Opacidad total. Ante la ausencia de información oficial, resulta complejo saber con certeza, lo que ha ocurrido en Venezuela en materia forestal. En 2019, al igual que ha venido ocurriendo desde hace al menos un quinquenio, no se publicó data oficial sobre deforestación.
No obstante, agrupaciones defensoras de los derechos de los pueblos indígenas y a un ambiente sano, estiman que la perdida de la Amazonia venezolana -donde se ubica la mayor parte de los bosques del país-, se ha incrementado durante los últimos 18 años.
Organizaciones no gubernamentales como Wataniba y Provita -pertenecientes a la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAIG)-, y la iniciativa S.O.S Orinoco, están trabajando en el procesamiento de imágenes satelitales para producir mapas digitales, que reflejen la situación de la cobertura vegetal en territorio venezolano. Entre los productos aportados hay mapas interactivos y vídeos con imágenes de alta resolución en el que se examinan actividades como actividad minera e incendios.
De acuerdo a un informe elaborado por la organización Provita, entre el 2010 y 2015 fueron deforestadas 2.822.000 hectáreas en Venezuela. Esto quiere decir que en 5 años se eliminó la cobertura boscosa de una superficie casi del tamaño del Parque Nacional Canaima.
Por su parte la plataforma Global Forest Watch (GFW) informó que para el período enero-agosto de 2019 -que abarca la estación seca venezolana y un poco más-, el número de alertas de incendios acumuladas fue de 4.414. De acuerdo a estos datos y en opinión de la ONG Wataniba, 2019 fue el quinto año con más incendios en la ventana temporal de 2001-2019. El más alto fue el 2010 con 4.479 alertas.
La incidencia de los fuegos entre los estados de la Amazonia venezolana varía. El estado Bolívar acumuló en promedio 72% de todas las alertas en el período 2001-2019, salvo en el año 2016 que sumó 40% del total. Le sigue el estado Amazonas, que en promedio acumula 18% y Delta Amacuro con un promedio de 10%. El año con más incendios para el estado Amazonas fue 2018, para Bolívar el 2003 y para Delta Amacuro 2010. El estado Bolívar además destaca por el número de alertas de incendios a nivel nacional, al ocupar el tercer lugar de incidencia (27 agosto 2018 – 28 agosto 2019). Para el período 2001-2018, el estado Amazonas mantuvo una tendencia sostenida al aumento de focos de calor, posiblemente relacionados con un comportamiento similar en lo que respecta a la deforestación.
Aparte de los incendios y deforestaciones, el otro factor que se disparó en el año 2019 fue el saque de madera para obtener leña. Dicha situación viene en aumento desde hace pocos años debido a la escasez de gas doméstico, afectando en primera instancia las zonas verdes y remanentes de vegetación natural dentro de las poligonales urbanas en el país.
Una vez agotados los árboles y arbustos de las franjas verdes urbanas, viene la fase del entresaque de estos en los bosques de las afueras de los centros poblados, impactando en las cuencas hidrográficas, muchas de ellas vitales para la población ya que aportan agua para los embalses o acueductos. Además en busca de leña se intervienen zonas protegidas u otras Áreas Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAE), inclusive Parques Nacionales. El subsiguiente problema que se genera al seguir faltando las bombonas de gas para el uso doméstico es que se convierte en un negocio la venta de leña, lo cual implica una intervención en los bosques de manera continua y a menudo intensiva.
La emergencia humanitaria compleja está afectando el patrimonio natural de Venezuela de forma generalizada. En 2019 se aceleró el encadenamiento de graves situaciones que ponen a los ecosistemas del país en alto riesgo. La caza y extracción de especies vulnerables, destrucción de hábitats, deforestación, contaminación, degradación y fragmentación de bosques, intervención en drenajes naturales, fueron propiciados por factores comunes: la ausencia de fiscalización y la inexistencia de una institución que gestione y supervise la materia ambiental.