El sociólogo explica que una respuesta humanitaria coordinada por Naciones Unidas se hace para salvar vidas y aliviar el sufrimiento de las personas como derecho humano, en condiciones donde ellas se encuentran en grave peligro de vivir situaciones que no garanticen este derecho

El 14 de agosto de 2019 las Naciones Unidas hizo público un Plan de Respuesta Humanitaria para Venezuela, con los que espera atender a 2.6 millones de personas que identifican como vulnerables, de los cuales 1,2 millones son niños o adolescentes.

Para este Plan, la ONU ha dicho a la comunidad internacional que necesita 223 millones de dólares para cubrir las áreas de salud, agua, saneamiento e higiene, seguridad alimentaria, nutrición, protección, alojamiento y educación en lo que resta de 2019.

Con este plan además la ONU busca fortalecer las capacidades de operación de los actores humanitarios para llegar a una base más amplia de población en 2020 en vista de que se estima que alrededor de siete millones de personas precisan de alguna forma de asistencia vital.

La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) señaló que tiene tres objetivos estratégicos para asistir a los grupos más vulnerables. El primero es proporcionar asistencia vital mediante el mejoramiento del acceso a los bienes y servicios básicos; el segundo, promover y fortalecer la protección y la dignidad mediante el fortalecimiento de los mecanismos comunitarios e institucionales; y el tercero desarrollar la resiliencia, apoyar a los medios de vida y contribuir a la sostenibilidad de la prestación de servicios básicos.

Seis días después de haber sido publicado, 118 organizaciones no gubernamentales y asociaciones civiles venezolanas se pronunciaron por este plan y aseguran que tiene «serias debilidades» que deben ser corregidas.

Jo D’Elia es sociólogo y activista humanitario que forma parte de las organizaciones civiles venezolanas. Trabaja con Civilis Derechos Humanos, una de las instituciones que firmó el pronunciamiento conjunto donde se cuestionan cinco principales aspectos del Plan de Respuesta Humanitaria.

El sociólogo explica que una respuesta humanitaria coordinada por Naciones Unidas se hace para salvar vidas y aliviar el sufrimiento de las personas como derecho humano, en condiciones donde ellas se encuentran en grave peligro de vivir situaciones que no garanticen este derecho.

– ¿Considera que el Plan de Respuesta Humanitaria de la ONU ha sido el correcto para la emergencia venezolana?

-El Plan Humanitario es una parte del proceso de esa respuesta para concretarla en acciones, poblaciones que deben ser atendidas, recursos y actores dentro de un periodo de tiempo.

Este es el primer plan después de haberse instalado la estructura para llevar a cabo las operaciones de la respuesta y de conocer las necesidades que deben atenderse.

Este plan no presenta información suficiente de cómo fue hecho, por qué no cubre a todas las personas que necesitan de la respuesta, en qué medida cuenta con los recursos y las posibilidades de llevarse a cabo. Por otra parte, la información que presenta es preocupante en cuanto al tiempo de ejecución en un periodo extremadamente corto, un monto que no representa los costos reales de las acciones a realizarse en términos de objetivos a cumplir y una limitada población meta sin explicar cómo se va atender a la población no cubierta.

– ¿Las organizaciones venezolanas tuvieron algún tipo de vinculación con la preparación de este Plan?

-Efectivamente un plan humanitario se hace entre socios. En estos socios participaron organizaciones de la sociedad civil nacionales e internacionales, tal como lo dice el mismo plan. Sin embargo, para el común de las organizaciones quedan los interrogantes y preocupaciones que hemos mencionado.

– ¿Las gestiones de la ONU para la atención de la emergencia venezolana han sido las correctas?

-El plan es efectivamente un procedimiento establecido en la respuesta humanitaria de  Naciones Unidas donde el centro son las personas de acuerdo con mandatos y normas internacionales.

Puede ser incorrecta cuando se incumplen los principios humanitarios con centralidad en la protección. Esto es, entre otras cosas, cuando las personas no tienen acceso a las acciones o a  información sobre lo que se está haciendo, no son incluidas por decisiones arbitrarias, son sometidas a restricciones del contexto y a violaciones de derechos que son silenciadas.

En las peticiones del comunicado se dice que un plan debería tener un horizonte que cubra a la totalidad de las personas y establezca los montos reales. Para darte una comparación el Plan Humanitario Mundial 2019 la propia Naciones Unidas estimó más de 700 millones para un poco más de 3 millones de personas migrantes y refugiadas, según cifras de cierre de  2018.

Un plan, una estrategia que no cumple con esos objetivos no solo es incorrecta, en el sentido que cumple sus principios, sus mandatos, evidente que deja una población en condiciones de mayor desprotección a la que ya tienen, puesto que a la población le toca esa respuesta por derechos.

– ¿Cuándo esa respuesta debe ocurrir?

-Cuando un Estado no puede o no quiere garantizar los derechos que están vulnerados. La comunidad internacional tiene el deber de proteger a estas personas, y una respuesta es el plan.

