ACERCA DEL AUTOR:
Rafael Uzcategui
Sociólogo y editor independiente. Actualmente es Coordinador General de Provea.
Rafael Uzcátegui | Luego de varios años sin publicar estadísticas sobre exclusión, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) publicó recientemente la cifra oficial de hogares en situación de pobreza por Línea de Ingreso (LI) correspondiente al primer semestre de 2015. En estos números oficiales se admite un nuevo incremento de la pobreza en Venezuela, situando en 33,1% el porcentaje de hogares pobres para ese momento.
Según la información revelada por el INE 2.434.035 hogares venezolanos se encontraban en situación de pobreza hasta junio de 2015, siendo los anteriores datos oficiales suministrados por el ente correspondieron al año 2013. De acuerdo a la data oficial, entre enero de 2013 y junio de 2015 la cantidad de 950.771 hogares ingresaron a la línea de pobreza por ingreso. Aunque el INE suprimió de su portal web la información referida al número de personas en situación de pobreza, esta cifra indica que 12.170.175 venezolanos se encontraban en condición de penuria, pues tradicionalmente se ha establecido como promedio 5 integrantes por familia para las mediciones oficiales estadísticas. La cantidad de más de 12 millones de personas pobres abarcaría al 39,7% de la población. En promedio, 4.791.917 venezolanos pasaron a ser pobres en los primeros 2 años y medio de gestión de Nicolás Maduro.
Ante esta realidad, lamentablemente, hemos calificado a la actual gestión gubernamental como una verdadera fábrica de pobreza. Sacando el cálculo de cuántas personas diariamente son incluidas en el umbral de la exclusión bajo el mandato de Nicolás Maduro la cifra es de 5.254 personas. Haciendo una proyección, estimando que el crecimiento de la pobreza se ha mantenido igual desde junio de 2015 –un cálculo conservador debido al deterioro de todos los indicadores económicos- para el 1 de septiembre de 2016 tendríamos la cantidad de 14.403.125 personas pobres en nuestro país.
Recordemos los números oficiales. En los primeros dos años y medio de gobierno de Nicolás Maduro el porcentaje de hogares en condición de pobreza ascendió de 21,2%, en enero de 2013, a 33.1% en junio de 2015, incrementándose en un 11,9%. Sin embargo, en el número de personas pobres el repunte se sitúa en 64.94%, pasando de 7.378.258 personas en situación de marginación para diciembre de 2012 a 12.170.175 personas pobres en junio de 2015. En este período la cesta petrolera venezolana promedió los 79,29 dólares por barril y se obtuvieron cuantiosos ingresos por recaudación fiscal y préstamos internacionales, lo cual desmiente el argumento oficial de la llamada guerra económica y la caída de los precios petroleros como causas del actual aumento de la pobreza en el país.
La ineficiencia y la corrupción en la gestión de gobierno han dilapidado cuantiosos recursos que hubiesen permitido hacer sostenible la reducción de la pobreza en Venezuela, independientemente de la caída del ingreso. Hoy, en números totales, existen más pobres en Venezuela que lo registrado en 1997 cuando el INE contabilizó a 11.950.111 personas en condición de pobreza. El total de nuevos pobres en Venezuela entre 2013 y el primer semestre de 2015 superaría la población total de Uruguay, que según su último censo oficial situó su población en 3.323.906 habitantes. Entre 2006 y 2016 se perdió una década en la lucha contra la pobreza.
Y según coinciden diferentes analistas, la situación del año 2017 sería más dramática, remontando la tasa de inflación en el país a cuatro dígitos.
La gestión de Maduro está generando un impacto más negativo para los derechos sociales, que el ocasionado durante la aplicación de medidas antipopulares en la llamada ofensiva neoliberal de los años 90. Su gestión se ha convertido en una gran maquila de pobreza y exclusión social. Paradójicamente, el “Presidente Obrero” ha hecho más pobres a los trabajadores.
Esta dramática situación debería motivar una profunda reflexión entre los altos funcionarios del gobierno para implementar la rectificación de las políticas que, lejos de generar los resultados esperados, está llevando a más familias venezolanas a una situación de desesperanza e incertidumbre. Y según coinciden diferentes analistas, la situación del año 2017 sería más dramática, remontando la tasa de inflación en el país a cuatro dígitos.
En primer lugar el Ejecutivo debería convocar a todos los sectores de buena voluntad que deseen sumar esfuerzos para aumentar la producción y disponibilidad de alimentos. Seguidamente, reconocer que por sí mismo no es capaz, a corto plazo, de garantizar los medicamentos para el disfrute del derecho a la salud, permitiendo que los organismos internacionales remitan ayuda humanitaria, la cual sería distribuida por los propios canales estatales. En tercer lugar volver a impulsar el diálogo tripartito entre los funcionarios estatales, representantes de los empresarios y, especialmente voceros de los trabajadores, para aprobar una serie de medidas para proteger el salario y la capacidad adquisitiva de los venezolanos. Los próceres del socialismo bolivariano deben salir del aire acondicionado y conectarse con los padecimientos y angustias de la gente común, no continuar dándoles la espalda.
ACERCA DEL AUTOR:
Rafael Uzcategui
Sociólogo y editor independiente. Actualmente es Coordinador General de Provea.