ACERCA DEL AUTOR:

Author profile
Óscar Calles
Periodista medios en PROVEA

Periodista y activista venezolano, especializado en comunicaciones digitales con experiencia en ONG y medios. Ha liderado campañas de justicia y verdad, además de estrategias de storytelling. Trabaja en PROVEA como periodista de medios.

En días pasados se reveló que la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) de Venezuela, un órgano de seguridad conocido por su libre accionar represivo y con jefes acusados de crímenes de lesa humanidad, ha iniciado una preocupante estrategia dirigida a periodistas bajo el pretexto de “quitar la estigmatización de torturadores” de su imagen pública, mediante un curso a este gremio.

Este acto, en el contexto venezolano de represión continua hacia la prensa y los trabajadores de las ONG, se presenta no solo como un paso peligroso ante el cierre progresivo de la libertad de expresión y el espacio para la actuación de la sociedad organizada e independiente, sino también como una clara táctica de intimidación y lavado de imagen por parte del Estado venezolano a uno de sus cuerpos represivos.

No es la primera vez que se registra una maniobra de esta calibre.

En el pasado las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) de la Policía Nacional Bolivariana, también difundían imágenes sobre actividades con niños y encuentros deportivos en sus redes sociales, mientras organizaciones de derechos humanos las tildaban del «Escuadrón de la muerte» con más de 670 denuncias de ejecuciones extrajudiciales, solo en 2020.

No fue sino hasta precisamente el 2020 cuando la Misión de Determinación de los Hechos sobre Venezuela, elevó el nivel de denuncia sobre el accionar de la DGCIM, nombradas más de 300 veces en este primer informe de la Misión donde se analizaron más de 200 casos de víctimas en Venezuela.

Son estos informes de la Misión los que han desnudado a la DGCIM, sus centros clandestinos de detención (al menos 17 según sus textos), sus saqueos en casas de perseguidos, y sus distintos métodos de torturas,

Documentos con decenas de testimonios de víctimas que sobrevivieron para contar los horrores que vivieron; la intimidación a los medios y periodistas, solo puede generar más censura y autocensura.

¿Cómo un medio o persona dice que NO a ese curso cuando te tienen ubicado mediante la propia invitación? ¿Habrá algún seguimiento de las personas que asistieron y sus siguientes trabajos periodísticos? ¿Por qué fue en persona y no a distancia? Hoy las personas que asistieron deben estar con más miedo y censura.

En definitiva, estamos viendo una sofisticación de las estrategias empleadas por el gobierno para moldear la opinión pública y debilitar a las pocas personas que aún ejercen el periodismo, en un contexto tan adverso donde los salarios son bajos y cada vez hay más cierres de medios, tanto por censura como por la emergencia humanitaria compleja; no por nada ya Espacio Público ha alertado que desde 2002 a 2023 unos 408 medios de comunicación han sido cerrados en Venezuela.

Están buscando suavizar sus acciones del presente y futuro, pero no podrán borrar las denuncias de sus crímenes del pasado. Es ahora cuando la comunidad internacional debe seguir alerta, no solo por estos actos intimidatorios, sino por el objetivo del Estado venezolano de erradicar el espacio cívico y las libertades de Venezuela. Aún está latente el peligro de la Ley contra las ONG que también afectará a asociaciones de periodistas.

La estrategia de ofrecer cursos para “desestigmatizar” a un organismo acusado de graves violaciones a los derechos humanos no solo es preocupante, sino que también subraya la audacia de los intentos por reescribir la historia, atacar la memoria y minimizar los sufrimientos contra innumerables víctimas. No se nos olvide que en la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) hay una investigación por crímenes de lesa humanidad (Venezuela I), apoyada por más de 8900 víctimas que participaron en una consulta del organismo sobre el proceso.

Es esencial que la comunidad periodística mantenga su compromiso con la verdad, dando voz a las historias de las víctimas, su lucha por la justicia y la rendición de cuentas ante los abusos.

Frente a la censura, la manipulación y los intentos de blanquear la imagen de instituciones implicadas en abusos, debemos unirnos en solidaridad contra la persecución y continuar resaltando las realidades del país, por incómodas que sean para aquellos en el poder.

La integridad y valentía al informar son cruciales en estos tiempos de opresión, actuando como faros de esperanza y resistencia en la búsqueda de un futuro más libre y justo para Venezuela.

ACERCA DEL AUTOR:

Author profile
Óscar Calles
Periodista medios en PROVEA

Periodista y activista venezolano, especializado en comunicaciones digitales con experiencia en ONG y medios. Ha liderado campañas de justicia y verdad, además de estrategias de storytelling. Trabaja en PROVEA como periodista de medios.