El artículo 50 de la Ley Orgánica para la Protección de los Niños, Niñas y Adolescentes (Lopnna) sobre la Salud Sexual y Reproductiva, señala que: “Todos los niños y adolescentes tienen derecho a ser informados y educados, de acuerdo a su desarrollo, en salud sexual y reproductiva para una conducta sexual y una maternidad y paternidad responsable, sana, voluntaria y sin riesgos”.
El Ministerio del Poder Popular para la Educación viene realizando esfuerzos en articulación con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) para dar respuestas a la sexualidad en espacios educativos, centros de salud y en contextos familiares y comunitarios. Para 2018 difundieron las Orientaciones Pedagógicas para la Educación Integral de la Sexualidad (ESI) en el subsistema de Educación Básica, como una guía hacia niñas, niños y adolescentes en la materia.
Allí se considera que la Educación Sexual Integral es relevante para “el desarrollo pleno de la personalidad, desde las potencialidades humanas. Una educación así concebida incluye entre sus propósitos: formación pertinente y actualizada, sobre aspectos de la sexualidad como forma de relación entre las personas, que permitan vivirla de manera responsable, corresponsable, libre, plena, segura, sana, afectiva y placentera”.
Pero, ¿se ha cumplido la incorporación de la ESI en las instituciones educativas? ¿Cómo es la situación actual en Venezuela? ¿Se garantizan realmente los derechos sexuales y reproductivos?
Conversamos con Mercedes Muñoz, licenciada en Educación USR; Magíster en Psicología del Desarrollo Humano de la UCV; con especialización en Investigación sobre el énfasis en género en la Universidad de los Andes de Bogotá, Colombia. Actualmente, profesora de Orientación Psicoeducativa en Sexualidad en la Universidad Central de Venezuela (UCV) y presidenta de la Junta Directiva de la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa (Avesa) desde 1994.
“La realidad es que todos nosotros y nosotras hemos recibido educación sexual alguna vez en nuestras vidas, muchas veces sin darnos cuenta, como por ejemplo, cuando una pareja está esperando un bebé, una de las primeras preguntas que realizan en el control, es saber el sexo. Esta educación que recibimos, toda esa socialización que tenemos en torno a la sexualidad ocurre en la vida cotidiana, en la escuela, en nuestro hogar”.
Pero la educación sexual no se está ejecutando de manera formal. Mercedes señala que la educación que existe es moralista “plantada sobre valores y concepciones de lo que es la sexualidad, la reproducción; de lo que es ser hombre y mujer. Perpetuando una estructura social que ha existido desde hace mucho tiempo y que llamamos patriarcal y machista, donde no hay igualdad de derechos”.
¿Qué comprende la Educación Sexual Integral (ESI)?
Cuando hablamos de la ESI, hablamos de una educación que es una alternativa a esa educación sexual moralista, conservadora; esta, en cambio, es una educación centrada y diferenciada en varios aspectos. Uno de ellos, parte del diálogo y de la reflexión crítica para ver las contradicciones que hay en esa educación sexual moralista.
En Venezuela, por ejemplo, cuando se ha considerado cuáles son los insumos que se necesitan o medicinas, dentro del apoyo por la Emergencia Humanitaria, han quedado en segundo lugar lo que se necesita para las mujeres que menstrúan, por lo que hoy hablamos de pobreza menstrual, porque no están siendo atendidas en ese sentido. Muchas no pueden pagar toallas sanitarias, por sus costos y deben buscar alternativas como telas y faltar a clases, al trabajo. Pero el tema de la sexualidad no es nada más si somos hombres o mujeres sino que tiene que ver con la salud y la salud reproductiva.
En el país tenemos uno de los más altos índices de mortalidad materna de la región y el más alto índice de embarazo adolescente en Sudamérica. Y estamos en el tercer lugar de embarazos adolescentes de todo el continente, detrás de Nicaragua y Honduras.
La educación sexual es un tema de salud pública y de derechos y la única manera que nosotros podemos abordar este tema es educando a niños, niñas y adolescentes para que conozcan de la sexualidad, cómo se pueden cuidar y que puedan tomar decisiones conscientes.
La ESI tiene que ver con la salud, con la identidad, con el bienestar, con nuestra condición de seres humanos. La sexualidad nos define como seres humanos y, por lo tanto, debe educarse sobre eso.
Pero ¿es el tema de la sexualidad un tabú en Venezuela?
Es un tabú en Venezuela y también en muchas partes del Mundo, con distintas manifestaciones. El que no haya una política de Estado establecida y los recursos para implementarla, y para llevarla adelante en un país con los indicadores que acabo de señalar en la anterior pregunta, habla de que el tema es un tabú en Venezuela.
