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  • La nueva ley apenas modifica el asunto de la explotación laboral
  • Los jefes pueden seguir reteniendo a los trabajadores y trabajadoras de la Copa del Mundo y a otros trabajadores de Qatar
  • La FIFA debe presionar para conseguir un cambio real

Los cambios en la legislación laboral de Qatar son superficiales y seguirán dejando a los trabajadores y trabajadoras migrantes, entre otros los que construyen los estadios y las infraestructuras de la Copa del Mundo, a merced de jefes explotadores y en riesgo de convertirse en víctimas de trabajos forzosos, dijo Amnistía Internacional en un nuevo documento publicado hoy.

New name, old system? Qatar’s new employment law and abuse of migrant workers, detalla las deficiencias de la exigua reforma laboral que, según el gobierno, transformará aspectos clave del sistema de patrocinio del país. El documento advierte de que el riesgo de trabajo forzoso y otros abusos sigue siendo alto para los trabajadores y trabajadoras migrantes, incluidos los que construyen los estadios de la Copa del Mundo, las infraestructuras de transporte y otras instalaciones esenciales como los hoteles.

“Puede que esta nueva legislación elimine la palabra ‘patrocinio’, pero deja el mismo sistema básico intacto. Es bueno que Qatar haya aceptado que sus leyes estaban alimentando el abuso, pero estos cambios inadecuados seguirán dejando a los trabajadores a merced de jefes explotadores”, dice James Lynch, director adjunto del Programa sobre Asuntos Temáticos Globales de Amnistía Internacional.

“Los problemas principales que conducen al abuso persisten. En la práctica, los empleadores aún pueden impedir que los trabajadores migrantes abandonen el país. Al facilitar que los empleadores confisquen los pasaportes de los trabajadores, la nueva ley podría incluso empeorar la situación de algunos de ellos. Lo trágico es que muchos trabajadores piensan que esta nueva ley supone el fin de su calvario.

La FIFA, sus patrocinadores y los gobiernos extranjeros que buscan lazos comerciales con Qatar no pueden y no deben utilizar esta reforma para afirmar que el problema del abuso laboral de los migrantes se ha resuelto. Si la reforma se detiene aquí, los trabajadores y trabajadoras de todo el país —que construyen y trabajan en los estadios, los hoteles y la red de transportes que usarán todos los jugadores e hinchas en Qatar— correrán un riesgo grave de sufrir abusos contra los derechos humanos.”

La nueva ley apenas modifica el sistema abusivo

En marzo de 2017, la Organización Internacional del Trabajo de las Naciones Unidas decidirá si Qatar está haciendo lo suficiente para prevenir el trabajo forzoso. El documento de Amnistía Internacional advierte de que la nueva legislación que entra en vigor hoy (Ley núm. 21 sobre la Entrada, Salida y Residencia de Ciudadanos Extranjeros no introducirá cambios significativos en la relación de explotación entre empleadores y trabajadores.

La nueva ley sustituye a la famosa Ley de Patrocinio de Qatar, de 2009, generalmente identificada como la principal causante de la situación de abuso que sufren los trabajadores y trabajadoras migrantes. Sin embargo, tres disposiciones importantes de la nueva ley implican que los trabajadores corren aún riesgo de explotación, incluido el trabajo forzoso:

  • Los trabajadores siguen necesitando permiso de su empleador para cambiar de trabajo, sin el cual se enfrentan a cargos penales por “fuga” si lo hacen durante un período contractual, que puede durar hasta cinco años.
  • Los trabajadores siguen necesitando un permiso de salida para abandonar el país, que los empleadores pueden bloquear. Un comité del gobierno examinará el recurso de los trabajadores contra el bloqueo para abandonar el país.
  • El hecho de que los empleadores se queden con los pasaportes de los trabajadores, algo que era ilegal hasta ahora, pasa a ser legal en virtud de un nuevo resquicio legal que los empleadores abusivos pueden explotar fácilmente.

Además, la nueva ley no hace nada para cambiar la situación de los miles de trabajadores domésticos migrantes que están excluidos de las principales protecciones de la legislación laboral qatarí.

Amnistía Internacional pide a Qatar que lleve a cabo una reforma sistemática de su legislación laboral que suprima de modo inequívoco los permisos de salida, prohíba completamente la confiscación del pasaporte y libere a los trabajadores y trabajadoras del requisito de obtener el permiso de sus empleadores para cambiar de trabajo.

Las responsabilidades de la FIFA y del mundo del fútbol

Se prevé que las obras relacionadas con la Copa del Mundo alcancen su apogeo en los próximos dos años, con la construcción de al menos ocho estadios, hoteles, redes de transporte y otras infraestructuras.

El 30 de marzo de 2016, un informe de Amnistía Internacional halló que más de 230 trabajadores entrevistados que trabajaban en el estadio Khalifa International y los complejos deportivos en los alrededores de la zona Aspire habían sido víctimas de abuso laboral, inclusive de trabajo forzoso en algunos casos.

En la visión estratégica de referencia de la FIFA iniciada por Gianni Infantino en octubre de 2016, el órgano de gobierno del fútbol dice que “debe utilizar su influencia para combatir las amenazas que afectan a los derechos humanos del mismo modo que para lograr sus intereses comerciales”.

“En el ecuador de los preparativos para la Copa del Mundo de 2022, las autoridades qataríes no han hecho lo suficiente para resolver los problemas de derechos humanos que han sido claramente documentados. La FIFA simplemente no puede seguir permaneciendo tan vergonzosamente ambivalente ante la difícil situación de los trabajadores de Qatar”, dijo James Lynch.

“Los abusos seguirán manchando la reputación de la FIFA y su Copa del Mundo, a menos que presione para lograr cambios estructurales en la relación entre empleadores y trabajadores migrantes.

Los grandes clubs que entrenan y juegan en Qatar, ayudando a que el país se convierta en un centro neurálgico para la élite del fútbol mundial, tampoco deben mirar para otro lado. Un gigante del fútbol como el Barcelona, que juega hoy en Doha, debería expresar claramente a sus anfitriones su deseo de jugar en un entorno respetuoso con los derechos humanos. Los jugadores y los clubs no pueden vivir en una burbuja.


Amnistía Internacional