El expresidente del concejo municipal de Santiago Mariño, Aragua, relató que fue objeto de instigación por parte de Elías Jaua y Ricardo Molina. Advierte que cuando decides ignorar a las mayorías ya no puedes considerarte revolucionario
Sergio Sánchez creyó en las ofertas de un cambio político que hizo Hugo Chávez y se sumó al proceso bolivariano, pasando a desempeñar cargos en el Fondo Único Social (FUS) y los ministerios de Comunas e Industria. Pero se deslindó del chavismo en 2017 luego de ser expulsado del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) cuando era presidente del concejo municipal del municipio Santiago Mariño del estado Aragua. Desde entonces ha denunciado insistentemente haber sido objeto de intimidación, amenazas y hostigamiento por parte la alta dirigencia chavista.
Actualmente es secretario general del Movimiento Amplio Desafío de Todos (MADDT) y no titubea al señalar a Nicolás Maduro de dictador. Asegura que con los disidentes del chavismo el Gobierno es mucho más cruel que con sus símiles de la oposición porque los primeros saben desmontar el discurso y conocen las mentiras de los líderes por venir «desde adentro». En la coyuntura actual aboga por una salida negociada entre gobierno y oposición que evite una confrontación bélica «interimperial».
“Ahorita no hay estado de derecho de ningún tipo. Los tribunales están subordinados a la voluntad de un pequeño grupo de personas que regentan el Estado y lo consideran su propiedad. No aceptan salir del Gobierno porque piensan (que) el Estado es de ellos, es su patrimonio y no lo van a compartir y punto. Por eso toda negociación se tranca cuando viene el tema de la alternabilidad”, aseguró Sánchez.
Relató que cuando un dirigente decide romper con el Gobierno lo primero que sigue es la amenaza y la prisión.
“Al venir de adentro uno conoce detalles, las costuras, mentiras, errores, desviaciones, sobre todo los que venimos de lo profundo del chavismo. Yo pertenecí a la Radio Alí Primera, al colectivo cultural Alameda, fui fundador del PSUV, concejal, trabajé en el alto gobierno, la alcaldía de Caracas, no soy un simple burócrata que llegó. Y desde adentro hice críticas muy duras y soy del ala que escribe, que teoriza, critica, y para ellos es bastante peligroso porque conocemos, sabemos dónde está la mentira que sustentan el poder que tienen”, añadió.
Sánchez detalló que sufrió persecuciones de todo tipo, “desde denuncias en Fiscalía donde inventaban cosas, hasta golpizas. Quisieron detenerme en una oportunidad con el Ministerio del Trabajo pero terminaron deteniendo a la jefa de recursos humanos del concejo municipal, pero era para detenerme a mí”, aseguró.
Indicó que las demandas que le hicieron fueron descabelladas. “Que si había vendido una casa, cuando en mi vida he vendido una, pero el objetivo no era meterme preso sino desprestigiarme”, afirmó, y añadió que cuando se presentó ante el Ministerio Público, las personas que le denunciaron ni siquiera se aparecieron.
“Se consignaron 36 denuncias en Contraloría y cuando la contralora fue a ver las pruebas, afortunadamente una persona seria, vio que no había ninguna”, señaló.
Sánchez resalta que siempre fue del ala crítica de la llamada “revolución” y que siempre hacía denuncias, llegando a ser el primero que acusó al ex tesorero de la nación, Alejandro Andrade de malos manejos en el FUS.
“En Aragua tuve que denunciar al alcalde por actos de corrupción; me negué a firmar (documentos) y empecé a recibir llamadas, presiones. Me llamó Elías Jaua y el que fue ministro de Vivienda, Ricardo Molina, ‘que tienes que cumplir una orden’. Al final me expulsaron. Fueron dos años de persecuciones”, comentó.
Insistió en que desde la alcaldía de Turmero y de la dirigencia del PSUV fue objeto de instigación. “Yo era presidente del concejo municipal me sacaron de la sede unos malandros enpistolados (sic); tomaron el concejo y ellos sin los votos pusieron al presidente, nosotros denunciamos, vino una juez y legalizó todo”.