¿Cómo se cambia esa realidad del embarazo adolescente? ¿Cómo se cambia la realidad de los índices de infección sexual? ¿Cómo revertir los índices gravísimos que tenemos de violencia machista? Una violencia que comienza desde el noviazgo. ¿Cómo hacemos que disminuyan los índices de abuso sexual?
La manera fundamental es educando y el enfoque con el que hay que hacerlo es uno en donde haya una visión de los derechos humanos de los hombres y de las mujeres.
¿Cómo ha sido la participación de Avesa en este tema?
Avesa es una institución pionera en este tema, por eso nos llamamos Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa, trabajando desde hace casi 40 años.
Hemos apoyado a casi 16 000 personas en atención psicológica, víctimas de violencia sexual y somos una organización con un conocimiento amplio y profundo de esa problemática. Desde esa perspectiva hemos participado en la discusión, propuesta, lobby, divulgación, educación, capacitación en el tema de violencia sexual y con temas de educación sexual, que la hemos llamado alternativa, porque es una alternativa a la educación sexual moralista.
Hemos participado en muchas actividades con otras ONG, en convocatorias e invitaciones que ha hecho este Gobierno y otros en el tema del derecho a la educación sexual; a una vida libre de violencia y los derechos de las mujeres. En Avesa tenemos también una postura de amplitud y de acompañamiento de las personas sexodiversas. Hacemos nuestras propias actividades educativas y activismo e injerencia política.
Participamos en la Constituyente, en el artículo 76 referido al derecho a la planificación familiar. También en la Lopnna junto a otras organizaciones, con un importante trabajo en el artículo 50 y en los artículos referidos al abuso sexual; y en otros instrumentos jurídicos y políticas públicas hemos estado participando.
¿Cómo es la situación de Venezuela en comparación con otros países donde tienen la ESI dentro de sus políticas públicas?
Dentro de los Gobiernos que hemos tenido en estos casi 40 años, ha habido personas con una aceptación de la educación sexual como un derecho y que esté centrada en el diálogo, pero también ha habido grupos conservadores, más de tendencia moralista, que se han opuesto a estas políticas.
Pero este tema siempre ha tenido debate. Durante este Gobierno han sido aprobados en algunos instrumentos jurídicos la Educación Sexual Integral, como parte de las políticas públicas, pero no ha habido presupuesto para ello y se han quedado solo en propuestas estructuradas que quedan allí.
Una ley sobre este tema no puede ser discrecional. En los países donde ha habido éxito en este tema de la educación sexual y reproductiva como derecho humano, han tenido una política sostenida y no hay nada que discutir, porque allí están los mejores indicadores, países como Dinamarca, Suecia, entre otros.
En Latinoamérica, tenemos casos como Argentina que tiene un programa de ESI, sus indicadores no son tan exitosos como estos otros países, pero son mejores que los de Venezuela, cuyos indicadores son vergonzosos.
¿Cómo incorporar la ESI en las instituciones educativas?
La ESI es un eje transversal que debe estar presente en la dinámica de los niños y niñas en las escuelas. Es un tema que está entre ellos, todos lo hemos vivido porque forma parte de nuestras vidas.
Es importante conversarlas, de manera creativa, como el uso de carteleras, por ejemplo. Cuando explicamos qué es un beso, es educación sexual. Se puede hablar con los de 5to y 6to grado, por sobre los femicidios, explicarles qué es, hablar sobre la violencia.
Motivar a las niñas a participar en carreras y actividades que tengan que ver con la ciencia, por ejemplo. Compartir cómo es posible que las madres puedan cuidar a sus hijos y al mismo tiempo desarrollar sus vocaciones profesionales. Explicar sobre las relaciones sexuales cuando ya ellos comienzan a preguntarse sobre este tema y explicarles los peligros que hay con la pornografía. Pero el tema está tan problematizado que no se buscan maneras creativas para abordar el tema con naturalidad.
Con los maestros que hemos trabajado este asunto comienzan a desarrollar ideas y actividades maravillosas para sus alumnos y aprende cómo abordar el tema. Hay que desproblematizar el tema y saber que hay que educarlo como todos los temas de la vida.
No todos coincidimos en lo que es la sexualidad y hay algunas personas que consideran que esos son los valores que hay que defender. Muchos de estos grupos son religiosos y promueven cierta visión de lo que es la mujer y el hombre, muy alejada de la realidad que estamos viviendo. Y también están en contra de los métodos de prevención para embarazos, enfermedades de transmisión sexual.
