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Luisa Pernalete

Educadora, promotora de la convivencia pacífica y la defensa de los DDHH

Luisa Pernalete | Con sinceridad, ¿usted no se llena de angustia cuando ve que en su casa las reservas de papel sanitario se están agotando? Conseguir ese papel en esta coyuntura venezolana se ha vuelto muy importante, un elemento que no falta en las conversaciones diarias.

Cuando David, de Maracaibo, dejó de ser “muchacho de la calle” terminó su curso de mecánica en un centro de capacitación laboral de Fe y Alegría, le dieron un certificado. Le habían aceptado a pesar tener ningún papel, – ni partida de nacimiento, ni cédula –. ¡Su rostro era un poema! “Primera vez que tengo un papel en mi vida! Exclamó, y no le cabía la sonrisa en su rostro. ¡Hay papeles que generan vida! Conservó esa hojita, con un sello y unas firmas, en sitio especial en su casa, hasta que murió.

La señora Yraida, de San Félix, lleva 3 meses queriendo renovar su cédula y no ha podido. Va al Saime semana tras semana, y un día le dicen que las máquinas se estropearon; otro día, que el operativo será en Puerto Ordaz, corre para el lugar señalado, y resulta que eso es sólo para la gente de esa empresa… en fin, quiere pedir un microcrédito, pero en el banco le dicen la que cédula debe estar vigente. ¡Importante papel ese de la cédula! De paso, tiene una firma.

Hubieran visto la cara de felicidad que la doctora Beatriz puso cuando leyó el papel que le mandó Gabriela, una adolescentes de 13 años, cuya madre no tenía el dinero para la inscripción en el liceo, poca cosa, pero ahora todos los ingresos se van en comida. Beatriz le ayudó para el cupo y para la inscripción. Entonces Gabriela le escribió una cartita, con letra bien bonita por cierto, le daba las gracias… ¡Casi llora Beatriz! Los papeles que agradecen suponen el reconocimiento de la bondad humana. ¡Muy importante en estos tiempos de desesperanza regada en este país! En esta misma línea están los papelitos que las madres dejan a sus hijos recordándoles que les quieren. ¿Y dónde dejan los papeles con dibujos hermosos de los nietos, en donde las abuelas siempre aparecen con una gran cabeza y largas piernas! ¡Todos merecen ser expuestos en la nevera!

A mí se me arruga el estómago cada vez que me entero que dejó de salir un periódico por falta de papel

¿Y qué me dicen del “papal periódico”? ¡Ese papel es vital para una sociedad democrática! Es tan importante que si falta no pueden salir los diarios, nada tiene que ver con que existan noticias relevantes sobre las cuales informar. A mí se me arruga el estómago cada vez que me entero que dejó de salir un periódico por falta de papel. Es verdad que están los medios digitales, pero un tuitter no puede exhibirse en la cartelera de la parroquia. No es lo mismo, diría el padre Chusma.

Los venezolanos tenemos la posibilidad de darle poder a unos papeles con nuestras firmas. Si son muchos papeles y muchas, muchas firmas, estaremos en capacidad de gritar sin ofender, que deseamos soluciones por vías no – violentas, sin ofender, sin insultar, sin armas de fuego ni tanquetas, solo haciendo uso de un derecho que está en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, nuestra constitución, la de todos y todas, la Carta Magna. El poder de un papel con una firma existirá si en vez de solistas es un gran coro el que participa, coro activado al leer una partitura donde se lea “Queremos vida digna, queremos victorias logradas en paz”.

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