Crisbel Varela, especial para Provea
Los módulos y los Centros de Diagnóstico Integral (CDI) que el Estado prometió serían de calidad para garantizar el derecho a la salud de los venezolanos, hoy brindan un servicio intermitente y no pueden ser opción ante una emergencia.
El 23 de Enero, Caricuao, Petare, El Valle y La Vega, son algunas de las zonas donde la atención no es completa o es prácticamente inexistente.
Como “un servicio intermitente” califican los vecinos de distintas comunidades en Caracas la atención que ofrecen los módulos de Barrio Adentro y los CDI.
Los afectados coinciden en que o están cerrados o no hay ni algodón, medicinas, guantes, alcohol u otros elementos necesarios en todo centro de salud. Incluso algunos están cerrados por falta de médicos, otros ante la escasez de insumos y algunos ahora son viviendas.
- “La salud es un derecho social fundamental, obligación del Estado, que lo garantizará como parte del derecho a la vida. El Estado promoverá y desarrollará políticas orientadas a elevar la calidad de vida, el bienestar colectivo y el acceso a los servicios. Todas las personas tienen derecho a la protección de la salud, así como el deber de participar activamente en su promoción y defensa, y el de cumplir con las medidas sanitarias y de saneamiento que establezca la ley, de conformidad con los tratados y convenios internacionales suscritos y ratificados por la República”, reza el artículo 83 de la Constitución venezolana, sin embargo en el país el deterioro y la falta de insumos tanto de los centros de salud creados por el Estado bajo el gobierno del fallecido Hugo Rafael Chávez Frías, como en la mayoría de hospitales públicos, no le permiten al ciudadano tener un servicio de salud de calidad ni para la atención primaria.
Caricuao con módulos sin funcionar y CDI sin médicos
Lo que era un día cotidiano para la señora Cándida Elena de 62 años, pasó a convertirse en el reflejo de la emergencia en materia de salud que vive el país.
La señora Elena relató que camino a esperar una camioneta por puesto en la UD3, parroquia Caricuao de Caracas, sufrió una caída que le dejó una herida en la cabeza y una fisura en las costillas.
La emergencia la llevó a la Clínica Popular de la zona, porque dice que en los CDI y módulos, o no hay insumos o están cerrados, pero en lo que antes era el Seguro Social tampoco tenían como atenderla.
“Llegué llorando y una doctora me dijo que necesitaba puntos, pero que ellos no tenían insumos para hacerlo ni tampoco como limpiarme la herida. Ella recogió sus cosas y se fue porque además no era su turno. Fue otro doctor que me buscó un pedacito de gaza y me limpió”, comentó agregando que para poder tomarse los puntos le pagó a un paramédico.
Tras una semana del incidente, Cándida acudió nuevamente a la Clínica Popular por Traumatología, donde la atendieron, pero el doctor dijo que no tenían para hacer rayos x.
“La Clínica Popular no tenía ni un poquito de alcohol. No hay insumos ni rayos x tanto en la Clínica Popular como en los CDI o módulos de la zona”, ratificó la mujer con indignación, quién manifestó, no desea, que ningún niño o alguien mayor que ella sufra algún accidente ante las pocas posibilidades en materia de salud en Caricuao.
La señora Cándida acudió al Hospital Magallanes de Catia gracias a una conocida para que le hicieran los rayos x y aunque fue atendida, describió como en los baños del área de emergencia las paredes están llenas de heces.
“No son los módulos o CDI, es todo el sistema de salud en crisis”, lamentó la adulta mayor.
En Caricuao UD1, UD4, UD5 y UD7 tienen los Centros de Diagnóstico Integral sin medicinas ni médicos, según declaró una vecina que prefirió mantenerse bajo anonimato.
Caminando por la parroquia Caricuao en el Oeste de Caracas también se pueden observar algunos módulos, que están para recordar que la misión, en la teoría parecía una idea que contribuiría al bienestar de las comunidades, pero en la práctica los vecinos indicaron que disfrutan muy poco de estos centros de salud.
Rosa tiene 40 años, también es habitante de Caricuao y en su rutina está el pasar todos los días por la estación del Metro de Caracas, donde está ubicado un módulo que según contó, “solo es una ilusión”.
“El módulo que está cerca de la estación del metro es una ilusión. He pasado en la mañana, en la tarde, en la noche y nunca veo que esté abierto”, confirmó.
En Petare, La Vega, El Valle y el 23 de Enero, la historia se repite.
Las construcciones de ladrillos color naranja y techos rojos o azul de zinc están a la deriva, un día funcionan y al otro no.
Los CDI “la mayoría de las veces no tienen los insumos para atender”. Ambos son una opción incierta porque las comunidades no tienen información precisa sobre por qué no funcionan.
No existe quién garantice el derecho a la salud de los ciudadanos de forma permanente ni en hospitales ni en los centros de salud vinculados a Barrio Adentro.
23 de Enero: miedo a manifestar descontento ante la intimidación de colectivos
El 23 de Enero, conocido por sus populares bloques, es una parroquia que no solo se ve afectada porque los módulos y CDI no funcionen en su totalidad, sino porque no pueden denunciar la situación sin tener temor a represalias por la cantidad de colectivos (grupos civiles armados) que hay en la zona.
María narró que conoce dos módulos en la zona popular: Uno entre el bloque 21 y 30 que por lo general “está más cerrado que abierto”, y el de Chato Candela, donde afirma sí son atendidos los pacientes y vacunan contra el Covid-19, pero no todos los vecinos confían de la calidad de los médicos.
Petare vive entre la vulnerabilidad sanitaria
José Félix Ribas, La Línea, Barrio Unión, Turumo y Caucaguita en Petare, que forma parte de la Gran Caracas, viven entre la vulnerabilidad en materia de salud.
