Inti Rodríguez | Los principales actores de la conflictividad política actual parecen encaminarse al establecimiento de un espacio de diálogo y reconocimiento mutuo. Desde Provea saludamos todos los esfuerzos que conduzcan a una superación pacífica del conflicto y que permitan el reconocimiento del otro, y los otros, como paso necesario para construir una democracia sólida en la Venezuela transicional. Sin embargo, pareciera que algunos actores entienden que el diálogo y la negociación, implica la cesión de derechos y el sacrificio de la capacidad autónoma de la ciudadanía para movilizarse en defensa de esos derechos e intereses, cercados por lo que hemos calificado como una dictadura incipiente que tenderá a consolidarse si no se encuentra con una respuesta pacífica, pero contundente, de parte de las organizaciones del movimiento popular venezolano.
Apostamos por diálogo, pero consideramos que es tiempo de darle la palabra a quienes hasta ahora no han tenido voz en el conflicto actual. El diálogo no puede ser un acuerdo de élites para sacrificar los derechos de todos. Dialogar y llegar a acuerdos no puede traducirse en que unos y otros desconozcan los derechos de la ciudadanía. En este sentido, ningún diálogo o acuerdo político puede negar o supeditar el ejercicio de derechos constitucionales como el Referendo Revocatorio. Si la Constitución pone en manos de la gente la posibilidad de decidir si un gobernante sigue o no al frente de su cargo, ¿por qué negar ese derecho o permitir su confiscación? ¿por qué se insiste en negar la voz a los ciudadanos de a pie? ¿Por qué los más afectados por la crisis no tienen el derecho a escoger el camino para solucionarla?. Para nosotros, el diálogo no puede ni debe ser un pacto de las cúpulas, debe ser un espacio para el reconocimiento de todos y sobre todo para que se brinden garantías plenas para el ejercicio de las libertades democráticas.
Para fortalecer la democracia y apartarla de las tentaciones autoritarias, es imprescindible promover la participación y movilización ciudadana
Diálogo y movilización no son excluyentes, al contrario se complementan y se convierten en mecanismos indispensables para que, a través de la presión y el clamor ciudadano y mediante la observación de la comunidad internacional y la opinión pública nacional, un gobierno autoritario como el de Nicolás Maduro se vea obligado a someterse a las reglas de la democracia y a respetar las formas y mecanismos de participación previstos en la Constitución Nacional.
No hay democracia sin derechos humanos y no hay derechos humanos en contextos no democráticos. Para fortalecer la democracia y apartarla de las tentaciones autoritarias, es imprescindible promover la participación y movilización ciudadana. Hay que confiar y escuchar a la gente. Las organizaciones de derechos humanos no somos actores políticos que favorecen a uno u otro sector, somos instrumentos para acompañar y promover la participación y la organización social por la defensa de derechos; para incidir ante las instituciones del Estado de tal manera que estas adopten y desarrollen políticas públicas favorables a la realización de los derechos humanos, y para ayudar a que, por medio de la denuncia y la visibilización, las víctimas se conviertan en los protagonistas de los procesos de exigibilidad y justiciabilidad ante los abusos u omisiones cometidos por las autoridades en el ejercicio de sus funciones. En contextos como el actual es un deber del movimiento de derechos humanos venezolano dar un paso al frente y tomar partido por la democracia, así lo entiende y asume Provea. Por ello, insistiremos en promover espacios de articulación social desde abajo, para recomponer el tejido asociativo, superar la polarización y amplificar la voz de aquellos que siempre han tenido mucho que decir, pero pocas veces han sido escuchados.
Confiamos en la gente. Creemos en los poderes creadores del pueblo que reivindicó Aquiles Nazoa y por ello nos pondremos siempre al lado de las víctimas y sus reclamos. Y si el reclamo justo en esta etapa de la historia venezolana es más democracia y derechos humanos, allí estaremos ayudando a construir la resistencia popular frente al autoritarismo. Naciones Unidas ha dicho que los levantamientos populares a nivel mundial han logrado abrir espacios para la participación ciudadana en la toma de decisiones: “son un clamor popular en favor de las elecciones, la participación, la transparencia y el respeto por un espacio democrático”. Entonces la movilización pacífica y ciudadana reviste una importancia vital para el rescate y la consolidación del Estado de Derecho.
│Coordinador de Investigación de Provea @intiamaru79