María Yanes | Es conocido que la situación de alerta epidemiológica en Venezuela se mantiene constante, estamos enfrentando enfermedades reemergentes que si bien se habían controlado, estas resurgen nuevamente a manera de brotes epidémicos causando un gran impacto en la población. No obstante, también nos encontramos vigilantes ante cualquier enfermedad emergente, es decir, aquellas enfermedades nuevas las cuales entran o aparecen por primera vez en una determinada área geográfica, tal fue el caso del virus de Chikungunya, el cual aparece en nuestro país por primera vez en el 2014 y con la misma se quedó, tras haber afectado a un gran número de personas e incluso se reportaron pacientes que fallecieron por este virus. No es de extrañarnos que en un país como el nuestro en donde el ente rector en salud es extremadamente incompetente para llevar a cabo programas sanitarios que contemplen la adecuada vigilancia y control epidemiológico, el resultado esperado es el que estemos sometidos a una amenaza de manera contínua con relación a estas enfermedades, como por ejemplo: La tuberculosis y malaria, las cuales se incluyen en el contexto de las enfermedades reemergentes.
Según el programa nacional dependiente del Ministerio del Poder Popular para la Salud, en el año 2015 se registraron 6.796 casos nuevos en todas las formas de la enfermedad, con una tasa de 22,19 por 100.000 habitantes. Hubo un aumento de 700 casos aproximadamente, comparado con el año 2014
Hace más de un año hice referencia a la Tuberculosis en Venezuela y en los actuales momentos consideré pertinente escribir nuevamente sobre la alarmante situación con respecto a esta enfermedad. Es indudable que la relación de esta patología con las condiciones de desnutrición, pobreza y hacinamiento se afianzan cada día más y sobre todo en el momento actual .Venezuela sigue sumida, ya casi finalizando el año, en la peor y más profunda crisis social que ha conllevado a que la pobreza de ingresos en los venezolanos supere el 70 %, cifra que seguramente será más alarmante al comenzar el año 2017, la pobreza extrema alcanza aproximadamente un 29% de los hogares venezolanos y la desnutrición ha marcado este año, sobre todo en nuestros niños y adultos mayores , dos poblaciones muy vulnerables. Las condiciones de hacinamiento también son alarmantes en los sectores más desposeídos. Las necesidades básicas se han hecho más inalcanzables. A manera de recordatorio, esta es una enfermedad infectocontagiosa causada por el bacilo Mycobacterium tuberculosis y el órgano que se afecta principalmente son los pulmones. Sin embargo, se puede diseminar y se transforma en la variable clínica de extra pulmonar con la afectación de otros órganos .La vía de transmisión es la aérea, a través de la tos o estornudos, de persona a persona, es decir de fácil contagio y en las condiciones sociales nombradas anteriormente las transmisión de la misma se facilita. Las personas con afectación del sistema inmunológico como las desnutridas o aquellas con VIH /SIDA que no están recibiendo tratamiento antirretroviral tienen un mayor riesgo en desarrollar la tuberculosis, con un mayor porcentaje de presentación extrapulmonar, es por esto que a las personas con VIH/SIDA se les debe garantizar estos medicamentos. La situación con relación a la tuberculosis es que cada año hay un ascenso en el número de casos a nivel nacional en comparación con el año anterior. Según el programa nacional dependiente del Ministerio del Poder Popular para la Salud, en el año 2015 se registraron 6.796 casos nuevos en todas las formas de la enfermedad, con una tasa de 22,19 por 100.000 habitantes. Hubo un aumento de 700 casos aproximadamente, comparado con el año 2014. La tasa en el Distrito Capital está en 28 x cada 100.000 habitantes, lo que es alarmante. Los casos nuevos acumulados en este año 2016 no se tendrán hasta que no culmine el mismo, seguramente se registrará otro ascenso. Sin embargo, persisten las dificultades en los programas de pesquisa y esto ocasiona una demora diagnostica por lo que se está viendo que llegan inicialmente un número importante de pacientes con la forma avanzada de la enfermedad .Según expertos, existe una brecha entre los casos estimados y notificados. Hay alarma con respecto al recurso humano, ya que en un importante número de distritos sanitarios las consultas de tisiología no son realizadas por médicos especialistas o entrenados por el Programa Nacional de Tuberculosis, están presentes Médicos Integrales Comunitarios (MIC) quienes no poseen la capacitación para ésta consulta la cual es la que se encarga de atender a estos pacientes, dar el esquema de tratamiento pautado por seis meses y realizar el seguimiento del mismo. Siguen las limitaciones y más acentuadas con respecto a los exámenes diagnósticos como la prueba de tuberculina (PPD) y la baciloscopia en la muestra de esputo, la cual se realiza para identificar el agente causal. Las condiciones sociales han ocasionado el aumento de esta patología. La tuberculosis sigue siendo una enfermedad social y en ascenso. Es marcador de pobreza y miseria, lamentablemente estas dos últimas han estigmatizado a la Venezuela actual.