Nancy Hernández, presidenta de la Federación Nacional de Sociedades de Padres y Representantes (Fenasopadres)

El ministro de Educación, Héctor Rodríguez, anunció que el 30 de septiembre sería la fecha de inicio del año escolar 2024-2025. En conjunto con el anuncio del regreso a las aulas, también se informó sobre la reactivación de las Bricomiles para la recuperación de la infraestructura escolar y del Programa Alimentario Escolar, PAE, que serviría para atraer alumnos y docentes hacia los centros educativos y permitiría la vuelta a un horario escolar completo, luego de la instauración del “horario mosaico” es los planteles públicos del territorio nacional.

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Sin embargo, estos anuncios no fueron acompañados con información oficial sobre el número de planteles, docentes o estudiantes que finalizaron el pasado año escolar. Las promesas del ministro incluyen ahora un convenio con el Ministerio de Vivienda para favorecer a los maestros que no cuenten con una vivienda propia, pero nada se habla sobre los bajos salarios del gremio docente, razón por la cual estos no creen posible que se pueda volver a dictar clase regularmente de lunes a viernes. La razón es simple: el ingreso de los maestros les impide sufragar el costo de trasladarse diariamente hasta los centros de enseñanza, a pesar de las ayudas anunciadas por el Ejecutivo Nacional.

Frente a esta ausencia de información oficial, las organizaciones de la sociedad civil venezolana se han dedicado a documentar la situación del derecho a la educación en el país. La Federación Nacional de Sociedades de Padres y Representantes (Fenasopadres) es una de las organizaciones que mantiene un monitoreo permanente de la situación de la educación pública. Por ello, para conocer la situación con la que se inicia el nuevo año escolar, entrevistamos a Nancy Hernández, presidenta de esta organización.

En esta situación de ausencia de información oficial sobre el sector educativo, ¿cómo hace FENASOPADRES para monitorear la situación?

Nosotros tenemos varios niveles de monitoreo en relación con el sector educativo, tanto los planteles administrados por privados como los administrados por el Estado, que son más del 85% de los planteles. Esto no lo hacemos solo directamente, nosotros también tenemos alianzas con organizaciones locales y con los gremios educativos, principalmente con la Federación Venezolana de Maestros y sus sindicatos.  Con estos aliados vamos coordinando y chequeando si la información que se recoge, tanto la nuestra como la de otras organizaciones, coincide y puede ser verificada. Tenemos varias fuentes para poder contrastar la solidez de la información, de tal manera que cuando publiquemos algo tengamos el soporte.

Por ejemplo, sabemos que en Caracas, Valencia, Cumaná y Barquisimeto algunos colegios comenzaron el 16 de septiembre. Esto también se intentó en San Cristóbal, pero tuvieron una amenaza de la Zona Educativa, que ahora se llaman centros por el desarrollo de la calidad educativa, de quitar el permiso a los colegios privados. Bueno, los gremios, los padres y las comunidades empezaron a denunciar por las redes sociales y esto llevó al anuncio del Ministro de Educación, en el que afirmó no había prohibición para que las instituciones educativas privadas arranquen, quienes puedan hacerlo antes de 30 están en libertad y oficialmente la fecha  es el 30. Con este anuncio las escuelas del Táchira pudieron iniciar actividades, pero con cierto temor porque había toda esta contradicción entre la Autoridad Educativa del estado y el Ministerio de Educación.

El Ministerio también anunció unas llamadas “ferias pedagógicas”, eso significa eso que los niños arrancan a ir a la escuela y al nivel de bachillerato el arrancaron el 16 de septiembre, pero sin uniforme, con actividades extracurriculares, información y nivelación por temor a ser sancionados por el Ministerio. Ya el próximo lunes (30 de septiembre) intentaremos verificar en cuáles estados y en cuáles ciudades arrancaron las clases. Tenemos, por supuesto, expectativas muy bajas sobre que se inicie plenamente el año escolar el 30 de septiembre por la imposibilidad de muchas familias para garantizar que su hijo inicie el año escolar completamente dotado.

Nos preocupa que no podemos saber cuántos estudiantes van a comenzar clases el 30 de septiembre. Ese es un anuncio de obligatorio cumplimiento por parte del Ministerio de Educación, pero hasta ahora no sabemos ni siquiera con cuántos estudiantes finalizó el pasado año escolar. Esperemos que la semana que viene nos diga cuál es la matrícula inicial que hay en el sistema educativo de Venezuela.

Una de las políticas a las que siempre hacen mención las autoridades son las Bricomiles y cómo están ayudando a mejorar la infraestructura escolar. ¿Qué reportes tienen ustedes sobre el trabajo que se ha hecho para reparar las escuelas?