Según testimonios de habitantes de la zona, en las distintas comunidades los módulos están inactivos.
Comentaron que los CDI si funcionan y la mayoría están dotados para que el paciente sea atendido, sin embargo, declararon que cuando se trata de medicinas la persona debe encargarse de comprarlas “porque no siempre hay disponibles”.
Un vecino aseguró que en Caucaguita hay un módulo que no funciona desde hace muchos años (aunque no precisó cuántos), pero lo usan para jornadas de vacunación esporádicamente.
En La Vega “atienden dependiendo del sector”
Las denuncias en La Vega pueden ser distintas dependiendo del sector. En Los Cangilones tienen un CDI activo, pero “los modulitos no funcionan. Mientras que en el Gran Mariscal de Ayacucho tienen al menos tres años y medio sin ofrecer atención en el consultorio popular”.
Una vecina de la zona Gran Mariscal de Ayacucho relató que tras tener una emergencia y no poder contar con el módulo de su zona, una conocida la llevó hasta el sector “La J”, donde hacen consultas generales, pero no atienden casos respiratorios porque a pocos metros está otro que presta atención solo para esa condición.
En “La J” también cuentan con un CDI, pero actualmente está en reparación.
Habitantes de la zona que fueron consultados sobre el módulo en Gran Mariscal de Ayacucho mencionaron que el cierre fue debido al mal estado en el que estaba.
En El Valle piden al Estado especificar qué módulos están activos
Rafael, un vecino de El Valle detalló que tiene conocimiento de un CDI en el sector Zamora, donde explicó, todo funciona con “normalidad”, mientras que hay otro en la avenida principal que dejó de operar “hace un tiempo y solo está abierto porque allí viven algunas personas”.
Comentó que en la zona conoce un módulo que no funciona desde hace tiempo y el punto de referencia es que tiene al lado un botadero de basura.
La señora Camila de 43 años, que vive en la misma parroquia de Rafael, dijo que frente a Tránsito hay un módulo de Barrio Adentro, en el que asisten por medicina general y dan medicamentos.
También mencionó que, en Las Malvinas, al lado de la cauchera, antes había odontología pero ahora atienden todos los días por medicina general.
“En la Misión Vivienda de La Cementera, también atienden medicina general y todo el que llega con alguna dolencia. Es una doctora que vive en El 70 que trabaja allí. Parece que empezarán unos muchachos a hacer unas prácticas esta semana”, reveló la mujer.
María Fernanda, habitante de la zona San Antonio, mencionó que si se toma un jeep en la parte baja de El Valle se llega a su sector y allí hacen radiografías, placas de tórax, odontología y laboratorio.
“Sería importante que el ministro informe la cantidad de hospitales, módulos de Barrio Adentro y otros, que estén operativos y los que no, y las razones del por qué, así como la cantidad de ambulancias con las que cuenta el país y una identificación por estados”, recomendó un vecino ante la falta de datos precisos por parte del Estado.
- “Para garantizar el derecho a la salud, el Estado creará, ejercerá la rectoría y gestionará un sistema público nacional de salud, de carácter intersectorial, descentralizado y participativo, integrado al sistema de seguridad social, regido por los principios de gratuidad, universalidad, integralidad, equidad, integración social y solidaridad. El sistema público nacional de salud dará prioridad a la promoción de la salud y a la prevención de las enfermedades, garantizando tratamiento oportuno y rehabilitación de calidad. Los bienes y servicios públicos de salud son propiedad del Estado y no podrán ser privatizados. La comunidad organizada tiene el derecho y el deber de participar en la toma de decisiones sobre la planificación, ejecución y control de la política específica en las instituciones públicas de salud”, dice el artículo 84 de la CRBV.
Rumbo a sus 19 años
El 16 de abril del año 2003, Hugo Rafael Chávez Frías de la mano del gobierno cubano, creó la Misión Barrio Adentro con el objetivo de llevar consultorios populares a las comunidades. Hoy va rumbo a sus 19 años entre las rehabilitaciones que promete el Estado y la crisis del sector salud.
Según datos expuestos por Transparencia Venezuela en el año 2014 Barrio Adentro recibió 12 mil 399,3 millones de bolívares, mientras que para el 2015 apenas le asignaron 6 mil 254,1 millones de bolívares, una disminución de 50% en número de recursos.
Para 2019 Nicolás Maduro aprobó 100 millones de dólares para la construcción de 1.000 módulos de Barrio Adentro en todo el territorio nacional, según mencionó en cadena nacional.
En marzo de 2021 la Alcaldía del municipio Libertador y el Ministerio para la Salud prometieron recuperar unos 736 octagonales de la Misión Barrio Adentro en Caracas, para atender los casos de Covid-19. El presidente de la Corporación de Servicios de la municipalidad, Barwil González, explicó que en ese entonces esperaban recuperar 115 módulos (en tres meses) en una primera etapa, que incluiría “reparaciones menores, mantenimiento y embellecimiento».
Aunque algunas comunidades aún pueden acudir a los centros de salud creados por el Estado, hay zonas donde se preguntan qué sucede con los recursos asignados mientras hay módulos y CDI sin insumos.
Para septiembre de 2021 Nicolás Maduro pidió a las autoridades competentes recuperar los ambulatorios de salud en las comunidades, los Centros de Diagnóstico Integral (CDI) y los módulos de la Misión Barrio Adentro.
«Todos los ambulatorios tienen que estar abiertos, con un médico de familia, con una enfermera», ordenó el año pasado.
Ya en 2022 se siguen acumulando las exigencias ante la falta de insumos, personal y el deterioro. Los vecinos de distintas comunidades reclaman que no hay atención de calidad y de esta forma el derecho a la salud se ve vulnerado en medio de la crisis humanitaria.