En Venezuela no hay una sola Universidad donde la materia de educación sexual sea obligatoria en el pénsum, ni siquiera en carreras como educación, psicología, medicina, enfermería, no se habla críticamente sobre los temas de sexualidad, tampoco hay especializaciones en educación sexual. A diferencia de Colombia, Argentina, Uruguay y Brasil, seguimos atrasados. Y la formación debe ser científica, no religiosa, pero este es un país laico desde la Colonia.
Todos necesitamos estar informados para ser más autónomos en nuestras decisiones y tener derecho a no estar en riesgo en nuestras vidas. Cuando las personas tienen las herramientas cognitivas, la información y los recursos para planificar su vida sexual y reproductiva de manera adecuada, lo hacen, pero si no nos dan información y educación estamos en desventaja.
En las instituciones educativas poco se habla sobre los derechos sexuales y reproductivos, y así lo señala la docente Ana Herrera, quien ve con preocupación la gran desinformación que existe entre los jóvenes del país.
Ana es maestra de preescolar, graduada del Instituto Universitario Jesús Obrero y actualmente trabaja en una escuela pública. Es militante también de Mujeres en Lucha por la defensa de los derechos de las mujeres en el país.
¿Cómo es la situación actual en los centros educativos y las opiniones sobre la implementación de una ESI?
Antes existían programas de educación sexual en las escuelas, pero actualmente es nula la información. Muy poco se habla del tema y si se hace es de manera superficial y no transversal. Cuando uno habla con los jóvenes, es increíble lo desinformados que están y lo poco que conocen es porque conversan entre ellos mismos.
La ESI está siendo actualmente satanizada de forma muy irresponsable y desde el doloroso atraso de nuestra sociedad. Las mujeres, especialmente las de sectores populares, requerimos desde niñas esta información, conocer sobre nuestros cuerpos y nuestra autonomía.
Los niños y niñas deberían saber desde temprana edad que hay partes de sus cuerpos que no deben ser tocadas y que si alguien lo hace deben informar a adultos de confianza. Pero si lamentablemente no se tiene acceso a la ESI comienzan todas las fallas y los puntos de vulnerabilidad se incrementan a medida que avanzamos.
El objetivo de la ESI es enseñarles a ellos como comprender, cuidar, decidir y disfrutar y prevenir situaciones en nuestros cuerpos. Y su contenido debe ser progresivo, no es el mismo contenido que debería darse a niños y niñas que a adolescentes.
En los planteles educativos la opinión está actualmente polarizada, algunos lo ven como una aberración. Los mismos compañeros no lo entienden completamente, pero al mismo tiempo algunos reconocen casos donde se pudo haber evitado o se pudo haber emitido señales de alarma si estos niños hubiesen reconocido casos de abusos, por lo que a veces se contradicen.
Hay mucho trabajo que hacer desde las escuelas con todo el personal que allí trabaja.
Señala la importancia de tener acceso a una ESI desde temprana edad…
Es correcto,
Si desde temprana edad no comenzamos a formarnos y no tenemos esa interacción en centros educativos, que son los segundos lugares de interacción de niños, niñas y adolescentes, comienza a ser un tema tabú.
Si desde la escuela y casa no se tiene acceso a conversaciones donde se informe, desde lo pedagógico y lo lúdico, puede haber mayor vulnerabilidad a situaciones como de abusos sexuales, porque no se aprende que hay partes de sus cuerpos que no se tocan y no se aprende sobre planificación familiar, acerca de enfermedades de transmisión sexual o sobre la prevención del embarazo precoz.
Desde hace unos meses para acá comenzaron a circular en grupos de chat mensajes donde satanizan la ESI, basados en mentiras y en la ignorancia, que va en contra de los derechos humanos, y, por el contrario, propagan mensajes de odio.
Es tan alarmante el atraso en nuestra sociedad en materia de género y sobre educación sexual, por lo que la tarea es defender desde el respeto, pero también desde la firmeza para que la ESI sea garantizada y comprender que es una forma de defender nuestros derechos.
En los sectores populares el acceso a la ESI es importante para promover la igualdad de género y para lo sexodiverso. Aprender sobre el respeto de las diversas orientaciones sexuales y romper con patrones patriarcales, como que una mujer que no es madre es una persona incompleta. Y el acceso real a anticonceptivos para maternidades y paternidades deseadas.
La ESI nos puede ayudar a comprender todos estos temas y proteger a los niños, niñas y adolescentes.
Danielly Rodríguez y Prensa Provea