En las escuelas se suspendieron las actividades académicas y administrativas el 30 de junio de 2024. Las que no eran centros cerraron y las que sí funcionaban como centro de votación fueron tomadas por el Plan República un mes antes de la fecha del evento electoral. Sin embargo, como no había actividades académicas, pudo haberse aprovechado ese periodo de julio agosto y la primera quincena de septiembre para hacer labores de mantenimiento mayor, sobre todo en el caso de los planteles oficiales, no se adelantó ningún plan en ese periodo y, recientemente, la semana el 13 de septiembre anunció el ministro que era la semana para darle mantenimiento a las escuelas.

Una semana sirve para una limpieza general, reparaciones menores, probablemente reparación del alumbrado eléctrico, chequeo de las condiciones por encima, a lo mejor alguna pintura.  No sabemos de ese cronograma o si todos los materiales estaban ya dentro de las escuelas. Las reparaciones más do fondo requieren contratar mano de obra especializada, porque la familia no está en condiciones de asumir una responsabilidad que es absoluta del Estado. El último anuncio que se hizo fue en el estado Zulia donde las autoridades educativas dijeron que estaban ya programadas la reparación de 67 escuelas, aproximadamente. Pero hasta la fecha, de acuerdo con nuestro monitoreo, ni en campo, ni de referencial ha habido noticias de que efectivamente ese anuncio se haya hecho realidad con la infraestructura, que no ha sido atendida.

En los datos de Hum Venezuela el año pasado había varios indicadores sobre la situación de infraestructura de las escuelas. ¿Hay información más actual dentro de Hum Venezuela sobre la situación educativa?

Se elaboró un informe preliminar antes de las elecciones, pero el diagnóstico se va a levantar en dos fases; la segunda arranca justo en el mes de octubre con el inicio de las actividades académicas. Pero la situación no ha variado en cuanto a la infraestructura y probablemente esté aún más deteriorada porque nadie cuidó de las instalaciones escolares durante las vacaciones.

Nos has comentado que el pasado año escolar terminó antes de tiempo, que no se hizo ningún operativo de mantenimiento durante las vacaciones, además este año escolar está empezando tarde y sin datos de matrícula. Es decir, la situación es compleja. Con respecto a la situación de las familias, ¿ustedes tienen alguna información si el tema económico está haciendo un factor que limita el acceso a la educación de los niños?

Efectivamente, lo que se veía en anteriores años, las dificultades para dotar al estudiante de calzado, uniformes y útiles escolares, este año se agudiza a pesar de las llamadas ferias escolares. Hay una situación que nos puede poner en alerta y es lo siguiente: de una u otra manera los padres que tenían sus hijos en instituciones de administración privada siempre garantizaban con algo de mora, con algún convenimiento de pago o algún convenio de financiamiento, la matrícula inicial para la inscripción de sus hijos y se lograba garantizar que los muchachos estuviesen inscritos y continuarán su año escolar en el Colegio que anteriormente había realizado sus estudios. Este año hemos visto, no tenemos estadísticas, pero sí un registro preocupante, porque pareciera que se está estableciendo y consolidando una tendencia de imposibilidad de continuar los estudios en las escuelas privadas que ellos estudiantes que lo hayan hecho en los años anteriores. Y digo imposibilidad por el alto nivel de morosidad, porque no hay garantía del pago de la matrícula.

El ajuste que se hizo en para este año escolar, aunque fuese poco en algunas instituciones, es fuerte para las familias y no lo pueden cubrir. Para eso tenemos que tomar en cuenta que no solamente es el pago de la matrícula escolar, sino que además en el caso de los planteles oficiales no se cumple con el principio de que la educación es gratuita y obligatoria para todos, como establece la Constitución, porque los padres tienen que comprar uniformes, útiles, calzado, etcétera. En muchos casos también tienen que contribuir con el plantel en la dotación de material escolares y de oficina e implementos para la higiene. Y cuando arranque el Plan de Alimentación Escolar (PAE), del que ellos que son beneficiarios, también tendrán que contribuir con condimentos, vegetales o cualquier otro complemento para la alimentación de los estudiantes. Entonces la precarización y la vulnerabilidad son cada vez mayores y, por lo tanto, más restringido el acceso al derecho a la educación. Esto es solamente considerando las condiciones de accesibilidad a la institución educativa, porque otro tema son los contenidos y la calidad del servicio educativo. La situación allí también es muy muy preocupante.

