Grupo de venezolanos y brasileños son atendidos en un centro de identificación y control sanitario en Pacaraima. Toda persona que cruza la frontera proveniente de Venezuela debe pasar por dicho control donde se le orienta en cuanto a documentación y aplican vacunas.

Del dicho al hecho hay un trecho dice el refrán popular. Eso ocurre con varios gobiernos en la región que constantemente expresan su rechazo a la dictadura de Maduro y su cúpula y se solidarizan con el pueblo venezolano, pero cada día imponen más restricciones para el ingreso de venezolanos y venezolanas a sus respectivos países. Es el caso, por ejemplo, de los gobiernos de Chile, Perú y Ecuador que exigen visas a los venezolanos. Actitud contraria y positiva es la que, hasta el momento, mantiene el gobierno de Brasil. No solo permanece  abierta su frontera con Venezuela, sino que viene implementando una serie de medidas para atender a la población venezolana que ingresa a su territorio por la población de Pacaraima, Boa Vista y Manaos.

El campamento para refugiados en Boa Vista Rondón 3 presta abrigo a más de 1000 personas. En viviendas provisionales de esta naturaleza aportadas por Acnur viven familias venezolanas

Provea junto a otras siete organizaciones de derechos humanos del Continente tuvo la oportunidad de conocer en las ciudades de Pacaraima y Boa Vista, en Brasil, la situación de las personas que han ingresado, las medidas y políticas implementadas por dicho gobierno con la cooperación y coordinación de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

La denominada «Operación Acolhida» mediante la cual se da abrigo y atención a miles de personas venezolanas incluyendo muchos grupos familiares, se sustenta  en la logística y operatividad del ejército de ese país y es el centro de la política implementada.

Carpas donde duermen entre tres y seis personas en el centro de atención intermedia en la ciudad de Boa Vista.
En carpas como esta Unicef presta atención a niños y niñas desarrollando actividades educativas y recreativas.

Tras varios días de visita a refugios, conversar con representantes del gobierno de Brasil, escuchar las informaciones y opiniones de funcionarios de Acnur y de la OIM y dialogar con venezolanos y venezolanas en situación de refugio en dicho país, podemos concluir que hasta el momento los esfuerzos y medidas adoptadas para atender a las miles de personas que ingresan a territorio brasileño garantizan un trato digno y en buena media sirven de ejemplo par toda la región.

Según información suministrada por oficiales del ejército un total de 6.559 personas se encuentran en los denominados abrigos, que son campamentos donde se encuentran personas en situación de refugio o solicitud de residencia temporal. Existen nueve abrigos en Boa Vista. Además dos abrigos para población indígena uno ubicado en Pacaraima y otro en Boa Vista. Un área denominada de interiorización en Boa Vista y dos alojamientos de atención intermedia conocidos como alojamientos de paso.

En los once abrigos incluyendo los dos para pueblos indígenas que en su casi totalidad son waraos, se les garantiza tres comidas diarias, espacios para que puedan dormir y realizar el aseo personal, atención de salud y asesoría para los trámites necesarios ya sea para solicitar refugio o para optar por la condición de residente temporal. El campamento Rondón 3 que es el más grande acoge a 1000 personas.

Una visión interna de una de las viviendas asignadas a familias en el campamento para refugiados Rondón 3 en Boa Vista.

En cada refugio se ha garantizado un espacio para las personas LGBT quienes actúan de manera integrada con el resto de personas que pernoctan en esos lugares.

Se pudo constatar la presencia de muchos niños algunos de ellos de menos de un año de edad. Una dificultad que no han podido resolver las autoridades y agencias de Naciones Unidas es la educación de los niños, niñas y adolescentes. Menos del 10% asiste a las escuelas de la población donde está ubicado el refugio. En esos lugares se tienen espacios para la recreación y se brindan algunas actividades educativas que no son constantes.

Conversando con familias refugiadas nos indicaban que uno de los problemas que tienen es que a pesar que la alimentación es buena y abundante para los adultos, no se ha adaptado a los niños y niñas especialmente a los menores de un año.

Todas las personas venezolanas con las que tuvimos oportunidad de conversar nos expresaron su aspiración inmediata de lograr estabilizarse en Brasil y su ilusión que la situación en Venezuela mejore para regresar. Esa aspiración de regresar es muy intensa en los waraos quienes indicaron que en cuanto vean señales de cambio político y económico en el país, regresarían.

