En el primer debate del Consejo de Seguridad sobre la justicia transicional en las situaciones de conflicto o post conflicto, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos afirmó que construir la paz y reconstruir las sociedades requiere que se haga justicia y se recupere la confianza en las instituciones.

“Sabemos que la paz no surge automáticamente cuando las armas se silencian y las atrocidades cesan. Para poder reconstruir las vidas sin temor a que se repitan y para que la sociedad avance, se debe reconocer el sufrimiento, restaurar la confianza en las instituciones del Estado y hacer justicia”, dijo este jueves la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos.

Michelle Bachelet participó en un debate del Consejo de Seguridad sobre la justicia transicional* en los escenarios de conflicto y post conflicto, donde afirmó que aunque se ignore y se niegue, el clamor por obtener justicia no desaparece.

Citó como ejemplo a Sudán, argumentando que el reciente derrocamiento popular del Gobierno fue impulsado en gran parte por la sed generalizada de justicia gestada durante décadas de impunidad y violación sistemática de los derechos humanos.

Agregó que la protestas masivas observadas últimamente en todo el mundo han puesto una vez más de manifiesto el poder de las demandas de igualdad, justicia social, justicia climática y derechos fundamentales.

Ejemplos latinoamericanos

Bachelet que su experiencia en Chile la convenció de que los procesos de justicia transicional gestionados por el país afectado y enfocados en las necesidades y opciones informadas de las víctimas pueden empoderar y transformar las sociedades y contribuir a una paz justa y duradera.

Destacó, asimismo, la utilidad de las iniciativas de búsqueda de la verdad en los proceso de justicia transicional durante los últimos 30 años.

En este renglón resaltó el caso de Guatemala y su informe “Memoria del silencio”, divulgado en 1999, convertido en un registro con autoridad moral de las múltiples violaciones de derechos humanos cometidas en los años de conflicto que dio voz a las víctimas y fue clave para reconocer sus derechos, además de que, en algunos casos condujo a reparaciones enfocadas en el daño causado.

“Esos procesos han facultado a las víctimas, en particular a las mujeres, a las comunidades indígenas y a las minorías que habían sido marginadas. Esto es vital para sanar las heridas y cohesionar a las sociedades”, sostuvo Bachelet.

Con respecto a Colombia, indicó que actualmente su Oficina apoya al Sistema de Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición para cumplir con la Ley de Víctimas que, entre otras medidas, incluye el empoderamiento de las víctimas, la restitución de tierras y el desmantelamiento de las estructuras económicas y políticas que respaldaban a los grupos armados y se beneficiaban de ellos.

Rendición de cuentas

Bachelet subrayó, por otra parte, que la justicia transicional no debe ser vista como una alternativa de la rendición de cuentas ante el sistema penal de quienes hayan cometido crímenes de lesa humanidad. “Pero ese procesamiento penal debe ser acompañado de una amplia serie de medidas complementarias que apoyen la verdad, la justicia, la reparación y la garantía de no recurrencia. Eso ayuda a romper los ciclos de violencia”, enfatizó.

La Alta Comisionada concluyó su intervención advirtiendo que la falta de justicia transicional no resuelve los conflictos sino que, al contrario, alimenta la repetición de atrocidades.

Esperanza para las víctimas

En la sesión del Consejo de Seguridad estuvo presente el padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión para la Clarificación de la Verdad, la Coexistencia y la no Repetición de Colombia, quien consideró que la justicia transicional es el instrumento de construcción de paz “más completo, dinámico y esperanzador que tienen las víctimas del mundo y los pueblos que han sufrido la violación masiva de los derechos humanos en conflictos armados internos”.

El clérigo apuntó que, no obstante, ser la mejor respuesta internacional que se puede dar hoy a las grandes tragedias bélicas contra el ser humano, tiene un presupuesto muy pequeño comparado con el que se asigna a las acciones militares y se mueve en las transacciones comerciales. “Sin embargo, es la más sagrada y la más importante de las apuestas de las Naciones Unidas porque incorpora a las víctimas del mundo a la naturaleza como víctima y a las generaciones futuras, que tienen derecho a vivir en dignidad.”

Las Naciones Unidas han definido la justicia transicional como «toda la variedad de procesos y mecanismos asociados con los intentos de una sociedad por resolver los problemas derivados de un pasado de abusos a gran escala, a fin de que los responsables rindan cuentas de sus actos, servir a la justicia y lograr la reconciliación».


Prensa ONU