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Carlos Patiño

Abogado defensor de Derechos Humanos. Coordinador de Exigibilidad en DESC de Provea.

Carlos Patiño | Un trabajo especial del diario El País de España titulado De centennials a ‘pandemials’: el futuro truncado de los jóvenes en América, presentó una evaluación de la crisis del coronavirus en el continente americano, con énfasis en la afectación de las nuevas generaciones. Según el estudio, una de cada seis personas entre 18 y 29 años se quedó sin trabajo en América Latina y el Caribe desde el inicio de la pandemia, mientras que otras sufrieron precariedad laboral. Además, muchos estudiantes se vieron obligados a dejar sus estudios por falta de recursos o de acceso a internet.

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La investigación evidencia que la crisis económica causada por la pandemia ha golpeado especialmente a los jóvenes. La generación más hiperconectada, los centennials o generación Z, nacidos entre 1996 y 2010 (rebautizados ‘pandemials’ en el reportaje), se ha visto obligada a volcar su vida al mundo virtual por las cuarentenas y dejar sus planes en el aire. A la lucha contra el coronavirus se suma la batalla por la salud mental, ya que uno de los grupos más vulnerables han sido los jóvenes por la cancelación de sus clases presenciales, la falta de interacción social y el aislamiento.

El trabajo del prestigioso diario recorre los efectos de la pandemia en jóvenes de varios países del continente: Estados Unidos, México, Colombia, Brasil, Perú y Argentina; pero curiosamente omite el único país de la región que en simultáneo atraviesa una emergencia humanitaria compleja, una dictadura de corte totalitario y la que estaría en camino de convertirse en la crisis migratoria más grande del mundo: Venezuela.   

La situación de Estados Unidos habría empujado a millones de jóvenes adultos (18-29 años) a mudarse con sus padres, bien porque las universidades donde estudiaban cerraron sus puertas e instauraron las clases online o bien porque de repente se vieron sin trabajo. En México, se enfrentaron a la pérdida de empleos y recortes salariales. En Colombia, los jóvenes se volcaron a las calles enfrentados a un entorno hostil, agravado por el descalabro económico del coronavirus. En Brasil, la deserción escolar se incrementó en razón de la búsqueda de sustento. En el Perú, han sido víctimas de la precarización laboral y en la Argentina, las mujeres jóvenes han sido las más afectadas por la desocupación. Sin embargo, Venezuela, que suma todos los males anteriores y agrega otros, no aparece reflejada en la investigación.

Según el informe Somos Noticia – Capítulo Salud Mental (2020 – 2021), de la de la ONG venezolana Cecodap, al inicio de la pandemia se estimaba que el potencial efecto e impacto que tendría el confinamiento extremo en la salud mental de niños, niñas y adolescentes sería devastador. Tal como anuncia Abel Saraiba, uno de sus coordinadores, “tras un año de esto, hoy podemos afirmar con datos que nuestros peores temores eran ciertos. Debemos apoyar a las familias en este contexto complejo de cuarentena y educación a distancia que además se une a las fallas de servicios básicos.”

Una especificación que trae el informe es que el 66% de las personas atendidas en 2020 corresponde a niños, niñas y adolescentes. El servicio de atención psicológica de Cecodap cerró el primer trimestre de 2021 con un 49% de casos atendidos que presentan alteraciones del estado de ánimo; de los cuales el 25,93% presenta riesgo suicida. En un año esto ha significado un aumento de 27%, como consecuencia de la inexistencia de una política pública en materia de salud mental de niños, niñas y adolescentes.

Cecodap también identificó variables claves como las alteraciones del estado de ánimo, los conflictos en el grupo familiar, los comportamientos disruptivos en el hogar, el impacto de la migración y la violencia. Subrayó que desde el mes de marzo de 2020, cuando se decretó la cuarentena obligatoria en el país por la detección de casos de covid-19, se produjo un aumento de las consultas mensuales y nunca se regresó al ritmo que hubo antes de la pandemia.

El coordinador del servicio de atención psicológica señaló que tras un año de pandemia es posible afirmar que el principal efecto, relacionado a la salud mental, son las alteraciones en el estado de ánimo. Un dato asociado a este motivo de consulta es la ideación suicida. Hubo un incremento para 2021 de este indicador: pasó a estar presente en 1 de cada 4 pacientes. Aunado a esto, 12% del total de pacientes atendidos dijo haber sufrido alguna forma de violencia durante el confinamiento.

Deserción escolar, precarización laboral, desempleo, aislamiento, migración forzada, colapso de los servicios públicos, emergencia humanitaria, ausencia de institucionalidad democrática, alteraciones del estado de ánimo, violencia y una pandemia sin política clara de vacunación, son los males que enfrentan los jóvenes venezolanos de la ‘generación pandemial’.

@leeficcion

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