María Yanes | Es difícil creer la información desplegada al final de la pasada semana la cual anunciaba que “El gobierno Nacional aceptaba la ayuda humanitaria con alimentos y medicinas para Venezuela, mediante la ONU y Cáritas” por lo tanto esto implicaba también el reconocimiento de la crisis humanitaria que atraviesa nuestro país por parte del Estado Venezolano. Dicha información fue emitida por el Alcalde del Municipio Sucre Carlos Ocariz, quien a su vez, es integrante de la mesa de diálogo. En otro orden de ideas, la Canciller Delcy Rodríguez notificaba que se iban a ampliar los mecanismos de cooperación con la Organización de Naciones Unidas (ONU) para la adquisición de medicinas a través del fondo estratégico y rotatorio. No obstante enfatizó lo siguiente: “A través de estos acuerdos, el gobierno pretende reforzar su modelo de derechos humanos” además dijo : “Derrotar esta falsaria mediática que intenta vender una crisis humanitaria, con un único objetivo que es la intervención de nuestro país”. Al comparar estas dos declaraciones provenientes de dos personajes tanto del oficialismo como de la oposición, la inevitable pregunta que nos hacemos es: ¿Un engaño más o una total burla a la buena Fé del pueblo venezolano?
A manera de información, el fondo estratégico y rotatorio constituyen un mecanismo de cooperación el cual se implementó desde el año 2000, a través del cual los países miembros de la Organización Panamericana de la Salud pueden adquirir medicinas a precios accesibles y del cual Venezuela ya estaba incluido, formando parte de los 27 países con preferencia a este convenio. De manera que esto no es nuevo. A través del fondo estratégico se pueden lograr una amplia gama de medicamentos, solo los antirretrovirales para el VIH y medicamentos para la malaria son los que compra el gobierno por este convenio, las vacunas se obtienen a través del fondo rotatorio. Esto Venezuela lo paga, por lo tanto no significa que sea la apertura de un canal humanitario. Por otro lado Cáritas de Venezuela, organización social de la Iglesia y siendo parte integrante de la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal, objetó esta información ya que nunca fueron llamados por la mesa de diálogo o por el propio gobierno para que a través de esta organización funcione la supuesta ayuda humanitaria, aclarando también que dicha organización recibe donación solo provenientes de los brazos operativos del Vaticano en estos menesteres como por ejemplo, Cáritas Internacional. A esto se suma la angustia e indignación de las Organizaciones No Gubernamentales relacionadas con la salud y pacientes con enfermedades crónicas ocasionadas por la información mencionada anteriormente y dando como un hecho que se había cumplido el acuerdo pactado con el gobierno a través de la mesa de diálogo que permitía la entrada de medicinas y alimentos al país, ya que la grave escasez de los mismos está condicionando una situación dramática desde el punto de vista social y humanitario que afecta directamente la vida de los venezolanos.
La crisis social es muy compleja para que se den declaraciones irresponsables por parte del gobierno como las emitidas por la Canciller, ya que si hubieran cumplido previamente con los convenios de la ONU como debe ser quizás no hubiéramos llegado a estos extremos además de seguir desconociendo la crisis
La crisis humanitaria que atravesamos es de gran magnitud y sobre todo en esos dos aspectos tan relevantes como lo son la salud y la alimentación e inclusive así fue reconocida en una oportunidad por el Sr Ban Ki-Moon, Secretario General de la ONU hasta final de este año, en declaración emitida el pasado mes de agosto. La ayuda proveniente de un canal humanitario tendría que abarcar no solo medicinas o alimentos, debe extenderse a otros insumos médicos y quirúrgicos además a métodos diagnósticos los cuales también están en grave falla a nivel nacional. Sin diagnostico no hay tratamiento. Como lo han manifestado reconocidos activistas de derechos humanos que, para este tipo de auxilio, deben ser utilizados otros mecanismos y a su vez ser manejados por la Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas. Aspecto que este gobierno rechaza y desconoce. La crisis social es muy compleja para que se den declaraciones irresponsables por parte del gobierno como las emitidas por la Canciller, ya que si hubieran cumplido previamente con los convenios de la ONU como debe ser quizás no hubiéramos llegado a estos extremos además de seguir desconociendo la crisis. También las emitidas por el Alcalde Ocariz que rayan en lo improvisado y no dejan de ser también irresponsables, ocasionando falsas expectativas al pueblo venezolano. Lo que se percibe, ante estas dos afirmaciones, es que el poder político y mediático se impone sobre la calidad de vida de los venezolanos. Ojalá que al momento de la publicación de esta nota se haya producido una aclaratoria por parte de los integrantes de la mesa de diálogo con relación a la entrada de medicinas y alimentos al país como uno de los acuerdos pactados, pero sobre todo por la incertidumbre y confusión generadas por estas declaraciones