Vladimir Villegas | La visita de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, no pudo ser utilizada por el gobierno de Nicolás Maduro como quien echa mano de una toalla húmeda para lavarse el rostro, ni tampoco sirvió para alimentar la línea discursiva del extremismo criollo y regional que quisieron presentar a la ex presidenta chilena como una aliada del PSUV. Unos y otros salieron con las tablas en la cabeza. Y ella, sencillamente, hizo su trabajo.
Meses antes de su llegada a Venezuela, una comisión técnica de la Alta Comisionada visitó el país y preparó un informe lo suficientemente detallado sobre la situación de los derechos humanos en el país, violados reiteradamente por el gobierno de Nicolás Maduro.
No es que Michelle Bachelet llegó a Caracas, como si viniera de otro planeta, a enterarse de situaciones ya descritas ampliamente en el informe que llegó a sus manos, en el cual había elementos más que suficientes que justificaran la visita de tan alta funcionaria del sistema de Naciones Unidas.
En dos días de visita, Bachelet se reunió con representantes del Ejecutivo Nacional, encabezado por Nicolás Maduro, de la Asamblea Nacional, encabezada por Juan Guaidó, Tribunal Supremo de Justicia, Fiscalía General de la República, de la Fuerza Armada Nacional, Asamblea Nacional Constituyente y hasta la cada vez más ausente Defensoría del Pueblo, paradójicamente hoy encabezada por un otrora activista de derechos humanos.
Pero también dedicó buena parte de su agenda a escuchar a los familiares de presos políticos, a familiares de las víctimas del terrorífico grupo FAES, acusado de no pocas ejecuciones extrajudiciales, a voceros de las organizaciones no gubernamentales de derechos humanos, y a representantes diversos de la sociedad.
Ya al final de su visita, dio una declaración concluyente, que despeja cualquier duda con respecto a su independencia de criterio, a su sincera preocupación por el grave deterioro institucional que vive el país y que se materializa en la ausencia de un sistema de justicia autónomo e imparcial, en la impunidad como mecanismo de estímulo al abuso de poder y a la cada vez más inocultable violación a la Constitución de 1999.
La señora Bachelet anunció que pronto se instalará en nuestro país una representación de la agencia de Naciones Unidas a su cargo, con el objetivo de darle seguimiento a la situación de derechos humanos.
En su declaración también hizo alusión a la grave situación social, a la crisis humanitaria, que se traduce en un grave deterioro de los derechos a la alimentación, a la educación, a la salud, agua y los medicamentos. Y expresó su preocupación por el hecho de que las sanciones económicas contra las exportaciones petroleras y el comercio puedan agravar la crisis ya preexistente.
Hay un aspecto fundamental de su declaración, y es su exhorto al liderazgo político para que no se abandone la búsqueda de soluciones políticas, a través de intentos de negociación como el que se ha llevado a cabo en Oslo, con la facilitación del gobierno de Noruega. Este es, a mi juicio, uno de los elementos más importantes de lo que dijo antes de subir al avión para dejar territorio venezolano.
El venidero 5 de julio, día de gran significación en nuestra historia patria, se dará a conocer el Informe de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre Venezuela. No tengo ninguna duda de que una vez más habrá grandes verdades sobre la tragedia que aquí vivimos.
Y seguramente una vez más habrá decepción tanto en el gobierno de Maduro, que se cree con méritos para recibir la absolución luego de tantos pecados contra los derechos humanos, como en el extremismo, que esperaba ver montada a Bachelet en un tanque invadiendo a Venezuela o llamando a dar un golpe de Estado.
Tanto al gobierno violador de derechos humanos como al extremismo les conviene que la visita de Bachelet pase por debajo de la mesa y sea
caricaturizada. La política hace extraños compañeros de cama, es una frase atribuida a Winston Churchill, y muy vigente en estos borrascosos tiempos venezolanos.
Tiempos de Cambio
Versión original en: http://vladimirvillegas.com/la-visita-de-michelle-bachelet-dejo-a-muchos-con-las-tablas-en-la-cabeza/
│ Periodista venezolano de radio y televisión. Articulista y defensor de la constitución de 1999 @Vladi_VillegasP