El mismo día (5 de enero) de la instalación de la Asamblea Nacional (AN) por el período 2018, fecha en la que también reinició actividades la fraudulenta Asamblea Nacional Constituyente (ANC), la primera dama de la República y constituyentista, Cilia Flores, recordó que el Parlamento continúa en desacato por la juramentación de los diputados de Amazonas en 2015 y, por lo tanto, todos sus actos siguen siendo nulos.
Bajo tal excusa, Flores propuso que el Jefe de Estado presentara su Memoria y Cuenta ante la ANC porque “no hay lugar más adecuado”. En efecto, la ilegítima instancia aprobó el planteamiento por unanimidad y Nicolás Maduro acudió en un acto violatorio del artículo 237 de la Constitución. La norma establece que el primer mandatario nacional debe presentarse dentro de los diez primeros días siguientes a la instalación de la AN para ofrecer la rendición de cuentas del período anterior (2017).
Ignorando a un poder legítimo por ser electo por el pueblo, como es el de la AN, y pese a que físicamente se encontraba en la sede del Palacio Federal Legislativo, arbitrariamente ocupado por la ANC, Maduro dio un discursototalmente ajeno a la realidad del país, pues calificó 2017 como un “año de logros sociales”. Difícil de creer ante la fuerte escasez de alimentos y medicinas, más la pérdida del poder adquisitivo del venezolano por los embates de la hiperinflación (2.626% según proyecciones de la AN), que los precarios y excluyentes programas sociales no pudieron siquiera aliviar.
Cifras dudosas
El jefe de Estado aseguró en su mensaje anual que el desempleo bajó a 6%, pero en 2016 el porcentaje ofrecido fue de 7,5%. Mientras, firmas como Ecoanalítica ubican la tasa de desocupación en 10,5% sólo hasta mayo de 2017. Debe advertirse que estas estadísticas toman en cuenta el empleo informal. Por su parte, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) no ha publicado cifras actualizadas.
La pobreza fue ubicada por Maduro en 18,1% y la extrema en 4%. La Encuesta Sobre Condiciones de Vida en Venezuela (Encovi) arrojó 81,8% de hogares en pobreza en 2016 y advirtió que en 2017 la cifra iría en aumento tras cuatro años de crisis sostenida, por lo que el porcentaje ofrecido por el mandatario es dudoso.
“En 2017 Venezuela entró en un contexto de emergencia humanitaria compleja en el que más del 80% de la población se encuentra imposibilitada de satisfacer sus necesidades en salud y alimentación”, resaltó la ONG Provea.
Todas las anteriores son razones más que suficientes para desconfiar de estas palabras del Ejecutivo: “Ha sido un año de inversión social, de avances sociales, políticos que nos han permitido preparar condiciones para la llegada de un nuevo tiempo, de futuro”.
Las protestas y saqueos en varias zonas del país por falta de alimentos (la firma Econométrica reportó 52,6% de escasez para noviembre de 2016) y fallas en la distribución de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) durante el mes de diciembre y lo que va de enero también ponen en entredicho los supuestos logros de los cuales se ufanó el Presidente.
La Ley de Precios Acordados, mencionada por Maduro durante su discurso como un arma contra los “comerciantes especuladores” y aprobada inconstitucionalmente por la ilegitima ANC (es competencia de la AN) en noviembre de 2017, contribuirá a agravar la escasez, porque obliga a los comerciantes a bajar los precios a pérdida (de momento colocar los mismos de diciembre), pues ante la falta de divisas preferenciales se ven obligados a recurrir al mercado negro para reponer sus inventarios, principalmente mercancía importada porque la producción nacional es casi inexistente.
Por otro lado, se habló de nuevas pensiones (202.430) a través del código VeQR del Carnet de la Patria en 2017, superando los 3.200.000 adultos mayores. ¿Qué pasó con quienes no comulgan con el Gobierno y no poseen dicho documento? ¿Quedaron por fuera?
¿Y a ti venezolano, cómo te afecta?
El Poder Ejecutivo inició 2018 bajo el mismo manto de ilegalidad que ha venido arrastrando desde hace años. No hay reconocimiento de la AN, no hay libertad económica, ni siquiera de la crisis humanitaria aunque la conflictividad social le haya estallado en la cara y vaya en aumento. Todo parece indicar que no lo habrá, por lo tanto es difícil prever soluciones a los padecimientos de los venezolanos en todos los ámbitos en el corto y mediano plazo.