“Se producen amenazas, te llaman, (te dicen) ‘estás en una lista, te van a joder’, mandan a amigos, (éstos) no lo hacen con la intención de amenazarte, pero les dicen tenemos ‘un dato, está en una lista’, y te mandan al Sebin”, abundó.
– ¿Cuándo fue el deslinde del chavismo?
– Ocurre luego del 6 de diciembre de 2015, con la derrota electoral de la Asamblea Nacional. Había dos alternativas: una, corregir los errores, reconquistar el corazón de la gente, frenar la corrupción; y dos, seguir por el mismo camino pero desconocer la democracia, comenzar a frenar cualquier proceso de consulta popular. Cuando Maduro en enero dice que los militares deben volver a los cuarteles, etc. dije ‘parece que se va a tomar el camino correcto’, pero luego se desechó, y lo que hizo fue convertir un gobierno centralizado en el presidente en un gobierno de coalición, ‘tú te quedas con tal ministerio, tú con tal y tú con tal y me dejan gobernar’, a partir de ahí suspendió elecciones y eso generó una crítica muy grande de nuestra parte hacia ellos. Llegó el momento del referendo revocatorio, postergaron la elección de gobernadores. Me decían ‘tú no le puedes consultar al pueblo si tienes una pistola en la cabeza porque hay una guerra económica’, yo les decía ‘entonces ustedes son los que deciden cuándo el pueblo tiene mayoría de edad para ser consultado’”.
En opinión de Sánchez ese argumento denota una oposición muy reaccionaria: “desde la izquierda siempre se dice que el pueblo siempre tiene la razón y que son los líderes los que se equivocan interpretándolo, ahora dicen que no es así y que ellos deciden por el pueblo, es la lógica del rey, que era el soberano, de la derecha”.
Indicó que luego se produjeron las sentencias 155 y 156 (de la Sala Constitucional del TSJ que se arrogaba funciones de la Asamblea Nacional) y finalmente la asamblea constituyente. “Dijimos de aquí no podemos pasar. (Porque) que tú decidas meter un país en un proceso constituyente sin consultarle sin preguntarle al propietario de ese poder si está de acuerdo o no, eso es 1789 (año de la Revolución Francesa).
Aseguró que cuando la oposición ganó la AN, ellos (líderes del chavismo) entran en pánico; tardan en reaccionar unos días y después dicen ‘tenemos que anular la Asamblea porque por aquí puede venir la salida del poder’ y el pensar que van a salir del poder que los protege de tanto abuso les aterra. «Eso genera una violencia extrema contra la población. Eso explica por qué en los edificios de Los Verdes (en la urbanización El Paraíso) entran y generan terror en la población, y también la amenaza, que Maduro diga ‘yo te iba a construir una casa pero si no votas por mí no te la construyo’, es capaz de chantajear a ese nivel al pueblo».
Enfatizó que el primer acto violatorio de la Constitución fue la designación de los magistrados llamados exprés (en diciembre de 2015): “Con estos magistrados desconocen la Asamblea Nacional; la propia Fiscal se enfrenta a ellos, la Asamblea frena cualquier contrato y necesitaban endeudarse y lanzan la Constituyente, pensando que les iba a resolver el problema y eso era simplemente enterrarse más y trancar más el juego”.
“Construyeron una narrativa de más en torno a una guerra económica que no era tal; el problema es que mantuviste un dólar subsidiado y eso quebró la industria petrolera. El 98 de los ingresos venían de la industria petrolera, la industria se vino abajo y la economía colapsó. Aplican medidas populistas para nada revolucionarias, (porque) el que cree en la revolución cree en algo fundamental, que la hacen los pueblos conscientes, tienes que apelar a la conciencia del pueblo y a que el pueblo democráticamente tome decisiones. En el momento que decides ignorar a las mayorías ya no puedes considerarte del campo revolucionario, cuando decides que no es a través de la conciencia sino del terror que dominas al pueblo no te puedes considerar de la izquierda, estás en el campo de la derecha del fascismo, de la reacción pero no de la revolución”, explicó.