Este plan primero no te da información suficiente, no se sabe por qué fue elaborado de esta forma, es limitado y el plan mismo lo reconoce. ¿Cómo queda la población que no va a ser atendida? ¿Por qué un plan en tan poco tiempo y pocos recursos? Dice que para la atención de 2.6 millones de personas se necesitan alrededor de 223 millones de dólares cuando en el Plan Humanitario Mundial de Naciones Unidas se necesitaban 700 millones para poco más de tres millones de personas.

Hay una contradicción entre el monto y la población, nos preocupa que ese monto sea insuficiente incluso para atender esos 2.6 millones que dice el plan. Se posterga la atención de más de cuatro millones de personas, de las que no se habla. Y después se dice que el dinero no se tiene para un periodo de ejecución de cuatro meses y medio.

Lo que está mostrando el Plan es una debilidad tremenda porque no hay evidencias de que se pueda atender efectivamente a esa población.

– Dentro del Plan se dice que se centrará la atención en varios temas específicos…

-El Plan Humanitario atiende a todos los sectores de la respuesta humanitaria, son ocho sectores y hasta ahora en Venezuela están activados, con excepción quizás de uno que es la respuesta temprana que todavía no se ha activado, pero tampoco entra en este momento.

Ahora, ¿qué cosas van a hacer allá dentro? No se explica. Se supone que eso está explicado en los proyectos que están incluidos dentro del Plan.

– ¿Podría Maduro ser una piedra de tranca para que la ayuda no ingrese al país o no se realice la atención a la emergencia como debería ser?

-Este Plan lo conoce el Gobierno y lo conoce la Asamblea Nacional, como allí se explica. Si ese plan salió públicamente es porque estos dos sectores han estado de acuerdo. Ahora, este plan debe tener como centro a las personas, independientemente de lo que opine el Gobierno o la Asamblea Nacional. Esto es una respuesta a la crisis que se ha creado en Venezuela por fallas, deficiencias o acción del Gobierno u otros actores.

Evidentemente el plan debe ser conocido por los actores pero debe ser llevado adelante sin darle a esos actores la posibilidad de restringir la atención de esas personas, por eso decimos que además el plan debería ser visible y decir expresamente cuáles son las restricciones de estos actores para que el plan se lleve adelante, y si esas debilidades están operando, porque esto es inaceptable.

El Gobierno lo mínimo que puede hacer es no restringirlo, no limitarlo, no imponer barreras para su ejecución.

– Luego de este comunicado, ¿han podido conversar con Peter Grohmann o algún funcionario del PNUD?

-Siempre hemos mantenido comunicación con ellos. El problema no es que hayamos hablado o no, sino que el comunicado que emitimos es para decirle públicamente a Naciones Unidas que tenemos desacuerdos, debido a que el Plan es público.

Si el plan hubiera circulado entre nosotros, hubieran sido consideraciones internas. Al ser un plan público, un grupo de organizaciones consideraron que era necesario realizar un pronunciamiento público además para informar a la población de que es insuficiente y tiene debilidad.

Sobre las conversaciones, siempre mantenemos contacto. Tenemos puerta abierta para hablar y lo utilizaremos para que la ONU pueda corregir las debilidades del plan.

– ¿Este Plan es el adecuado para la crisis venezolana?

-Es que este Plan no ha dicho a la población venezolana de dónde salen esos siete millones de personas vulnerables, además nosotros creemos que este número está subestimado, debe haber al menos 10 millones de venezolanos en situación de vulnerabilidad.

Podemos tener una cifra subestimada pero además no está atendida toda la población. Se puede decir que la van a atender en 2020, pero quién nos garantiza que esto se hará. Por eso nosotros en la petición pedimos que se haga un plan por lo menos de un año incluyendo a toda la población que se vio en marzo, y que debe actualizarse.

Ese plan debe decirme cómo se hará paso por paso la atención de toda la población. También se desconoce de dónde saldrá el dinero, hay poca información.

Estar en situación humanitaria es estar en situación de peligro, no de que se van a morir, sino que las condiciones de vida se han degradado a tal punto que la persona está expuesta a ser víctima de explotación, de trata, de inseguridad. Tenemos una población severamente afectada que no puede ser postergada.

– ¿Consideran que este Plan fue hecho de forma apresurada para dar una respuesta a la crisis venezolana?

-Una respuesta humanitaria tiene que ser rápida, no me atrevo a decir que esta sea la palabra correcta. Lo rápido entendiendo que ya tenemos casi un año, estamos hablando de que la respuesta se activó según la ONU en octubre de 2018, es decir, teniendo un tiempo y entendiendo que la respuesta debe ser rápida, lo ideal es que se elaborara un plan ruta con un marco a más mediano plazo, incluyendo a toda la población y precisando por fases qué es lo que ibas a hacer, y no tirarte un plan corto, inviable, con altas probabilidades de no poderse ejecutar, generando unas expectativas que no se van a cumplir y dejando un vacío de información que pone a la gente en más zozobra.

– ¿Cuál es el balance que hacen de la emergencia humanitaria? ¿Estamos en vías de una catástrofe humanitaria como lo ha dicho la Asamblea Nacional?

-Estamos en una emergencia desde hace cinco años, que se ha ido agravando poco a poco y va a ser peor. Es de gran escala y afecta a un gran número de personas, colocándolas en peligro. La emergencia sigue su rumbo, se empeora pero no podría afirmar que va a venir una catástrofe.