un proceso de crecimiento económico sostenido, significativo y generalizado de la economía venezolana por 13 trimestres consecutivos, es decir, por tres años y medio. A 2017 el país se encuentra en un proceso de crisis económica que se prologa ya por cuarto año consecutivo.
Mientras en 2006 el producto interno bruto (PIB) a precios constantes registró un incremento de 10,3%, a 2016 se registró un resultado negativo de menos 18,3%. Desde el primer semestre de 2013 el PIB empezó a decrecer y durante cuatro años consecutivos este indicador macro económico nos indica la gravedad de la situación económica del país.
La tasa de inflación ese año fue de 17%. Una década después, en 2016, el BCV le ocultó al país cuánto fue la inflación. Sin embargo se la reportó al Fondo Monetario Internacional indicando que fue de 274%.
En 2006 el nivel de reservas internacionales brutas fue de US$ 37.440 millones. Para julio de 2017 las reservas internacionales del país eran apenas de 10.033 millones de dólares.
Los datos indican que en una década la economía venezolana en lugar de avanzar, decreció. Cuando en 2007 el gobierno lanzó el denominado Proyecto Nacional Simón Bolívar Primer Plan Socialista se afirmó que el país avanzaría hacia un nuevo modelo productivo y un crecimiento sostenido. Diez años después el resultado es todo lo contrario.
Dimensión Social: En 2006 cuando el ex presidente Hugo Chávez ganó las elecciones para gobernar por un nuevo período la cantidad de hogares pobres según el Instituto Nacional de Estadísticas era de 1.884.656 hogares equivalente a un 30.6% y en términos de personas cerca de 10 millones de personas vivían en situación de pobreza. Esa cifra oficial comparada con tres o cuatro años atrás indicaba que se venía en una línea lenta pero progresiva de reducción de la pobreza. Casi 10 años después, en 2015 cuando el INE vuelve a suministrar cifras oficiales de pobreza informa que 2.434.035 hogares se encuentran en situación de pobreza lo que equivale al 33,1 del total de hogares. Es decir, en lugar de lograrse una reducción la pobreza aumentó a pesar de los altos ingresos petroleros y que se hayan creado 38 misiones sociales a las cuales se les asignó altos presupuestos. Una década perdida.
Coincide con el Primer Plan Socialista y luego con el Plan de la Patria cuando se prometió la suprema felicidad. En dicho Plan Socialista se afirmó que uno de los objetivos era reducir la miseria a cero y acelerar la disminución de la pobreza. Por su parte en el Plan de la Patria se establece la erradicación de la pobreza extrema y disminución de la pobreza general. Los resultados son lo contrario. Tenemos más miseria, más pobreza, más niños de la calle, más hambre, más deterioro de la calidad de vida de la familia. No hay duda que tanto el Plan Socialista como el primer Plan de la Patria en materia social son un fracaso total.
Dimensión Institucional. Asistimos actualmente a una profunda crisis institucional. Pasamos en diez años de democracia autoritaria a dictadura. Se produjo una disolución de los indicadores básicos de existencia de una democracia y se consolidaron de las características totalitarias del Régimen.
Dimensión protesta social. Venimos de una reciente derrota de la rebelión popular abril julio 2017. Pero ello no significa que la protesta cesó. La población ha mantenido durante años una actitud de exigencia de derechos. De 1999 al 2016 hubo 52.051 protestas la mayoría relacionada a derechos sociales. En los cinco años anteriores a la rebelión el promedio de protestas fue de 19 diarias. De la Rebelión quedó una experiencia de lucha que con seguridad el pueblo sabiamente utilizará para continuar exigiendo sus derechos.
Visto el país en estas cuatro dimensiones, solo podemos llegar a una conclusión: quienes gobiernan han sido un total fracaso, una fábrica de pobreza y profundizan la exclusión social y política, pero hay un pueblo dispuesto a defender sus derechos y luchar por el rescate de la democracia.
ACERCA DEL AUTOR:
Marino Alvarado
Abogado, Coordinador de Exigibilidad Legal de Provea.