Después de todos estos años que ustedes tienen dedicado al monitoreo de la situación educativa, ¿cuáles creen ustedes que serían las medidas más urgentes para rescatar nuestro sistema educativo y garantizar el derecho a la educación?

Sí, nosotros siempre hemos dicho que la educación es el Segundo Acuerdo Nacional de una nación después de la Constitución porque los ciudadanos estamos transversalizados por este derecho, porque nos positivamente a quienes tuvimos la posibilidad de tener una educación completa de calidad, no en las condiciones en que está actual, y también impacta negativamente a quienes no tuvieron la oportunidad porque no tenían los medios ni la ni las posibilidades de acceder al sistema educativo, quienes fueron excluidos o que están dentro del sistema en los últimos 20 años por el deterioro de la calidad.

El tema educativo tiene que contar con el concurso que toda la sociedad venezolana. Esto es, por supuesto, una responsabilidad del Estado, pero la profunda transformación que requiere la educación y, particularmente, la educación básica, pasa por el concurso, no solamente del Estado en sus diferentes, ámbitos municipales regional y nacional, sino además por los dos propios docentes, por la Academia, por las universidades, las comunidades educativas, la sociedad civil, los medios de comunicación y las iglesias. Todos estos actores tienen competencia educativa, porque recordemos que la escuela no se limita a un salón de clases para dar conocimiento formal. No, la escuela es el terreno donde se siembra y se forma ciudadanía y con esa perspectiva es que nosotros tenemos que involucrarnos.

Desde cada uno de sus espacios y con sus recursos podremos contribuir realmente a garantizar el mandato constitucional. Nosotros como país fuimos pioneros, pero se ha deteriorado una gran ventaja, puesto que Venezuela era uno de los pocos países que alargó hasta el último año de educación media la obligatoriedad de la educación básica. Venezuela hasta finales del siglo pasado garantizó esa educación, aunque con muchas dificultades y deficiencias, pero además con un permanente compromiso de diversos actores. En el pasado el rol del docente y de la Academia era muy tomado en cuenta para el diseño de cualquier nueva política; de hecho, cuando se da la última reforma curricular seria entre los años 96 y 99, fue una reforma curricular validada y discutida desde el Ministerio de Educación hasta las aulas de clase del último plantel del país. Ese fue un currículo consensuado y por eso tuvo el éxito al implementarse.

Hoy en día la situación es diferente: hay un mandato constitucional que no es respetado por el Ministerio y lo que hay es una instrucción que, en muchos casos, como el último taller que están dictando a los docentes, tiene deficiencias conceptuales y metodológicas. Se cree que vale lo mismo en el aprendizaje de los contenidos para un niño de los primeros grados que para un alumno de bachillerato. Pero eso no funciona y hay que graduar exactamente cómo se mide el aprendizaje de acuerdo con las capacidades y el desarrollo tanto emocional como cognitivo de los estudiantes. Pero en este momento el Ministerio de Educación no está tomando en cuenta ninguna de esas fases y está convocando a formar a los docentes independientemente del grado en el que dictan clase y de la especialización que tenga, como que si el conocimiento fuera plano, uniforme e igual para todos.

Con respecto al mantenimiento de la red escolar, es importante recordar que cuando funcionaba la Fundación de Edificaciones Educativas (FEDE), había una programación anual que se respetaba con cronogramas para el mantenimiento preventivo, el mantenimiento menor y el mantenimiento mayor de los planteles educativos. En el preventivo el objetivo era la verificación de las condiciones de habitabilidad y de funcionamiento de la escuela y entonces detalles menores se podían asumir en la comunidad educativa. El mantenimiento menor se hacía en periodos cortos como fines de semana, vacaciones de carnavales o de Navidad y el mantenimiento mayor que requería profundas transformaciones en infraestructura en los planteles que lo requerían, se hacía durante las vacaciones de fin del año escolar porque había dos meses para garantizar la conclusión de esos trabajos. Eso hoy en día no existe.

El actual ministro de Educación, Héctor Rodríguez, en su primera gestión en noviembre de 2014 creó la Corporación Nacional de Alimentación Escolar y eso significó la centralización terrible de los procesos de producción, procesamiento, suministro y distribución de alimentación escolar que contribuyó al deterioro de este programa. Nunca se supo cuánto se destinó, como se ejecutó y a la fecha, 10 años después, no hay rendición de cuenta de los resultados de la gestión de esa corporación. También hay una deuda con la sociedad venezolana desde hace más de 13 años por el convenio que se firmó con la República Popular de China para la construcción de tres mil escuelas y tampoco no sabemos dónde están esos recursos.

Prensa Provea.