Más 15 familias del sector La Mirandina, al sur de Valencia, todavía duermen en ranchos o en casas a medio terminar, a pesar de que han pasado cuatro años desde que el Gobierno prometió “viviendas dignas”, a través de un proyecto de auto construcción, paralizado sin explicación alguna a principios de 2016.
Sólo 20 de los 40 inmuebles estipulados están concluidos, el resto tienen, si acaso, paredes sin frisar a las cuales faltan hileras de bloques para llegar al techo, ventanas y puertas sin marcos, y las acometidas para aguas blancas y electricidad.
Nadie sabe cuándo llegará material nuevamente; los encargados de la ejecución de las obras recomiendan a los beneficiarios “agarrar lo que sea” en el momento que llegue, no importa si son dos o tres sacos de cemento.
Los residentes de esta comunidad ubicada en la vía El Paíto, parroquia Santa Rosa, denuncian que a los miembros del Consejo Comunal y sus allegados, sí les terminaron sus casas en un tiempo récord de seis meses. Además, se quejan de que no hubo prioridad para hogares con personas con discapacidad o madres solteras.
Mientras la Gran Misión Vivienda Venezuela se acuerda de los habitantes de La Mirandina, muchos de ellos pasan la noche en sus ranchos de una sola habitación, mirando cómo justo enfrente se queda estancado su sueño de un techo propio.
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