Remachó que los revolucionarios apuestan por la liberación del ser humano y esta pasa por la liberación de la conciencia, del trabajo. “El trabajo es lo que libera, no la dádiva”, apuntó.
– Luego de lo que ha pasado todos estos años ¿Creen que el mal venía de la propia gestión de Chávez o es Maduro el que se desvía?
– Hay cosas que venían mal desde Chávez. Cuando planteas como estadista un proyecto de transformación de la sociedad lo planteas en cuatro dimensiones, la política, la dimensión económica, la cultural ideológico-social y la espritual. En lo político planteó el «superemos la democracia representativa con la participativa y protagónica y además de eso unámonos los latinoamericanos para crear un bloque». Eso está bien. En lo económico planteó el socialismo del siglo XXI, que realmente era un capitalismo de Estado rentista porque las relaciones sociales de producción son capitalistas; el propietario es el Estado, y era quien decidía desde arriba quién debía gerenciar. Eso fue un fracaso y es parte de la herencia del estalinismo que la izquierda trae y que nunca fuimos capaces de dilucidar, de romper con eso.
– Como lo hizo China
– Vietnam también lo hizo, pero en Latinoamérica no fuimos capaces de romper con esa herencia, el manual de economía política de la URSS, y construir nuestras propias categorías que, como dijo Marx, no son más eternas que los momentos históricos. Lenin decía hay una etapa previa al socialismo, la transición, que en el caso de Rusia es electricidad, ferrocarriles y vialidad para poder resolver y llamó a transnacionales para poder desarrollar. Aquí había que hacer lo mismo y teníamos una palanca que no tenía Rusia, la empresa petrolera.
En el ministerio de Industrias planteamos un plan de industrialización ‘200 fábricas socialistas’ y era un plan de industrias intermedias concentrado en la adquisición de conocimiento en las áreas donde no teníamos para escalar y ese plan fue abortado porque tumbaba muchos negocios en importaciones y me lo habían dicho ‘hay ministros tratando de tumbar el plan porque le tumban los negocios’, el negocio es vender el acero caro para Alemania y después comprarlo con un poquito de mercurio.
Destacó que las únicas fábricas que se impulsaron fueron Venirauto, la de celulares y la de las computadoras VIT.
– Pasemos al escenario actual, hoy tenemos dos parlamentos, dos presidentes y dos tribunales supremos de justicia ¿estamos entre uno y otro extremo o es posible una vía intermedia?
– Necesitamos despolarizar a Venezuela. Un país no puede sobrevivir, desarrollarse ni ser próspero en una polarización, donde un sector de la sociedad cree que la salida a la crisis es eliminar al otro sector. Necesitamos en primer lugar reconocernos y respetarnos. Podemos no coincidir, pero debemos respetarnos. La política de polarización nos hizo mucho daño, separó familias, fracturó al país, nos invisibilizó y generó rencores. Desde ambas partes nos hicimos mucho daño.
Necesitamos perdonar, pero eso no implica impunidad; es comprender que se debe pasar la página para poder construir ese país y tenemos que sentarnos con gente desagradable, gente que no nos cae bien. También hay que recordar que hay gente que cometió crímenes de lesa humanidad y deben responder a la justicia. Debe haber una justicia transicional. Entre la justicia y la verdad hay que poner a ganar a la verdad y es el primer paso para que cese la impunidad y pueda haber la apertura de una página nueva en la sociedad”, prosiguió.
Desde su punto de vista, es muy importante estudiar el proceso de Sudáfrica y el proceso colombiano. “En Suráfrica se crearon tribunales de la verdad y el perdón, el victimario contaba lo que había hecho y eso hacía que la víctima sintiera paz en su alma y el victimario se enfrentaba a la sociedad, a su familia, y eso generaba un recordatorio a la sociedad de que eso no debía volver a ocurrir”.
