Juan Kujawa Haimovici | En este artículo de opinión, expresaremos lo que el empoderamiento y la autodefensa de los derechos de los estudiantes universitarios con discapacidad, pueden promover.

Los dos anteriores trataron sobre los derechos de los estudiantes con discapacidad y una guía que puede orientar cuáles y cómo exigirlos.

El Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad, CERMI, España, publicó un manual Empoderamiento y Defensa de Derechos: Guía para la Autodefensa de los Derechos de las Personas con Discapacidad. (2016). Véase en : http://www.cermi.es/es-ES/Paginas/Portada.aspx

La Real Academia Española, RAE, define empo­de­rar como “hacer poderoso o fuerte a un individuo o gru­po social desfavorecido.”  El empoderamiento es una for­ma de discriminación positiva, pero que se origina en la persona con discapacidad.

Empoderarse en este caso, implica que los estu­dian­tes con discapacidad aprendan a defender sus de­re­chos.  Primero conocer cuáles son esos derechos y lue­go exigir se cumplan: Autodefensa.

La guía del Cermi, parte del principio que las PcD, tie­nen los mismos derechos, autonomía y no discrimina­ción, que cualquier persona.

Al promoverse la igualdad, estamos reconocien­do, como sociedad, que existen los mismos derechos.

La primera pregunta que debe hacerse un es­tu­dian­te con discapacidad; no solo en el entorno universitario; es si está siendo discriminado en cuanto a sus derechos.

Por ejemplo, la guía del Cermi señala que:

Te discriminan cuando hay barreras que te impi­den, en condiciones de igualdad, el libre disfrute de tus de­re­chos. Así podemos encontrarnos en las siguientes situaciones:

• Los entornos, productos y servicios no son accesibles e incumplen la normativa que existe sobre condiciones básicas de accesibilidad. La ley establece que los entornos, productos y servicios deben diseñarse pensando en todas las personas, por ello hay normas que regulan cómo deben ser para que sean inclusivos de una forma general.

• Cuando se incumple la obligación de prestar ajus­tes razonables, es decir, apoyos concretos en razón de la discapacidad. La accesibilidad piensa en todos, pues son un conjunto de requisitos técnicos que deben cum­plir dichos entornos, productos y servicios (por ejem­­plo, el tamaño y diseño de una rampa está defi­ni­do), sentarte en primera línea de clase si tienes alguna dis­ca­pacidad auditiva, un programa informático espe­cífico en el trabajo, etc. En este sentido, debes tener pre­sente que los ajustes razonables son obligatorios sal­vo que prestarlos sea desproporcionado o indebido, as­pec­to que deberá demostrar quien te los deniegue.

• Cuando por motivo de la discapacidad el trato que se te dispensa es diferente, por ejemplo, no dejarte en­trar en un local, exigirte más requisitos que a otros para ir a un gimnasio, etc.

Es importante que sepas que la normativa anti­dis­criminación no te exige que tengas ningún certi­fi­ca­do de discapacidad o un grado mínimo, basta con que ten­gas una discapacidad para que puedas denunciar la dis­criminación. En todo caso, si te lo piden, deberás acre­ditar de alguna forma que tienes una discapacidad.

¿En qué consiste la autodefensa?

• La asertividad, es decir, que seas capaz de decir las cosas de una forma calmada sin que te puedan las emo­ciones de enfado o frustración por la situación de dis­criminación que estás viviendo. De esta forma, po­drás ser más claro en explicar qué te ha sucedido, qué pides y cómo lo pides, y esto dará una fuerza especial a la hora de establecer un diálogo.

• La proactividad. Proponer soluciones. Muchas veces lo que hay es ignorancia sobre la discapacidad, se desconoce qué recursos o necesidades pueden facilitar la igualdad. Tener en cuenta que también hay mucha inercia, que todos los seres humanos tendemos a repetir pautas de comportamiento y que cuando nos piden cambiar nos cuesta. Por ello, explica tu necesidad desde tu derecho a la igualdad…

Identificar la discriminación, sea esta educativa, la­boral, de salud, accesibilidad, justicia, transporte, aten­ción en servicios públicos y privados, compra de me­di­ca­mentos, alimentos, y otros; solicitar se tomen me­ca­nis­mos para subsanarla, (apoyado en las diferentes leyes y normas existentes); buscar apoyo, tanto interno (los mecanismos internos de la Universidad), como externo; (Conapdis, Defensoría del Pueblo, entre otros.)

Esta última dispone de una línea de atención de denuncias vía telefónica: (08000783256), vía electrónica, http://www.defensoria.gob.ve/denuncias.html,Sedes Regionales, Disponibles en http://www.defensoria.gob.ve/. Existe incluso una Defensoría Delegada Especial en el área de la discapacidad y otras áreas.

Conocer. Exigir. Denunciar. Buscar soluciones propias.

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