El pasado 30 de julio, se realizó en la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela en Caracas, el Encuentro Nacional de Trabajadores. Bajo la consigna “Unir todas las luchas”, decenas de trabajadores y dirigentes sindicales de varias regiones del país, debatieron un plan de acción conjunto para avanzar en la unidad del sector y enfrentar lo que califican como una arremetida anti obrera del gobierno de Maduro.
La actividad fue organizada por el Espacio Sindical Unitario conformado en Caracas, y en el que confluyen diversas agrupaciones organizaciones sindicales.
En el evento fueron instaladas dos mesas de trabajo, para debatir sobre la situación de la clase trabajadora en el marco de las políticas del Gobierno, sobre las experiencias de lucha y para coordinar un plan de movilización; y definir los mecanismos de coordinación nacional y regional de la clase trabajadora. Las mesas de trabajo llevaron a cabo sus deliberaciones finales y establecieron los acuerdos y resoluciones de cada una.
En la plenaria se dieron a conocer los resultados de las mesas de trabajo. Ambas coincidían en los principales problemas identificados. entre los que se encuentran: que ambas mesas describieron la situación actual como un periodo de crisis política y económica; con un deterioro del sistema educativo y la violación de las leyes progresivas de los trabajadores.
Los trabajadores presentes acordaron la necesidad de exigir la derogación de la Ley de Zonas Económicas Especiales, Ley contra el Odio, el Memorando 2792, el Instructivo Onapre y la Ley antibloqueo, entre otras, que violan sus conquistas laborales. Además, exigieron un alto a las políticas represivas del Gobierno frente a las luchas reivindicativas de los trabajadores.
La Ley de Zonas Económicas Especiales, promulgada recientemente por la Asamblea Nacional, constituye una seria amenaza para los trabajadores venezolanos, toda vez que con este instrumento, el Ejecutivo venezolano pretende promover la inversión extranjera y privada en gran parte del territorio nacional, bajo un modelo que flexibiliza la normativa que brinda protección a los trabajadores, e incluso -como se impuso en el decreto de creación del Arco Minero del Orinoco-, posibles restricciones a los derechos a la asociación, reunión pacíficas y sindicación.
Por su parte, el controvertido Instructivo Onapre, ha generado cientos de protestas en los últimos dos meses. Este instrumento, aprobado por la Oficina Nacional de Presupuesto, ha sido cuestionado e impugnado legalmente por trabajadores y empleados públicos, y que desconoce conquistas plasmadas en las contrataciones colectivas, arrebatando buena parte de los salarios y aplanando las escalas salariales hacía abajo.
Los asistentes ratificaron la necesidad de unión de todos los trabajadores y la redacción de un documento nacional que denuncie las violaciones a sus derechos y para realizar sus respectivas exigencias. Los trabajadores propusieron la creación de Comités en defensa del salario, teniendo el respeto como base fundamental.
La inclusión de la comunidad LGBTIQ+ fue un aspecto destacado en el debate. Un grupo de personas identificadas con esta comunidad, asistieron al evento y dieron a conocer cómo, dentro de este sector ya violentado, sufren de exclusión y discriminación en sus derechos laborales.
Al finalizar el encuentro se abrió un espacio para las intervenciones de los participantes, donde compañeros aprovecharon la oportunidad para dar a conocer la situación actual de Rodney Álvarez, quien envió un mensaje a través de ellos, manifestando su difícil situación económica en Ciudad Guayana y pidiendo el apoyo del sector para difundir que no ha obtenido respuesta aún de Ferrominera del Orinoco a su solicitud de reenganche.
Debates como este, en los que la propia dirigencia sindical diagnostica la situación de la población trabajadora, pone nuevamente de manifiesto la violación masiva de los derechos económicos, sociales y culturales que se desarrolla actualmente en el país. Y muestran, además, que pese a las crecientes restricciones al especio cívico, la sociedad organizada se mantiene constante en la exigencia de sus derechos.