Es importante destacar que la mayoría de las personas que llegan a Brasil por Pacaraima son de muy escasos recursos. Pudimos conocer que cada día es más frecuente  lleguen grupos familiares entre 10 y 15 personas. Huyendo del hambre, de los malos servicios públicos y con la ilusión de iniciar una vida en Brasil en mejores condiciones, miles de personas arriban con solo un poco de ropa y sin dinero o muy escaso dinero. Adultos mayores y niños recién nacidos entre los integrantes de los grupos familiares

Cada vez es mayor el número de familias que llegan. En su mayoría de muy bajos recursos. En la foto una familia recién llegada a Pacaraima.
Grupo de venezolanos que esperan terminar sus trámites en Boa Vista para regularizar su situación ya sea como refugiados o cono residentes temporales.
Los centros de atención intermedia

Además de los campamentos de refugio o abrigo existen las áreas conocidas como alojamiento de paso. El gobierno brasileño no ha tenido la capacidad de incorporar todas las personas venezolanas en refugios. En tal sentido han garantizado una atención mínima. Existen dos espacios en el cual las personas pueden dormir en carpas suministradas por las autoridades desde las seis de la tarde hasta las seis de la mañana. Se les garantizan dos suministros de alimentación diario, hay lugares para que puedan realizar el aseo personal, lavar la ropa y en el caso de niños y niñas áreas para el esparcimiento. De la misma manera funciona un depósito para dejar morrales y maletas que pueden ser dejadas en el lugar hasta por siete días.

Venezolanos en uno de los centros de atención intermedia. En cada carpa pueden dormir hasta dos personas. Frente a ese lugar tienen donde realizar el aseo personal y hay un comedor que les garantiza dos raciones de alimentos diarios.
En este lugar las personas beneficiarias de una atención intermedia en los llamados campamentos de paso, pueden lavar la ropa.
Los waraos de la miseria en Venezuela a la miseria en Brasil.

La situación del pueblo Warao no es igual en Brasil. Su calidad de vida está determinada por si están en un refugio o permanecen en la calle. Las medidas adoptadas por el gobierno de Brasil no alcanza a ubicar a toda la población warao en los centros de abrigo. Quienes están en dichos refugios tienen la posibilidad de recibir tres raciones de comida, dormir bajo techo y una atención básica de salud.

En Pacaraima funciona un campamento para refugiados del pueblo Warao. Frente a este campamento unos 100 waraos permanecen en la calle ya que el campamento sobrepasó la capacidad. Otros, aproximadamente 300, deambulan por distintas partes de la ciudad. 

Quienes pernoctan en la calle que son aproximadamente 500 principalmente en Pacaraima pasan enormes calamidades. No solo deben dormir a la interperie sino que su alimentación depende del dinero que logren recoger de pedir en las calles o de la venta  de sus artesanías o de metales que recogen y después venden. Su situación no es muy diferente a la que tenían en Venezuela. Lo único diferente, es que en Brasil de ampliarse la atención, pudieran ingresar en os próximos meses a algún refugio.

La venta de artesanía que elaboran es una de las fuentes de ingreso de los waraos en Brasil

Los waraos a diferencia de la población no indígena, prefieren permanecer en la frontera y particularmente en Pacaraima. Su permanencia en la frontera les permite despazarse con más facilidad de manera eventual a territorio venezolano y es la opción más plausible para mantenerse como comunidad. Uno de los riesgos es que se disgregue, por ello realizan esfuerzos de mantener sus costumbres, permanecer en colectivo y buscar soluciones en colectivo.

El Centro autogestionario Kaubanoko en Boa Vista

Aproximadamente 600 personas entre indígenas warao y otros venezolanos y venezolanas no indígenas ocuparon de manera pacífica un espacio que era una construcción abandonada de lo que pretende ser en algún momento un club para funcionarios policiales de Boa Vista. El centro fue bautizado como Kaubanoko que en legua warao significa «nuestro dormitorio».

