El coronavirus se nos volvió pandemia y tiene tomado el planeta. Se dice que no ha habido desde la Segunda Guerra Mundial nada que haya generado tal sensación de vulnerabilidad en el mundo. En este caso en lo más básico, la salud, pero con consecuencias graves en todas las esferas de la vida humana, entre las que, desde luego, está la economía.

Se trata de un espécimen microscópico del que los científicos confiesan no saber todo lo que de él hay que saber, cuya vacuna no pareciera estar a la vuelta de la esquina y que ha puesto en jaque al mundo, modificando en forma radical la manera como transcurre la vida en todos los países. Nuestra idea de la convivencia social está siendo puesta a prueba como nunca antes. El mundo está en cuarentena, la gente en sus casas agobiada por interrogantes y preocupaciones acerca de lo que ocurre y de lo que vendrá en el futuro cercano.

Como en otras partes, en Venezuela el Gobierno decretó el estado de alarma en el ámbito nacional y ha ido tomando medidas que, con sus variantes, se fundamentan en los protocolos aconsejados por la Organización Mundial de la Salud y organismos similares a escala internacional, pero en medio de debilidades severas en su sistema de salud pública y una situación de emergencia sanitaria diagnosticada hace varios años, como ha documentado la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

En el contexto anterior, el OEV estima imprescindible un acuerdo político para encarar esta emergencia. Un acuerdo que haga a un lado las diferencias inherentes a la polarización y ponga en el centro la grave situación por la que están hoy en día pasando todos los venezolanos, así como las secuelas que inevitablemente dejará por un buen tiempo esta pandemia en todos nosotros, no importa el lado ideológico o político en donde nos ubiquemos.

No es este, así pues, el momento de querer sacar provecho político de la tragedia que estamos padeciendo. Es el momento de unir a todos los sectores, políticos y sociales, en torno a la búsqueda de financiamiento, apertura de un canal humanitario, la revisión de sanciones y todo lo que sea necesario enfrentar en esta crisis.

Esta pandemia nos pone por delante un desafío que llamamos a enfrentar con calma y que requiere la solidaridad entre todos los venezolanos, que cada quien desde su posición y desde sus posibilidades, la asuma como una tarea propia. Y, valga la reiteración, exige como condición necesaria alcanzar todos los acuerdos que hagan falta entre los distintos actores políticos.


Observatorio Electoral Venezolano

Caracas, 24 de marzo de 2020