Fractura
Sergio Sánchez observa que Venezuela se convirtió en un campo de batalla interimperialista. “No podemos decirle a Rusia, China y EEUU ‘fuera de aquí que esto lo arreglamos nosotros’. Ni el Gobierno ni la oposición lo van a hacer. La oposición tuvo que elevar la apuesta, dar un paso con una presión internacional tan grande liderada por EEUU y el Grupo de Lima porque no había manera de que el gobierno nacional entendiera que debía asumir la salida del poder”.
Acotó que rechazan de plano cualquier intervención extranjera o salida violenta, no obstante; indicó que, como políticos viendo los escenarios, esto era previsible: “Si aquí está China, Rusia, Turquía, están robando, saqueando, violando derechos humanos, era obvio los adversarios de otros imperios enfrentados a estos iban a aprovechar esta coyuntura para desplazar”.
“El gobierno de Maduro, en el momento en que rompió con la Constitución permitió meter a Venezuela en un conflicto interimperialista. Chávez retaba a EEUU, pero jamás permitió que a Venezuela la llevaran a una guerra. Cada seis meses había una elección, con el pueblo permanentemente se iban reivindicando los pasos que se daban, podemos estar o no de acuerdo con esos pasos pero no podemos negar que había un respaldo popular. Cuando Maduro rompe con la democracia y la Constitución, pierde el respaldo popular, (él) pensaba que es por la vía del hecho, de facto de la propiedad del Estado que iba a continuar y no entendió que para dar pasos tienes que tener la fuerza para darlos y la fuerza la daba el respaldo y la conciencia popular y en segundo lugar el respeto a la Constitución”.
No obstante; estima que, dado el nivel de fractura que observa en el chavismo y en la Fuerza Armada no se producirá una confrontación armada. “Lo que tiene que pasar, a menos que estemos hablando con ISIS o fanáticos religiosos, es que esta gente al final lo que va a negociar es una salida. El asunto es si la negocian antes de incendiar el país o antes, y a ellos no les interesa el país”.
-¿Podría conformarse una junta de gobierno?
– Ese sería el camino ideal, que alcancemos una salida que derive en un gobierno de unidad nacional. Un gobierno solo de los partidos de la MUD no es de unidad nacional como no lo es uno de los del Polo Patriótico. Lo sería donde estén los diferentes factores políticos y sociales democráticos. En ese gobierno de unidad nacional que debe reconciliar y reinstitucionalizar al país no caben los polos extremistas que nos quieren llevar al exterminio del contrario. A eso les tocará reeducarse también, les tocará estar abajo y ver un gobierno que le dé derecho a todos.
– Sería como cambiar un autoritarismo de un color por uno de otro
– Es el efecto péndulo. Si haces esto, invisibilizas este sector, se generan grandes acumulaciones de contradicción que viene otro caudillo que va a venir a vengarse y (entonces) ¿cuándo vamos a construir un país? Vamos a construir un espacio donde estemos todos representados, reconociéndonos y respetándonos. Para que eso ocurra las Fuerzas Armadas tienen que restituir el orden constitucional; deben dar las garantías de que ese gobierno pueda sobrevivir. Si las FAN no reaccionan y Maduro decide por la vía de la fuerza aplastar a la sociedad venezolana con masacre, cárcel, el escenario está tendido para una intervención internacional, que es el peor de los escenarios. Creemos que eso no va a pasar, creemos que al final tanto el chavismo civil como la FAN van a decir ‘hasta aquí te acompaño, no podemos llevar al país a la locura a la que la estamos llevando’
– ¿Y sobre el referendo consultivo que otro sector del chavismo disidente propone?
– No podemos consultarle al pueblo en una elección si quiere ir a una elección. ¿Para qué haces eso? ¿Para ganar cuatro o cinco meses a Maduro? Aquí el problema es que la mayoría del pueblo venezolano no reconoce el proceso del 20 de mayo. Debemos ir a un proceso presidencial con garantías, en el marco de la ley. Eso implica que este CNE no puede regir ese proceso, o habilitamos a la AN para que nombre al CNE y lo acepten ambas partes o tendrá que venir la ONU y que ellos dirijan un proceso electoral.
Autor: José Luis Carrillo especial para Provea y Tal Cual