ACERCA DEL AUTOR:
Carlos Nieto Palma
Abogado y Coordinador de la ONG “Una Ventana a la Libertad”. Es columnista del diario El Nacional.
Carlos Nieto | Después de unos días de descanso por las festividades navideñas me reincorporo hoy a mi columna semanal deseándoles a mis lectores un feliz año 2017, que este nuevo año les traiga muchas cosas buenas y que nuestra lucha por el respeto a la Constitución y el retorno a la democracia vea sus frutos en este 2017, queremos que Venezuela sea un país de paz, reconciliación, respeto a la diversidad y a los derechos humanos.
Quiero iniciar mis escritos de este mes hablando de la inseguridad, problema que se ha convertido en un verdadero azote para todos los venezolanos, el pasado 28 de diciembre el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), respetada organización no gubernamental dedicada al estudio de la violencia en Venezuela, presento su informe anual del año 2016 y las cifras que nos da son verdaderamente alarmantes, ubicando a Venezuela como el segundo país más violento del mundo y a Caracas como la ciudad más peligrosa del mundo.
Según el informe presentado por el OVV nos alarma ver que “Contando con fuentes primarias oficiales y con las informaciones de terreno recabadas en los seis observatorios regionales de violencia, para este año 2016 estimamos una tasa de 91,8 muertes violentas por cada cien mil habitantes y un total de 28.479 fallecidos en todo el territorio nacional, que deriva de la suma de los homicidios legalmente aceptados como tales, que estimamos en 18.230 casos; las víctimas de los actos clasificados como resistencia a la autoridad, que alcanzaron 5.281 muertos; y los 4.968 fallecidos incluidos en los casos de muertes violentas consideradas en averiguación, por no haber tenido una intencionalidad conocida. Con una tasa de 91,8 muertes violentas por cada cien mil habitantes, Venezuela se ubica en el segundo lugar de los países con mayor violencia letal en el mundo. En primer lugar calculamos que, al igual que el año 2015, se volverá a ubicar El Salvador, con una tasa de alrededor de los 100 homicidios por cien mil habitantes (el año pasado fue de 103); y en tercer lugar se situará Honduras, con una tasa cercana a los 60 homicidios por cien mil habitantes (el año pasado fue de 56). Nuestros estimados indican que al finalizar 2016, Venezuela tendría una tasa de muertes letales 3,6 veces mayor que las de Colombia y Brasil. Colombia continúa su proceso de disminución de los homicidios, y con una tasa de 25,3 al finalizar este año, igualaría a la tasa de 25,1 que ha venido presentando Brasil”.
Es evidente que los más de 20 planes de seguridad que se han implementado para combatir la inseguridad han sido un completo fracaso aunado a las graves denuncias de violaciones a los derechos humanos que se han cometido por los funcionarios policiales
Como dato curioso tenemos que en el año 2016 en Siria murieron un aproximado de 17 mil personas, entre ellas 2000 niños, en Venezuela sin guerra oficial superamos esta cifra en casi 12 mil personas, es evidente que los más de 20 planes de seguridad que se han implementado para combatir la inseguridad han sido un completo fracaso aunado a las graves denuncias de violaciones a los derechos humanos que se han cometido por los funcionarios policiales, las recientes muertes atribuidas a la Operación Liberación del Pueblo (OLP) en las masacres de Cariaco y Barlovento es una clara muestra de ello.
Según el informe del OVV “En el año 2016 aumentó el uso de un armamento más poderoso y letal por parte de los delincuentes. Un aspecto que llamó mucho la atención fue la proliferación del uso de granadas en enfrentamientos con los cuerpos policiales, situaciones de secuestros y en conflictos a lo interno de las prisiones. El uso de armamento de guerra permitió no solo enfrentamientos abiertos en batallas defensivas con las fuerzas de seguridad, sino el pase a la ofensiva con emboscadas y ataques a las sedes policiales.
Igualmente este informe nos dice “La incorporación de nuevos delincuentes y el ejercicio de mayor violencia por ellos ha tenido una respuesta policial y militar de mayor envergadura y letalidad, que ha sido cuestionada por actuaciones violentas que pueden calificar como ajusticiamientos y abuso de poder. Si bien la población acosada por los delincuentes y la violencia requería una acción represiva y de contención por parte de las autoridades, ahora teme y ve con tristeza e impotencia los abusos que se han cometido bajo la pretensión de lucha contra las bandas criminales. En nuestros estimados de los años anteriores, habíamos calculado que el 65% de los casos clasificados como de resistencia a la autoridad eran fatales. Este año, a partir las cifras primarias que disponemos de nuestros estudios, nos muestran que ese porcentaje se incrementó de una manera importante y para el año 2016 estimamos que al menos el 80% de los casos de resistencia a la autoridad concluyeron en muertes. En estas condiciones los delincuentes perciben que la actuación policial es violenta, los condena a la muerte, y por lo tanto, responden en consecuencia, haciendo más violenta la sociedad. Tanto el delito como la acción de respuesta de las autoridades se volvieron letales”.
En relación al Sistema Penitenciario Paralelo que tanto he denunciado, el OVV dice “Las penurias y los enfrentamientos violentos en las cárceles que se dan entre las bandas para controlar los penales y las rentas económicas que de allí derivan, se mantuvieron durante todo el año y a pesar de los reiterados esfuerzos de los defensores de los derechos humanos y de las autoridades. Lo singular de este proceso en Venezuela es que paralelo al sistema penitenciario formal se ha creado una estructura de reclusión temporal que equipara en magnitud de internos a los que se encuentran en las cárceles. Estos centros de detención provisional no fueron diseñados, ni tienen las instalaciones físicas, para albergar miles de reclusos y de manera permanente. Algunos detenidos llevan varios años en esos centros temporales y, aunque ya tienen sentencia y orden de traslado a las cárceles por un juez, no son admitidos en las cárceles formales por las autoridades penitenciarias”.
Venezuela clama por tener seguridad, por salir a las calles sin miedo, ojala en este 2017 podamos avanzar ante este oscuro panorama.
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Carlos Nieto Palma
Abogado y Coordinador de la ONG “Una Ventana a la Libertad”. Es columnista del diario El Nacional.