Fachada del Centro autogestionario de waraos y población no indígena en Boa Vista denominado Kaubanoco que en warao quiere decir «nuestro dormitorio»

En el lugar hay 130 niños y niñas de los cuales solo 15 asisten a la escuela. Las condiciones son precarias y se agudizan en época de lluvia. Por ser un centro autogestionario, el apoyo del gobierno y de Acnur y la OIM es limitado. La población que vive en este lugar autogestionario presentó a las autoridades y a las agencias de Naciones Unidas un proyecto para que en un terreno que les sea asignado además de vivir puedan contar con un centro de salud y una escuela.

Niños y niñas en el centro autogestionario Kaubanoko se distraen alrededor de un pequeño y viejo televisor. Una de las pocas formas de pasar el tiempo. La casi totalidad no asiste a la escuela.

La comunidad ha realizado un gran esfuerzo para mantenerse organizada y convivir de la mejor manera a pesar de las precarias condiciones. Existen 11 grupos de trabajo que permiten atender desde la seguridad del lugar hasta la higiene. Hombres y mujeres participan en igualdad de condiciones.

Reciben el apoyo de algunas organizaciones de la sociedad civil en Boa Vista así como de iglesias.

A diferencia de quienes están en los centros de abrigo, la alimentación no es regular ni suficiente. Cada grupo familiar elabora sus alimentos y las donaciones que reciben se reparten de manera equilibrada de tal manera que todos sean beneficiados.

Gobierno de Brasil da el primer paso para aplicar Declaración de Cartagena sobre Refugio

El 29 de julio del presente año la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) felicitó al gobierno de Brasil por aplicar por primera vez la definición ampliada de asilo recogida en la Declaración de Cartagena para analizar las solicitudes de reconocimiento de la condición de refugiado de ciudadanos venezolanos. El pasado miércoles 24 de julio reconoció 174 casos con base en este criterio.

,José Egas, representante de ACNUR en Brasil expresó “La magnitud de las afluencias actuales de personas procedentes de Venezuela genera complejos desafíos para todos los países que las acogen, y la mayoría de ellas presentan necesidad de protección internacional de acuerdo con los criterios de la definición de persona refugiada que recoge la Declaración de Cartagena. ACNUR ha pedido a los países de la región que apliquen esta definición ampliada para reconocer las solicitudes de esta población, y por ello toda la comunidad internacional debe aplaudir y reconocer la decisión de Brasil”

La aprobación de estos casos fue posible tras el reconocimiento formal que efectuó el Comité Nacional para los Refugiados (CONARE) el pasado 14 de junio de la existencia de una situación objetiva de grave y generalizada violación de los derechos humanos en Venezuela. Este criterio está inspirado en la Declaración de Cartagena y fue incorporado a la Ley brasileña de protección a personas refugiadas (Ley 9.474 de 1997) en el apartado III de su artículo 1. La Declaración fue adoptada en 1984 por Brasil y otros 14 países de América Latina y el Caribe y fue traspuesta a la legislación nacional en 1997 (por medio de la citada Ley 9.474).

A partir de ahora, la decisión hace posible la adopción de un procedimiento simplificado en el proceso de determinación de la condición de refugiado para nacionales venezolanos, lo cual permitirá agilizar el análisis de las solicitudes. En la actualidad existen cerca de 100.000 solicitudes activas presentadas por personas procedentes de Venezuela que están a la espera de una decisión del CONARE: se trata del mayor número de solicitudes por nacionalidad en Brasil.

Preocupación de las ONG brasileñas

Organizaciones brasileñas de derechos humanos expresaron su preocupación por el hecho que hasta ahora para la «Operación Acolhida» hay un presupuesto asignado que culmina en marzo de 2020. Las organizaciones reconocen el esfuerzo del gobierno por brindar la mejor atención, pero existe la incertidumbre si culminado el presupuesto ya en ejecución se mantenga o se incremente y hasta qué punto se seguirán adoptando medidas para mejorar la atención ya existente.

Igualmente indicaron que les preocupa que sustentada la operación en la logística y personal del ejército, se refuerce la política de militarización de todo lo referente al asilo y refugio y además se deje de fortalecer instituciones civiles que pueden y deben jugar un papel activo en la atención de la migración forzada que llega.

La organizaciones apuestan a una mayor coordinación institucional con las agencias de naciones unidas, las organizaciones de la sociedad civil y las instituciones de los gobiernos estadales y locales.

Prensa Provea

Fotos Provea. Disponibles para cualquier persona e institución interesada en difundir la situación de los refugiados venezolanos en Brasil.