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El 5 de junio del año en curso, Ernesto Villegas,  Ministro del Poder Popular para la información y Comunicación, y director del canal del Estado Venezolana de televisión dio unas declaraciones en el programa de Globovisión Vladimir a la 1, conducido por Vladimir Villegas, donde dejó en evidencia la política comunicacional del gobierno venezolano orientada a evadir sus responsabilidades en materia de violaciones a los Derechos Humanos.

Ya desde Provea hemos advertido que es la represión de las fuerzas de seguridad del Estado la que ha generado los contextos de violencia en los que han fallecido 67 ciudadanos, hasta ahora.

Enfocándonos en las palabras de Ernesto Villegas, si bien es cierto que la violencia debe ser repudiada sin lugar a dudas, como bien lo señaló, es grave que un Ministro quiera poner en el mismo escalón de responsabilidad la violencia como política de Estado, y la violencia que se ha producido como respuesta ante el cierre de los canales democráticos a través de los cuales la población venezolana pueda expresar su desconecto con un conjunto de condiciones económicas, sociales y políticas que han ido vertiginosamente menoscabando sus condiciones de vida, y con ello, inexorablemente, los derechos humanos.

Repudiar la violencia de donde venga y no hacer una pausa reflexiva y enfática sobre la actuación de los cuerpos de seguridad del Estado estos últimos dos meses de manifestaciones que han tenido un carácter generalmente pacífico,  es callar ante graves violaciones de Derechos Humanos; obviar, por ejemplo que desde hace más de un año es el estado de excepción lo que ha justificado un conjunto de toma de decisiones irregulares por parte del presidente Nicolás Maduro, como por ejemplo la activación del Plan Zamora el 18 de abril, es ser cómplice del poder, de la dictadura, como la hemos llamado desde el 20 de octubre de 2016.

E. Villegas en su intervención desaprueba que la oposición atribuya las muertes al presidente Nicolás Maduro, sin embargo, yendo contra su propia lógica, se las carga a las “convocatorias irresponsables de factores de la oposición” y “al guión de Almagro”. Sobre esto: por un lado, decir que una convocatoria es violenta sin tener pruebas de un discurso violento, es elucubrar y en ese sentido criminalizar y señalar hechos que no han ocurrido aún, además, si se dieran convocatorias violentas, no se puede quebrantar un derecho antes de ejercerse solamente por el discurso de algunas individualidades.  Por otro lado, adjudicar las muertes al “guión de Luis Almagro”, Secretario General de la OEA, es una acusación tan etérea y sin anclajes legales que se pierde en sí misma.

Otro de los elementos que llama la atención y que suman a la urgencia del gobierno por evadir sus responsabilidades en materia de DDHH, es la constante comparación para justificar que este gobierno no es tan malo. La comparación con otros países: por ejemplo, sobre los sistemáticos ataques a la prensa que Vladimir Villegas puso sobre la mesa, incluso en un sentido literal cuando le mostró a Ernesto Villegas los equipos que la Guardia Nacional había destrozado impidiéndole a sus compañeros periodistas ejercer su derecho a informar y a la sociedad a ser informada. Ante esto, Ernesto tuvo dos respuestas: 1- “Gracias a Dios no somos México que lleva siete u ocho periodistas asesinados en lo que va de año”; 2- “Gracias a Dios no  estamos lamentando una vida sino una cámara”, esto luego de haberse referido al funeral de Orlando Figuera, quien fue linchado: quemado, golpeado y herido con arma blanca por otros ciudadanos en Altamira en contexto de manifestaciones. No somos México, somos Venezuela y en ese sentido se le está exigiendo a un alto funcionario del gobierno venezolano que responda sobre las responsabilidades del Estado. Los Derechos Humanos únicamente son violados por los Estados, por acción u omisión. 

Otra de las estrategias utilizadas por el Ministro fue la de intentar dividir a los ciudadanos fallecidos en lo que va de protestas en categorías polarizadas: chavistas y opositores. Esto con la intención de dar soporte al discurso de “crímenes de odio”, en el marco de artimañas orientadas a evadir las responsabilidades del gobierno. 

Desde Provea seguiremos repudiando la violencia, apoyando y participando en las manifestaciones pacíficas, exigiendo al gobierno el respeto a los Derechos Humanos, documentando y recordando que los crímenes de lesa humanidad no prescriben. 


Prensa Provea